Abr 30 2013 18:42

Recordando a Aída Bortnik, una de las mejores guionistas de latinoamérica

El cine argentino, referente obligado del cine latinoamericano por su extensa trayectoria, ha tenido en su historia dos largometrajes que han alcanzado el máximo galardón a Mejor Película Extranjera otorgado por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, en pocas palabras…el Oscar.

El último que está en la memoria incluso de los no argentinos fue el otorgado a El Secreto de Sus Ojos de Juan José Campanella. El primero fue por La Historia Oficial (1985), película de Luis Puenzo sobre los desaparecidos durante la época de la dictadura en el país. Él la escribió junto a Aída Bortnik, una de las guionistas más importantes no solo de su país sino de la región entera. Ella, quien fuera la primera mujer escritora en ser miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, falleció el pasado 27 de abril a los 75 años de edad tras una larga enfermedad.

Ya Bortnik había hecho parte de los Premios Oscar con el largometraje La Tregua de Sergio Renán, donde esta escritora adaptó, por primera vez para el cine, la novela homónima del uruguayo Mario Benedetti. El premio se lo llevó “Amarcord” de Federico Fellini.

Nacida en Buenos Aires el 7 de enero de 1938, comienza en 1972 a desempeñarse como guionista para la televisión, el teatro y el cine de su país. Fue ella una de los tantos artistas exiliados. Entre 1967 y 1976 España fue su refugio. Esta parte de su vida fue importante y marcó un sello en su carrera artística, porque Bortnik estuvo siempre muy comprometida con la realidad política de su país y eso se refleja en sus escritos. De hecho, fue una de las coautoras del Teatro Abierto donde participaron dramaturgos de gran renombre en Argentina. Fue un movimiento que desde lo artístico jugó un papel fundamental en el colectivo.

Bortnik fue una disidente que a través de sus letras registró las atrocidades de una dictadura. Ella pudo volver a su país en 1981, para ese entonces ya había escrito, además de La Tregua, tres películas más: Una Mujer, Crecer de golpe y La Isla.

La relación con el director Juan José Campanella, el segundo en ganar un Oscar para el país, no se limitó solo a eso. Junto a él dictaron talleres de guión en su casa hace tres años, por lo que para él ha representado una pérdida aún más sentida.

La importancia de Aída Bortnik se traduce además en la exploración de unas historias que se inspiraban en lo mejor del cine europeo de su época, en lo mejor de los movimientos cinematográficos que más que el glamour y las historias de fantasías o de adinerados del cine de Hollywood, escudriñó en la fragilidad humana y en sus batallas cotidianas.

Los guiones que escribió para cine hacen parte de las películas vistas como grandes clásicos argentinos. Otros de esos títulos fueron: Tango Feroz: La Leyenda de Tanguito, ya a inicios de los noventa, que fue vista por 1, 7 millones de espectadores. Era la historia del cantautor roquero José Alberto Iglesias conocido en Argentina como Tanguito. Después de trabajar en este guión siguió relaciones con el director Marcelo Piñeyro escribiendo para sus dos próximas películas, “Caballos Salvajes” y “Cenizas del Paraíso”, esta última ganadora de 7 Premios Goya.

Nominada a más de 20 premios nacionales y extranjeros, ganadora de más de la mitad de ellos, la última película que escribió en la década pasada fue “La Soledad era esto”, adaptación en el año 2001 de una novela que narra la vida de una mujer que descubre las raíces de su pasado y de su soledad, a través de escritos y grabaciones que le ha dejado su madre.

Paz en su tumba.