Reseña de Dunkerque (Christopher Nolan). Ni la mejor película del año, ni la mejor película bélica de la historia


Por Sandra M Ríos U
Twitter: @sandritamrios


Ni la mejor película del año, ni la mejor película bélica de la historia, ni la mejor de Christopher Nolan, pero sí un buen retrato de lo que sería la desesperanza de la guerra y la fragilidad que produce entre quienes la viven.

La apuesta del cineasta después de la ciencia ficción con Inception e Interstellar y el comic con la trilogía de Batman ha sido la del cine de guerra recreando la retirada del Cuerpo Expedicionario Británico, compuesto por más de 300 mil soldados, que asistieron a los franceses ante la avanzada de Hitler. El evento conocido como El Milagro de Dunkerque fue para las tropas la Operación Dínamo.

En 10 días esa batalla fue una carnicería y lo que era considerado el puerto más seguro de Francia quedó reducido a escombros. Los nazis los tenían acorralados y el poderío germano quedó demostrado con la destrucción total de tanques y artillería. Los soldados tenían muy poco con qué defenderse y quedaron a merced de la crudeza de la Segunda Guerra Mundial. Los aliados no ganaron ese combate, pero el éxito de esta operación fue la decisión moral de evacuar y salvar a la mayor cantidad de combatientes. Así sucedió aunque el registro de pérdidas dan cuenta de unos 40 mil desaparecidos.

Nolan adaptó él mismo la historia y la rodó con cámaras Imax – que ya había utilizado en The Dark Knight  y The Dark Knight Rises – y cámaras de 65mm, ambas conocidas como de gran formato. También recurrió mayoritariamente a los efectos tradicionales o prácticos, es decir, los hechos directamente en rodaje y no en posproducción, al uso de centenares de extras, maquetas y de aeronaves originales de la época. Todos esos detalles más su acostumbrada decisión de optar por una paleta de colores frío, casi monocromática (que a algunos aburre tanto), nos transporta desde la primera escena a la Segunda Guerra Mundial y evoca al cine clásico. Probablemente la decisión de no presentar a Dunkirk a full color incomodará a muchos que sentirán desperdiciado todas las posibilidades que ofrece el gran formato, pero esto es más una sensación que una certeza.

Dunkerque nos muestra tres frentes, tres perspectivas de esa dura evacuación, en una estructura narrativa no lineal: desde el muelle, con unos soldados disminuidos, aterrorizados, desesperanzados; desde el mar, con la increíble participación de embarcaciones pequeñas particulares; y desde el aire intentando llegar al lugar y apoyar la retirada.

Entre navales y pilotos, está la historia de dos soldados que representan el azaroso deseo de supervivencia. Con ellos también se vive el desespero de lo que es la guerra sin tregua que supuso el ataque nazi y junto a estos dos personajes, el de un grupo pequeño de civiles con igual o más valentía que la de los soldados. En ellos recae la parte emotiva de la película, sin embargo, no logran una conexión completa, en parte porque Nolan no hace evolucionar a los personajes, los mantiene distantes y con muy pocos diálogos.

A diferencia de otras películas donde sus guiones son enredados y con textos elocuentes, algunos más densos de los que debería, Dunkirk carece de ellos, lo que termina pesándole, al igual que poner al frente del peso de la historia al actor debutante Fionn Whitehead y el cantante Harry Styles. Era muy arriesgado para dos actores novatos darle, sin textos, expresividad a un personaje y lograr sostenerlo todo un metraje.

Sin diálogos y actuaciones memorables (incluso de secundarios de renombre como Celian Murphy, Tom Hardy o Mark Rylance), Dunkerque es una apuesta por la experiencia visual y sonora de la guerra que se centra en la acción y el ritmo acelerado. Las virtudes de la película en este sentido son innegables: la cámara inestable, los ángulos imposibles, las secuencias largas, la fotografía y la música (en otro excepcional trabajo de Hans Zimmer) la sostienen y le dan esa sensación de tensión constante y persecución avasalladora, también sirven incluso para engañarnos cuando Nolan comienza a repetirse en sus tomas, especialmente las áreas.

La experiencia visual que propone Nolan con esta producción está muy bien lograda, su realización es casi impecable, siendo su guion al que le quedó faltando sustancia. No hay manera que Dunkirk supere clásicos de guerra como el de “Apocalypse Now” (Coppola), “La lista de Schindler” (Spielberg), “Platoon” (Oliver Stone), “La delgada línea roja (Terrence Malick), “Nacido para matar” (Kubrick) o “The Hurt Locker” (Bigelow) por nombrar las primeras que se vienen a la cabeza de este apasionante y revelador género. Tampoco alcanza para superar lo que hecho en el pasado con producciones como el oscuro “The Dark Knight”, “Inception”, “The Prestige” y “Memento”.

Ficha Técnica

  • Director: Christopher Nolan
  • Guion: Christopher Nolan
  • Género: Bélica
  • Duración: 106 minutos
  • Reparto: Fionn Whitehead, Tom Glynn-Carney, Harry Styles, James D’Arcy, Barry Keoghan, Cilian Murphy, Tom Hardy, Mark Rylance, Kenneth Branagh
  • Cinematografía: Hoyte van Hoytema
  • Montaje: Lee Smith
  • Música: Hans Zimmer
  • País: Estados Unidos, Reino Unido, Francia
  • Año: 2017

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