Abr 26 2022 20:12

Reseña C’Mon C’Mon de Mike Mills – Eternos y luminosos cuestionamientos

Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

En los créditos finales de C’Mon C’Mon, Mike Mills y su equipo de trabajo, deciden seguir inundándonos con respuestas de niños, niñas y adolescentes a preguntas muy sencillas. Unas respuestas llenas de chispa, sensatez y algo de cierta madurez. Digo inundándonos no de forma despectiva. En los poco más de 100 minutos que tiene la película conviven la ficción y el documental, y esto es porque el personaje principal, Jhonny (un muy contenido y ligeramente retraído Joaquín Phoenix) trabaja como periodista radial y está desarrollando un proyecto con el que entrevista a diversos niños de varias partes del país, conociendo así sus opiniones con respecto a variados temas. Por lo anterior, Jhonny viaja por muchos lugares con su pequeño equipo de producción y un buen listado de preguntas.

La situación (documental) no es secundaria, ni pretende tapar huecos que vaya dejando la parte de ficción. Me atrevería a decir que sin todo ese contexto la película no tendría el mismo significado, aunque es justo decir que lo que Mike Mills narra en clave de ficción es de una singular belleza, y una historia muy concreta y bien contada. Las entrevistas o, mejor, las respuestas de aquellos niños y niñas no son solo sensatas y genuinas, también dejan notar que la niñez (la estadounidense, por lo menos), parece estar cada vez más consciente del entorno en el que viven, y se han dado cuenta que en ese entorno tienen pocas formas participación, no son muy tenidos en cuenta y cargan con grandes expectativas acerca de lo que significa vivir en armonía.

Da igual cómo esos niños y niñas hayan llegado a saberlo o cómo han sido guiados y estimulados para lograr tales reflexiones. Son reflexiones que, a mí como adulto, no dejan de generarme una sensación de interesante incomodidad, al tiempo que me confronta y me hace recordar que lo de traer niños al mundo no es ni baladí, ni divertido.

Así como me confronta a mí, y me da la impresión (casi seguridad) que a gran parte del público que ha visto esta película, según los comentarios, críticas, reseñas y opiniones en variados espacios, también confronta al personaje de Phoenix, quien recibe toda una carga de presión a través de lo que desprenden las reflexiones de su sobrino, Jesse, un niño con el que se ve obligado a convivir por un buen periodo de tiempo (aunque Jhonny se ofrece a cuidarlo, no esperaba que fuera ni tan intenso, ni tan largo el tiempo) pero, sobre todo, a crear un vínculo muy fuerte. Jesse, que es interpretado por un niño de nombre Woody Norman, es tan convincente en su trabajo que resulta completamente magnético y lo mejor de la película.

Aunque Jesse y Jhonny se conocen, nunca habían logrado una sólida relación dados los problemas entre su tío y Viv, la madre del niño, interpretada por la inquietante y fantástica Gaby Hoffmann. Ahora Jesse y Jhonny pasarán un buen tiempo juntos dado que Viv debe dejarlo al cuidado de alguien, pues tiene que viajar de urgencia a la ciudad a la que se ha mudado su marido, y padre de Jesse, y quien a su vez atraviesa una fuerte crisis depresiva.

Ante la necesidad de su hermana, con quien desde el inicio se evidencia el distanciamiento (luego nos explican por qué), Jhonny viaja de Detroit a Los Ángeles para ayudarla, y lo que en principio podría parecer una divertida aventura, se va volviendo un constante dolor de cabeza, y como decía líneas arriba, se va convirtiendo en una extraña relación que empieza a confrontar a Jhonny, pues las preguntas y la forma de actuar de su sobrino, un niño bastante avispado, y evidentemente bastante estimulado, comienzan a despertar en Jhonny una ternura no antes experimentada y los recuerdos de un pasado que ha intentado suprimir por lo dolorosos que resultan y que de alguna manera lo han convertido en un hombre que parece desprendido de todo, que da la sensación de estar en piloto automático.

Con “C’Mon C’Mon” Mike Mills nos vuelve a presentar un trabajo de alta sensibilidad, muchísima emoción e indiscutiblemente complejo. Así como en sus anteriores películas, las inmensas “Begginers” y “20th centurywomen”, aquí también hay una oda a lo íntimo, a lo fraterno y a los círculos más cerrados del ser humano. En “C’Mon C’Mon” hay una mirada de eterno cuestionamiento, desde lo más simple que es preguntarles a otros por el significado de las cosas, hasta preguntarse a sí mismo si se está satisfecho con el trabajo hecho como padres y madres.

Yo terminé incluso preguntándome si como seres humanos, en este presente, podemos seguir emulando estilos de vida exclusivamente heredados, estilos de vida en los que traer hijos al mundo es visto como un imprescindible logro, no por el hecho de tener hijos per se, si no por el ambiente, los escenarios a los que se traen, con los retos de ahora. Sí, probablemente me esté metiendo en un jardín del que no podré salir y me estoy complicando con una película que, según su propio director, salió de las ganas de relatar lo bonito de la hora del baño entre padre e hijo… y supongo también que de lo inspirado que debe sentirse al ser padre.

En esta película la extraña y también entrañable pareja formada por tío y sobrino, va creando frente a nuestros ojos una transformación resplandeciente. Convierte y seguirá convirtiendo para bien, la vida de ese par de personajes (a veces me gusta pensar que hay vida después de la película y que esa gente seguirá por los rumbos que su guionista y director les ha marcado) dándonos placer a quienes, a través del cine, también buscamos un estímulo de vitalidad y esperanza.

Ficha Técnica

Dirección: Mike Mills
Guion: Mike Mills
Género: Drama
Duración: 108 minutos
Producida por: Chelsea Barnard, Lila Yacoub
Protagonistas: Joaquin Phoenix, Gaby Hoffmann, Scoot McNairy, Molly Webster, Woody Norman
Montaje: Jennifer Vecchiarello
Cinematografía: Robbie Ryan
Música: Aaron Dessner, Bryce Dessner
País: Estados Unidos
Año: 2021