Abr 11 2013 16:35
Side Effects (Efectos Secundarios) – Reseña
Por Sandra M Ríos U | |
Twitter: @sandritamrios |
La historia de esta película inició por la época en que Scott Burns, el guionista, escribía la serie de televisión médica “Wonderland” que ocurre en una institución mental. Fue por eso que conoció a muchos doctores y pasó largas horas como observador de un hospital psiquiátrico en Nueva York donde conoció casos excepcionales.
Esos casos no solo incluían a pacientes con terribles desordenes psiquiátricos, a criminales con mentes casi por fuera de este mundo, sino también historias de médicos inescrupulosos. Fue hace 10 años que decidió contar una historia para ser llevada al cine en la que la psiquiatría jugara un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos, pero que se mezclara con el tema de los antidepresivos, cada vez más comunes e involucrados como desencadenantes en casos de violencia, suicidio y homicidio.
Además de eso, quería contarla a modo de misterio. Ese tipo de misterio que entre la burla y el suspenso juega con el espectador. Ese tipo de películas de género donde hay sorpresas y giros inesperados que ponen a dudar, y en donde a la final sale a flote la frase “todo es relativo. Nada es lo que parece”.
Conseguida la mecánica de este juego, Burns habló con su habitual socio y amigo Steven Soderbergh para que la dirigiera. Ambos ya habían trabajado juntos en “Contagion” (Leer reseña aquí) y “El Informante”, donde Burns fue el guionista.
Side Effects, nos presenta a una pareja muy joven que repentinamente se ve sometida a una separación forzosa puesto que a Martin (Channing Tatum) lo encarcelan. Lidiar con la situación no es nada fácil y por eso Emily (Rooney Mara) debe visitar periódicamente el médico (Catherine Zeta-Jones), quien le detecta una profunda depresión por lo que es recetada con antidepresivos. Tiempo después, su esposo sale y por desgracia, no es el final de su etapa emocional. Por el contrario, ella intenta suicidarse, lo que la lleva a otro doctor (Jude Law) que le receta nuevas drogas antidepresivas. Los efectos de esas drogas parecen poner patas arriba la vida de esta paciente y su familia, pero muy convenientemente la del médico también.
Es fascinante cómo este guión tan claro y perspicaz va poniendo al espectador en posiciones contrarias a cada instante. Uno puede pensar que esta película es una crítica social al mundo de las drogas prescritas, de sus pacientes y especialmente las encargadas de producirlas, pero más que eso es un film que pone a todos estos actores en un universo particular y bastante irónico, en donde encontrar al victimario y la víctima no es tan claro como se dibuja.
Efectos Secundarios o Terapia de Riesgo, los dos títulos con los que se conoce en español, tiene muchos elementos afines al cine de Hitchcook, y esa característica es la mejor manera de definir esta película tan entretenida, sólida, engañosa y sorpresiva.
Los actores son también otra muestra de ese tipo de suspense al mantener una tensión presente pero que solo se deje insinuar manteniendo así el misterio sobre ellos. Ellos son de ese tipo de personajes ordinarios, unos médicos con ambiciones, unos pacientes que resuelven sus conflictos con cualquier tipo de droga, en medio de una situación extraordinaria. Además, uno de ellos será el desafortunado que hará parte del juego sin siquiera sospecharlo.
Excelente ritmo de la película, muy bella la fotografía (moderna, de urbe) y unas interpretaciones grandiosas, destacándose el trío Jude Law, Catherine Zeta-Jones y Rooney Mara. Mara hace especialmente un trabajo excepcional superando incluso lo hecho en “La Chica del Dragón Tatuado”(Leer reseña aquí), que la llevó a ser nominada en el Oscar.
Las compañías farmacéuticas son una industria feroz que ha demostrado, como cualquier compañía capitalista, actuar salvaguardando sus propios intereses, pero esta película escalofriante nos demuestra que los actores que compran, recetan y consumen, formando parte de esta cadena, pueden incluso caer mucho más bajo. Qué mejor que panoramas ensombrecidos para pasar inadvertidos y sacar provecho.