Jun 8 2017 12:18

Reseña La Doncella (The Handmaiden), uno de los thrillers más poderosos del cine moderno

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

“Ella es tan ingenua que incluso si un hombre tira de sus pezones, ella no sabrá lo que quiere”.

Basada en la novela “Falsa Identidad” (Fingersmith) de la británica Sara Waters, llega a las salas uno de los más poderosos thrillers psicológicos del cine moderno.

Si Waters hizo una obra que mezcló lo gótico con el thriller en medio de un ambiente victoriano, en manos del genial Par Chan-wook se ha hecho una adaptación cinematográfica casi inclasificable donde muchos géneros caben en perfecta, pero difícil de lograr, armonía.

La Doncella va más allá de los límites que hizo difuso la autora británica y nos transporta a un espacio del director; una Corea en época colonial, en los años treinta, para presentarnos un fascinante y perturbador cuento de intriga, amor, celos, obsesión, drama, sensualidad, dominación y unas exquisitas pinceladas de humor negro.

Sook-hee, la pupila de un notorio estafador, se asocia con un falsificador que se hace pasar por conde (Fujiwara) para seducir a la joven heredera Hideko, quien a su vez está bajo las órdenes del tirano Kouzuki. La misión de Sook-hee es hacerse pasar por su doncella, ganar su confianza y una vez el conde logre casarse con ella declararla loca. Con lo que no cuenta Fujiwara es que ambas se enamoran y tejen un estupendo plan para seguir juntas.

Una de las mayores fortalezas de esta obra es que está contada en partes, cada una de ellas mostrando tres perspectivas de la historia, tres versiones sorprendentes de un mismo cuento capaz de desconcertar al espectador, quien acude como un testigo más bien entrometido del oscuro entramado que se vive dentro de una lujosísima casa de una muy adinerada familia japonesa. Ese misterioso lugar es sin duda otro protagonista de la historia, que ofrece espacios gigantescos, cargados de información y detalles para la misma trama, acentuando esas diferencias de clases, pero también mostrando que al margen de la ambición y la pasión la plebe y la aristocracia pueden llegar a ser iguales.

La película poco a poco va involucrando al espectador en fangos, terrenos muy cuestionables y oscuros donde la depravación, la perversidad y la violencia de género entran en juego y con ello haciéndonos tomar partido por lo que se vislumbra como una venganza maestra. Ese fango toca fondo en una escena donde vemos a una obligada princesa a leer a los aristócratas historias pornográficas “en un tono adecuado”. Su voz, la luz y la música convierten a esta escena en una de las más determinantes de la película y cuyo nivel de patetismo luego se ve compensado en una hermosa parodia.

En realidad, son todos sus personajes absolutamente grises, sin embargo, la sutileza con la que Park Chan-wook construye su relato hace inevitable tener empatías. Narrativamente, The Handmaiden nos lleva como Hitchocock a prestar mucha atención a los pequeños detalles, en un intento (gratamente infructuoso) por adelantarnos a su desenlace. Brillantes son los dos giros tan astutos que toma esta historia y que resultan altamente perturbadores.

Tan impecable como son las actuaciones de su reparto y especialmente de sus protagonistas y la desconocida Kim Tae-ri como la doncella, es el diseño de producción buscando a través del color y las tomas en ángulos perfectos esa atmósfera del cine clásico y puramente inquietante.

A la final La Doncella es un cuento clásico de amor, pero poderosamente femenino, en donde la dominación masculina queda hecha trizas de forma contundente.

La película es de largo aliento, su duración es de 2 horas 45 y existe un corte de director de 168 minutos, que seguramente al igual que nosotros querrán ver.

Ficha Técnica