Ago 20 2016 19:57
El acompañante, película que habla del sanatorio de SIDA cubano, llega a las salas de cine francesas
“Esta es la historia de dos antihéroes unidos por una causa en común: recuperarse de una dura caída”.
Este fin de semana ha llegado a salas de cine francesas El acompañante, película del cubano Pavel Giroud, con una historia coescrita con Alejandro Brugués, realizador de “Juan de los Muertos”. Este es el primer circuito comercial que alcanza este largometraje estrenado en 2015 que presenta las contradicciones de la sociedad cubana, a través de una historia ambientada en los años 80, década en la que se destapó oficialmente el SIDA.
El acompañante nos presenta a Horacio Romero, un afamado boxeador que tras ser acusado de dopaje es penalizado con servicio social, debiendo hacer de acompañante de enfermos de SIDA internados en el hospital de Los Cocos. Ahí conoce a Daniel, con quien entabla una amistad y ambos terminan ayudándose. El boxeador es el encargado de supervisar la salida de Daniel del sanatorio, permitida por el gobierno una vez a la semana.
En los ochenta, cuando se dio a conocer de la enfermedad, el gobierno cubano tomo acciones casi que inmediatas con la finalidad de evitar la propagación del virus. Por una parte, obligó a tomarse muestras de sangre a mayores de 15 años, en un plan de detección temprana de la enfermedad y, por el otro, decidió dar captura a los enfermos y llevarlos a la finca Los Cocos, donde los trataba, pero mantenía en cautiverio.
El director de “Omerta” explica las dificultades de hacer esta película, no solo por el financiamiento – que le costó siete años en lograr -, sino porque del tema no se habla mucho. Pavel asegura que “la salud pública y el deporte son dos estandartes de la revolución cubana. Eran símbolos de pureza y honor, que en muchos representó un éxito y que definitivamente eran dignos de todos los sacrificios y las carencias experimentadas por la nación durante más de medio siglo”.
Y aunque estos dos pilares cubanos han sido reconocidos internacionalmente, el interés del director era mostrar las paradojas del Estado socialista. “El acompañante no es un proyecto complaciente. No es una película que destaca los avances de salud pública o deportiva. Es una historia que se adentra en las zonas grises de la sociedad y explora la condición humana cuando enfrenta situaciones extremas. Esta es la historia de dos antihéroes unidos por una causa en común: recuperarse de una dura caída”.
La producción hizo un riguroso trabajo para recrear aquella época y que según su director ha conseguido que los cubanos recuerden lo que fue la creación de este hospital y se conecte con esta película. De hecho, recibió reconocimientos del público tanto en el Festival de Cine de Miami como el de La Habana.
El acompañante ha sido recientemente la película escogida por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) para representar a la isla en los Oscars y Premios Goya 2017.