Oct 22 2010 00:26

Entrevista al director latino Sebastián Cordero

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Sebastián Cordero es uno de los más importantes referentes del cine latinoamericano actual. Su filmografía incluye tan solo tres largometrajes, sin embargo, cada una de ellos ha tenido excelente aceptación entre el público y la crítica, no solo en la región sino en Europa. En este 2010 estrena Rabia, protagonizada por el español Gustavo Sánchez y la colombiana Martina Garcia en co-producción entre Ecuador, México, Colombia y España, y en la que una vez más nos muestra las dualidades de los seres humanos.

Cordero a llegado a Colombia a presentar su película que se estrenará el próximo 05 de Noviembre y formará parte del 2do Festival Internacional de Cine de Cali.

Recientemente , el realizador ecuatoriano se ha dado el lujo de estrenar el libro sobre su ópera prima “Rata Ratones y Rateros” a manera de conmemorar los diez años de este film. La obra que fue preparada por Pablo Iturralde, recopila las incidencias de la elaboración del film como también los recuerdos y el espíritu del rodaje. Además se incluye el guión completo, fotos y una serie de notas de prensa en publicaciones internacionales.

Conversamos con él sobre este nueva película, de su trabajo al lado del reconocido productor y cineasta Guillermo del Toro y sobre el estado de la industria latinoamericana.

Sitio Oficial: http://www.rabiapelicula.com/

En Ratas, Ratones, Rateros se contó una historia al estilo de Victor Gaviria, En Crónicas contó con el actor nacido en Colombia, John Leguizamo y se inspiró, en parte, en el caso del pedófilo Garavito. Ahora en Rabia, cuenta con productor colombiano, con la actriz Martina García y con el tema de los inmigrantes de Colombia en España. ¿Qué es lo que le atrae del país y la cinematografía nacional?

Pues creo primero que nada que entre Ecuador y Colombia al ser países vecinos son países hermanos, tenemos muchísimo en común y es muy lógico el ir creando una alianza. Esto se me hace algo muy natural. En Ecuador hay mucha presencia de colombianos y creo que en el día día, sientes que hay una cercanía. Ahora, dentro de la cinematografía colombiana creo que hay obras muy importantes, mencionabas a Gaviria que es uno de los grandes cineastas de aquí y a quien admiro mucho. Yo creo que teniendo realidades similares e idiosincracias parecidas, es lógico el hecho de trabajar juntos.

En sus dos últimas películas ha logrado involucrar a Guillermo del Toro. ¿Qué ha hecho para que este productor latinoamericano de peso se interese en sus proyectos y cómo ha sido la experiencia?

La experiencia de trabajar con Guillermo ha sido fantástica, la verdad, a parte de ser un cineasta a quien admiro y respeto profundamente. Él tiene una cabeza y un instinto tanto como realizador como cinéfilo, excepcional. Guillermo es alguien que ve un guión o ve un corte de la película y los consejos que te da son tan acertados que es imposible no hacerle caso, realmente es un aliado en todo sentido. Él se ha involucrado en ambos proyectos a través de Bertha Navarro que es productora también de ambas películas y ellos son socios, Guillermo no participa en todos los proyectos de ella pues es bastante selectivo pero a él le encantó esta historia, le encantó el guión y quiso apoyarla desde un principio. Realmente yo creo que él como productor le gusta mucho incentivar películas que a él mismo le gustaría ver como cinéfilo y a Rabia le vio un gran potencial.

Sus películas cuentan historias humanas realistas, cargadas de personajes con mucha dualidad. ¿Es por eso que se dió a la tarea de adaptar la exitosa novela de Sergio Bizzio?

Realmente sí. A mi me gustan los personajes en el cine que tienen mucha complejidad, que tienen muchas gamas de grises, que no se quedan solo en el estereotipo de este es el bueno y este el malo, no, a mi eso me parece aburridísimo, prefiero siempre meterme en personajes que te permiten explorar toda la gama de sentimientos y de lo que tiene el ser humano. En Rabia cuando leí la novela, me engancho mucho que Jose María, el personaje principal, era alguien muy cuestionable, uno podía decir de él que era un machista, celoso, casi un psicópata, pero al mismo tiempo con una capacidad de amar, de darse, de sacrificarse que lo hacen un hombre muy, muy fuerte.

Hace un tiempo entrevistaba a la actriz mexicana Elena de Haro protagonista de Malos Hábitos y quien debió rebajar muchos kilos para representar una mujer anoréxica. Su papel representó posteriormente varios problemas para su cuerpo y su salud. El protagonista de Rabia, Gustavo Sánchez, me la hizo recordar pues él debió bajar 13 kilos, ¿tuvo inconvenientes?

Ahora Gustavo esta bien, pero si tuvo repercusiones, creo que tuvo problemas con el hígado más que por la bajada de peso, por la subida tan de golpe (súbitamente). Para el rodaje él fue subiendo muy rápidamente 14 kilos y por eso su organismo se afectó. Por fortuna todo esta controlado y hoy está muy bien de salud, pero era un riesgo que él lo tomó conscientemente, sin embargo ocurrió algo chistoso, cuando bajó tanto, el sentía que no había bajado lo suficiente para lograr su personaje y psicológicamente él pensaba que podía llegar más lejos, y más bien eramos todos que al verlo tan flaco y esquelético le decíamos, estás perfecto. Yo soy consciente de su gran sacrificio.

¿Porqué adicionar en la película el tema de la inmigración?

En la novela todo ocurre en Buenos Aires y todos sus personajes son argentinos. La idea vino por sugerencia de Bertha Navarro cuando ella me dio la novela para que la leyera. Ella siempre esta buscando temas muy sociales en el cine que ella produce y pues yo trabajo con ella desde hace muchos años, así que mantenemos muy conectados sobre todo con el tipo de historias que ella quiere. Cuando ella me sugiere incorporar este tema me pareció muy acertado porque le daba una capa adicional de significado a Rabia, de reflexión, que va mucho más allá de lo obvio que se puede ver en las primeras escenas de la película.

Usted ha tenido la fortuna de contar con importantes actores: Damian Alcázar, Leguizamo, el reconocido Alfred Molina, Gustavo Sánchez, Concha Velasco, etc. ¿a quién más le gustaría dirigir?

(Risas). Hay muchos actores que me encantan a nivel internacional, por ejemplo, Julianne Moore me parece una actriz increíble, de un rango excepcional, Inés Efron, la protagonista de XXY, que cuando la vi en esta película, vi en ella a una gran, gran estrella, una actriz maravillosa. También me gustaría tener a los grandes actores que admiro, Philip Seymour Hoffman es uno de ellos. En algún momento me quedé en conversaciones para un proyecto con Daniel Giménez Cacho pero me quedé con ganas de trabajar con él y espero en algún momento poderlo dirigir. Hay muchos actores que me gustan pero digamos que esos son los primeros que se me vienen a la mente.

Sus películas han logrado ser recibidas muy bien por un público muy amplio, desde el espectador común hasta la crítica, desde su natal Ecuador hasta Europa. ¿Cuál considera que es la clave de ese éxito?

Yo trato de hacer películas con integridad, películas que sean verdaderas así mismas, que finalmente te cuenten una historia con verdad. Algunas te cuentan historias muy duras, tanto desde Ratas, Ratones y Rateros hasta Rabia son historias muy tristes, oscuras, pero trato de darles una fuerza e intesidad. Yo siento que el cine funciona desde varios niveles; puede engancharte desde puntos de vista muy básicos pero también puede contarte una historia que te conmueva. El cine si tiene un lado de entretenimiento pero también el cine puede ir muchísisimo más lejos, sin que lo uno no excluya a lo otro, así que para mi es importante encontrar siempre ese balance.

En los últimos años la creación de las leyes de cine han permitido movimientos positivos en el cine latinoamericano pero ¿qué está haciendo falta para consolidar la industria?

Creo que las leyes de cine han sido muy útiles y positivas, pero creo igual que esas leyes pueden ir mucho más lejos como en el caso de Ecuador. Yo recién siento que estamos empezando con ese proceso pero aquí en Colombia entiendo que este tema está bastante más avanzado y hay cosas muy positivas igual que en México y Brasil. Creo que es muy importante incentivar que nuestras películas sean vistas en los países vecinos porque lo que llega realmente es una mínima parte de los que se produce en Latinoamérica. No se si la cuestión es que hayan incentivos para que las salas de exhibición pasen más películas latinas y no tanto Hollywood, pues sería muy positivo a mi modo de ver. Yo no siento que al público haya que exigirle algo, porque el público responde a lo que se le da, pero si es importante darle la oportunidad que sepa que existen otras alternativas distintas a la invasión de películas de terror y 3D que está ocurriendo ahorita (risas).

Para finalizar hablemos de Pescador, su próximo largometraje, una co-producción con Colombia que será una road movie, ¿debido a los bajos presupuestos y los desafíos que representa la topografía de nuestra región, no resulta arriesgado utilizar este género?

Pescador es una película muy libre y me gustá mucho después de haber hecho Rabia que es una película que te habla de la claustrofobia y del encierro, así quise contar una historia muy diferente en tono y libre en su realización. Es una película donde ha habido mucho espacio para improvisación, donde hubo mucho espacio para incorporar elementos reales en la historia y eso para mi fue muy positivo y liberador. El tono es bastante más ligero que en Rabia. Es también basada en una historia real de un caso que ocurrió en Ecuador hace unos años y ese caso se presta para crear una historia bastante divertida, muy especial. Nuevamente es en co-producción con Colombia que se estrena a mitades del próximo año pero que dependerá de lo que ocurra con Festivales y el tema de la promoción.

Detalles de su próxima producción

Los protagonistas de la historia son el ecuatoriano Andrés Crespo y la actriz colombiana Marta Cecilia Sánchez
Es la historia de un pescador que encuentra unos paquetes de droga en el sitio Matal de Jama (Ecuador). El caso ocurrió en la vida real en el año 2006. El cargamento de droga fue arrojado al mar por unos narcotraficantes.
La historia es adaptada de la crónica escrita por Juan Fernando Andrade llamada “Confesiones de un Pescador de Coca” y que fuera publicada por la revista SOHO.