May 22 2013 17:41

La Jaula de Oro, sobre adolescentes en Centroamérica que migran a USA en los vagones del tren- Cannes Día 8

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Ayer fue el turno para Argentina con la última película de Lucía Puenzo (Wakolda. Leer de ella aquí) y hoy lo fue para México que también compite en Una Cierta Mirada con la película La Jaula de Oro (The Golden Cage) del realizador Diego Quemada-Diez.

Hay imágenes de esta película que nos recuerdan inmediatamente al film “Sin Nombre” (se las recomiendo), co-producida entre Gael García y Diego Luna sobre adolescentes hondureños que tratando de escapar de los conflictos de pandillas en su país, intentan refugiarse en Estados Unidos, atravesando Centroamérica y viajando con riesgo en el techo de los vagones del tren.

La comparación, viendo las imágenes y leyendo de su historia resulta bien válida, porque esta película también sigue el rastro de tres adolescentes de 15 años que escapan de Guatemala hacia Estados Unidos, en un viaje en el que conocen a otros jóvenes, entre ellos un indio indocumentado que no habla español. Cruzar la frontera, de la misma forma como nos lo mostró “Sin Nombre”, es para ellos cumplir el sueño americano hasta que se topan con una realidad mucho más cruda, la verdadera realidad.

Periódicos, la televisión, medios online han documentado bastante bien esto, un viaje de la muerte en el que muchos pierden la vida. Del caso leyó un artículo Quemada-Diez en 2003 y no dudó en irse a visitar Mazatlán, en México, llegando a vivir durante dos meses en una de las casas por donde pasa la línea férrea. Él fue testigo de como todos los días arribaba el tren con vagones atestados de migrantes. Esas personas le contaron sus experiencias, su lucha por resistir el duro trayecto, cómo eran víctimas de robo y cómo muchos fallecen en su intento.

En total recopiló más de 600 testimonios que fueron grabados y con los cuales armó su película híbrida entre el documental y la ficción, utilizando además actores naturales muy jóvenes para causar con esto un mayor impacto. Lo que ha ficcionado de su largometraje es para llenar de poesía ese sueño de adolescentes que se ataja por el choque cultural.

La película sirve conscientemente como crítica social a una problemática que deja indiferente a muchos gobiernos y se agrava con las políticas implementadas por el gobierno de Obama. “Estados Unidos tiene las manos llenas de sangre con esta situación y es indignante …y es triste que México le haga el trabajo sucio a Estados Unidos. El gobierno de Chiapas está promoviendo una cantidad de medidas terribles en contra de los migrantes”, decía el realizador a un diario mexicano antes de partir a Cannes.

El título de la película es tomado de una canción del popular grupo de música norteña Los Tigres del Norte que está dedicada precisamente los inmigrantes en Estados Unidos.