Nov 22 2013 13:32

Reseña La Piedra Paciente (The Patience Stone), las revelaciones de un espíritu libre y femenino

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Una mujer que eclipsa por su belleza, la delicadeza de sus movimientos, la dulzura de su voz, la calma con la que brotan sus palabras en medio de un pequeño espacio lleno de colores primaverales, colores tierra y serenos, que se contrastan con la situación interna que vive el personaje: una mujer cuyo esposo ha recibido un tiro en su nuca. El yace en coma, en su casa, y sin poder salir a ser atendido fuera de ella ante el inminente ataque de la guerrilla en una región de Afganistán. El panorama fuera de esas cuatro paredes es polvoriento, miedoso y casi desolador.

La situación es apremiante: en su estado vegetativo, solo puede recibir alimentos por sondas, y ella, respetando la tradición religiosa de su pueblo, no trabaja, además tienen dos pequeñas hijas.

En el vecindario son pocos los que quedan; su familia por completo se ha ido, así que no hay dinero para comer o comprar medicinas. Una solución de agua con azúcar mantiene a su marido. Quedarse ahí es un acto suicida, hay bombardeos, guerrilla haciendo “limpieza” dentro los restos de las casas. Pero ella por aquellas costumbres arraigadas, que las ha enseñado a resistir con estoicismo el machismo de su cultura, del fundamentalismo, es incapaz de abandonarlo.

Esta mujer, a quien no le conocemos el nombre, advirtiéndonos el director que eso es lo de menos, que puede tratarse de cualquier otra, suma así una frustración más en su vida, su aciago destino.

Quizás en apariencia las mujeres de medio oriente, con nosotras las occidentales, seamos muy distintas, pero en el fondo somos iguales; todas las mujeres sufrimos nuestras penas por igual, soñamos con los mismos ideales, fantaseamos con iguales cuentos y príncipes de hadas, sentimos deseos carnales similares y somos capaces de llevarnos a la tumba nuestros pecados de ser necesario.

Pero a esta mujer, su única tía, con quien se reencuentra, le cuenta el mito de la piedra paciente, una piedra mágica a la que se le pueden contar las penas, los secretos, los dolores y las quejas, liberándonos de la miseria y la infelicidad.

Se supone que la tradición dice que a su marido hay que rezarle con juicio durante 99 días para traerlo de vuelta, pero sus rezos se convierten en confesiones. Él ahora es la piedra paciente, el objeto que escucha “cualquier” cosa sin juzgar. Una confesión sutil, contada de a poquitos, sin traumatismos, contándola con soltura, revelando secretos tan íntimos, tan fuera de su contexto cultural que solo una “piedra” podría ser capaz de soportarlos.

Sus revelaciones sacan a flote su espíritu femenino y libre, sus ganas de ser una mujer amada y tenida en cuenta en una sociedad que discrimina a la mujer. Una confesión que demuestra que en el fondo, las mujeres de aquí o de allá, sentimos las mismas cosas y de igual forma.

Fantástico largometraje sutilmente político del franco afgano Atiq Rahimi, basado en una novela escrita por él mismo, pero a la que se le dio una dimensión distinta, con un espacio menos claustrofóbico que el de la obra literaria y que le fue encargado al conocido guionista francés Jean-Claude Carrière. La actuación de la actriz iraní Golshifteh Farahani sencillamente es extraordinaria.

Cabe destacar de Farahani que es señalada por medios francesas como la Elizabeth Taylor iraní o por su fama (ha rodado también en Hollywood) como la Brigitte Bardot. Esta actriz fue desterrada de su país después de que le aplicaran censura tras salir semidesnuda en el diario más importante de Francia, el Le Figaro. A los 14 años fue quemada su mano con ácido por razones de religión y en respuesta se rapó el pelo. Rodar sin velo en Estados Unidos le trajo también problemas hasta que pude refugiarse en París donde lleva una vida más tranquila.

El largometraje ha sido enviado por Afganistán para ser considerado en la categoría de Mejor Película Extranjera.

La Piedra Paciente está desde hoy en cartelera.