Mar 11 2019 17:46

Homo Botanicus de Guillermo Quintero – Crítica. Homenaje a la naturaleza y al botánico Julio Betancur

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Guillermo Quintero debuta con un largometraje dedicado a la naturaleza colombiana, estrenado en el FICCI 2019.

Homo Botanicus es una expedición por el universo de las plantas y un homenaje al biólogo-botánico Julio Betancur.

Betancur es un profesional reconocido en su campo, director actual del herbario nacional del país fundado en 1936 por la Universidad Nacional, que a lo largo de su carrera, que ya casi completa las tres décadas, ha conseguido recolectar 19.325 plantas. Con él y uno de sus estudiantes se explora la naturaleza profunda de Colombia, sus bosques espesos en búsqueda de esas plantas sorprendentes, endémicas o nunca antes vistas en una región determinada.

La sencillez del relato y todo lo relacionado a lo formal hace que uno se interese poco a poco en el mundo de las plantas, pero también en la relación entre mentor y pupilo, donde prima el rotundo respeto y se hace notoria la admiración no solo del aprendiz sino también de un tercero en juego, el director, quien además de narrar la película, se involucra íntimamente, pues fue estudiante de Betancur hace varios años cuando quería seguir sus pasos. Fue de hecho la nostalgia que produjo en él esas salidas de campo con el maestro, parte del motor que dio origen al documental.

Homo Botanicus alterna la fascinación de ambos personajes por las plantas con esa relación entre ambos. Con la primera, explicando cosas que la gente del común no podría apreciar por sí solas, enalteciendo con ellas el trabajo que estos profesionales realizan y resaltando la belleza y diversidad que poseemos. Con la segunda, se llega a reflexiones filosóficas sobre la vida, oficio, el amor y naturaleza. Pero también del tiempo, que con Julio y Cristian (Castro) parece haberse detenido, llevándonos como a la época de esos expedicionarios del pasado, reivindicando que en épocas modernas los botánicos siguen vigentes y el territorio tiene espacios para explorar. Con ellos también hay cierta nostalgia hacia esos tratos humanos cálidos, de buen lenguaje y conversaciones sanas. Con esos personajes hay una especie de espejo relacionado con la armonía de la naturaleza.

El documental más allá de sus propias fronteras sirve para validar esa otra Colombia que espera por ser contada. Se cree que una película nacional que no esté atravesada, así sea mínimamente, por el conflicto armado y la violencia es una historia idealizada. Homo Botanicus demuestra lo contrario, con personajes reales, que sin pretensiones, como esta película, construyen país.

Colombia se muestra en un esplendor minimalista. No hay despliegues técnicos mayores, ni uso de drones para mostrar una inmensidad. Quintero muestra la belleza inmediata, la que permanece al lado de los observadores, la que le interesa a los botánicos, plantas, tallos, hojas y frutos, en medio de la verde espesura y con eso es más que suficiente.

A mitades de año llegará a la cartelera.

Ficha Técnica