Ene 4 2016 17:54

Reseña de Steve Jobs (2015), Danny Boyle y Aaron Sorkin muestran el lado humano del creador de Apple

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

De Steve Jobs se creerá que todo está dicho, incluso muchos ya consideran que la explotación de su imagen, tras su muerte, se saturó, pero la realidad es que la dupla entre Danny Boyle (director) y Aaron Sorkin (guionista) funciona justamente para enfocarse en otros detalles de la vida y obra de este visionario. Tres momentos cruciales en su carrera y parte de su entorno privado son el eje de esta nueva película.

Aaron Sorkin hizo este guion muy al estilo del de “La red social”, casi que es inevitable no recordarla al ver a Steve Jobs. Diálogos ágiles, muy bien pensados, de mucho texto, de una necesidad de centrarse en los detalles y contextualizar y alargar el clímax, dejándolo casi que para el final.

Para hacerla diferente a las demás producciones (incluyendo también algunos documentales), este largometraje se aleja de reiterar sobre la relación con su amigo y cofundador de Apple Steve Wozniak o John Sculley, a quienes da su momento pero los dejan en papeles secundarios. Wozniak es interpretado aquí por Seth Rogen y a Sculley, el popular presidente de Pepsi reclutado por Jobs para Apple, le da vida Jeff Daniels.

La historia de la película evade como la de Joshua Michael Stern y protagonizada por Ashton Kutcher (leer reseña de Jobs) el tema de su enfermedad y sus muy comentadas rutinas alimenticias, al igual que sus excentricidades laborales. Se centra sí en su constantes terquedades, su ingenio – los dos factores que lo llevaron al éxito, sin duda -, en Joanna Hoffmann, su ejecutiva de marketing, y en su hija Lisa Brennan-Jobs.

Con estas dos figuras femeninas la película toma un rumbo distinto, otra dimensión, mostrándonos a Hoffman más que como una ejecutiva más de su compañía como su mano derecha, su confidente y apoyo profesional y emocional. Sobre su hija solo se había explotado el hecho del rechazo inicial de Steve y no la forma cómo ambos a lo largo de los años se fueron conectando. Seguramente habrá más de una falta a la realidad en esta película, porque la complejidad de este personaje daba para sus impertinencias, pero lo cierto es que la relación padre e hija que aquí se muestra, llena al film de una gran emotividad, llegando así a un hermoso epílogo. Le funciona también a esta película, la incorporación de personajes de ficción como un periodista, con el cual se muestra esa fascinación de los medios hacia este personaje.

Incluso la dirección de Danny Boyle se asemeja a lo que hizo David Fincher en The Social Network, muchos planos y contraplanos, muchos movimientos de cámara queriendo mostrar cercanía con el personaje, humanizando una figura que más allá de su creatividad era frágil en su vida privada. Del Boyle que conocemos están los momentos vívidos de color y sonido, como también en los que se permite a los personajes, o bien sea recordar o imaginar.

En manos del peso de la película han quedado los actores Michael Fassbender (como Steve Jobs) y Kate Winslet (como Joanna), haciendo una dupla estupenda. Winselt en un papel distinto (sin piel) y sin mayor drama, interpretando una mujer fuerte y segura, eclipsada por su jefe, tolerante e influyente para él. Fassbender, en quien menos se confió por su lejanía física con Jobs, resulta haciendo un papel creíble, sin tantos ademanes como los que certeramente consiguió Kutcher, pero llevando su personaje a un nivel mucho más interesante y psicológico.