Oct 4 2021 18:09

Reseña El príncipe de Sebastián Muñoz – El hombre como objeto de deseo

Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@Tato Ruiz)

En una fiesta nocturna un hombre se desangra ante la vista de varias personas, incluido el que parece es su joven victimario, Jaime, de no más de 20 años, que posterior, y movido por cierta estupefacción, se acerca a una rockola wurlitzer para poner a sonar una canción que marca una cadencia de desahucio que luego ambientará su ingreso a prisión. Estamos en Chile, en la década de los 70. Y piensas, con una película enmarcada en tal fecha, y dado el continuo interés del cine de aquel país por retratar o representar sus conflictos, sus cambios o movimientos sociales, que El príncipe será otra película chilena que narrará desde el conflicto de la dictadura y los años previos, y no es así. Por lo menos no explícitamente.

Basada en lo que, se cuenta, fue un libro homónimo de baja circulación escrito por Mario Cruz, la ópera prima de Sebastián Muñoz es una obra en la que su protagonista, en plena efervescencia social, va en una suerte de contracorriente a las aspiraciones de justicia social de todo un pueblo y, al mismo tiempo, impone una posición política que está ligada a la libertad del deseo y a la búsqueda del poder, donde su cuerpo y su juventud es su único patrimonio.

En prisión, Jaime conoce a El potro (Alfredo Castro), un hombre mayor y respetado que lo acoge y sabe reconocer su necesidad de cariño. Tal relación hará entonces que Jaime se convierta en el niño mimado, una suerte de príncipe, de un lugar completamente espantoso y claustrofóbico, en el que Sebastián Muñoz se recrea ambientando un espacio fértil de fantasías homoeróticas y mucho morbo físico.

En esta película hay vocación estética, búsqueda de sensorialidad y una capacidad técnica que es lo suficientemente atractiva, sin embargo, no logra lo anterior evadir los baches narrativos de un guion que se asemeja más a una obra literaria, que incluye saltos en el tiempo y la resolución de un crimen que nunca es sorpresivo. Puede que no fuera ese el objetivo de Muñoz, que en cambio no logra nunca bajar intensidad al retratar la violencia, el miedo y cierta competencia, y demuestra mucha agilidad cuando de una suerte de análisis semiótico se trata: la ascensión del poder traducida en la posesión del cuerpo del otro, que sería probablemente lo más interesante y significativo aquí.

¿Y los actores? Como es usual, Alfredo Castro, quizás el gran protagonista (¿por ser tal vez un rey en medio de todos esos hombres?) desborda en talento y verosimilitud dando vida a un hombre inclemente y absolutamente sensible. También me gustan Gaston Pauls, como un amanerado rival de El potro y Juan Pablo Maldonado, a pesar de algunos excesos suyos cuando de hacer cara de tragedia se trata.

La capacidad con la que El príncipe logra revelar la necesidad y posterior saciedad de cariño entre hombres es de una sublimidad importante. Tanto la película como la carrera de Muñoz merecen muchísima atención.

* Esta reseña hace parte del Especial sobre las Nominadas a los Premios Platino del Cine Iberoamericano 2021

Ficha Técnica

Dirección: Sebastián Muñoz
Guion: Sebastián Muñoz, Luis Barrales
Duración: 96 minutos
Género: Drama
Reparto: Alfredo Castro, Gastón Pauls, Juan Carlos Maldonado, Cesare Serra, José Antonio Baffo, Paola Volpato, Nicolás Zárate, Paula Zúñiga, Óscar Hernández, Carlos Corales
Montaje: Danielle Fillos
Cinematografía: Enrique Stindt
Música: Ángela Acuña
Países: Chile, Argentina, Bélgica
Año: 2020