Mar
1
2021
21:29
Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@Tato Ruiz)
Lo más reciente de Sofía Coppola no solo tiene esa mirada corrosiva y refulgente tan reconocible en su cine. Entre el reparto incluye a ese señor magnífico llamado Bill Murray, el casi único representante nominado entre ese montón de organizaciones de premios que aparecen por esta época, y pretenden ser más significativos que las mismas películas. La responsable de películas como The virgin suicides, Somewhere o Lost in Translation, trae aquí un trabajo que tiene toda la facha de responder al cliché del género (comedia romántica, screwball), pero afortunadamente, está lejos de la vacuidad y la ligereza que aparenta.
Se cuenta aquí la historia de Laura (encantadora Rashida Jones), una escritora con crisis creativa, en una casa que es un auténtico despelote gracias a sus pequeñas y adorables niñitas y con un marido trabajólico que le empieza a despertar dudas sobre si es la única con la que comparte lecho (sin más ni menos). Una noche bastará para que la Coppola nos cuente cómo aflora en Laura la duda, luego de una confusión en la cama con su marido, que está hasta las narices de trabajo y, probablemente, de relajantes. Lo que viene para Laura es una auténtica agonía, (luego descubre otros detallitos que la descolocan) y ante un círculo social bastante limitado, recurre a Félix, su padre, con el que parece estar levemente distanciada.
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