Ago 13 2012 19:09

Sofía y el terco, adorable de historia de una soñadora – Reseña

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

“Sofía tiene un sueño que no da espera”

Se exhibe en cartelera SOFÍA Y EL TERCO, un film que se mueve en el mundo de las fantasías y los sueños, un universo donde cualquier cosa puede existir y la imaginación vuela para alentar el espíritu y dejar un mensaje esperanzador.

Sobre todo eso es Sofía y el Terco, una película de buen espíritu que partiendo de una historia real nos adentra en una pareja ya madura, que vive en el campo, a la que la modernidad le ha entrado de a poquitos y que siempre ha esperado el viaje soñado para ir a conocer el mar. El plan vacacional siempre se ha visto postergado por pequeñeces. Sofía, alentada por su fiel amiga y hermana, está decidida a que el plan esta vez sí se cumpla.

Esta ópera prima de Andrés Burgos es una historia sencilla que mezcla fantasía, inocencia y un gran carisma. Es un film querido por su premisa y, por supuesto, por sus personajes interpretados por los veteranos Gustavo Angarita, Carmen Maura y Carmenza Duque. A la historia pareciera no hacerle falta nada, incluso considerando que sus personajes tienen cierta ausencia de profundidad. Para quienes queden con ganas de más, pueden extender la historia y conocer un poco más de esta entrañable pareja con el libro de igual título.

La española Carmen Maura, al representar una mujer campesina de Colombia, no musita palabra alguna durante el film, tampoco es muda, pero es una forma astuta de eliminar los problemas de acento de esta galardona actriz, que sin duda le restarían credibilidad a la historia. De paso les ha servido para aislar a este personaje en su mundo lleno de ilusiones, permitiendo con esta figura dar rienda suelta a su imaginación y permitir al espectador entrarse de forma muy natural en la travesía de esta mujer por cumplir su sueño.

Carmen Maura no exagera su actuación para hacerse entender. Lo hace con gestos sutiles pero bien marcados. Su mirada es un mar de significados extraordinarios así como su ropa y su baile lleno de color y de vitalidad.

El film permanece sencillo y austero (en TODO el sentido de la palabra), no inventa la rueda ni se arriesga a proponer nuevas cosas. Es de narración clásica y cargada, incluso, de muchos planos fijos. La fortaleza de esta película es su historia. Los personajes que hacen de ella, de su vida, un universo singular.

Sofía y el Terco es un largometraje no convencional, que a pesar de mostrarnos un viaje no es exactamente una road movie. Es un film de lo cotidiano porque la cotidianidad no siempre es rutinaria y aburrida. En lo cotidiano también se pueden encontrar historias sin dramas y agonías y con personajes absolutamente adorables.