May 19 2022 12:41

Reseña El film justifica los medios de Juan Jacobo del Castillo – Los inicios del cine político en Colombia

Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

La urgencia de la memoria

A través de los trabajos y la voz de tres íconos del cine nacional, Juan Jacobo del Castillo nos presenta un trabajo urgente, no solo por su carga política y social, sino por lo imprescindible al momento de hablar de formación de públicos y profesionales del medio, a propósito de toda la fiebre audiovisual y cinematográfica que supuestamente se está viviendo en el país – lejano aún, eso sí, de una verdadera industria.

El ejercicio de Juan Jacobo del Castillo reconstruye una parte de la historia cinematográfica – la más marginada y, quizás, la más interesante – no digo olvidada, porque en el olvido parecen estar gran parte de las películas nacionales, incluyendo las más contemporáneas -, específicamente recuperando el trabajo, las voces y la experiencia laboral de personajes como la directora Marta Rodríguez, el fotógrafo Carlos Sánchez, y el también realizador y crítico Carlos Álvarez, fallecido en 2019, y a quien le ofrecen una dedicatoria.

Jacobo del Castillo viaja hacia finales de los 60 y comienzos y mediados de los 70 y recupera algunas imágenes de trabajos como “Chircales”, “Asalto”, “¿Qué es la democracia?”, “Campesinos”, “Rushes”, “Oiga vea” “28 de febrero de 1970”, entre muchos otros. Distribuye sus casi 80 minutos en cuatro capítulos donde además de la recuperación de títulos y algunas imágenes, se pregunta constantemente si había una cinematografía política y de denuncia en el país, en momentos en que varios países de la región y en el mundo entero – Brasil, Francia, Alemania, Japón, Argentina o Chile – se evidenciaba a través del cine y la fotografía lo que se padecía con respecto al abuso de poder, represiones y violencia.

A través de esos cuatro capítulos no solo resuena el pasado como un ejercicio de memoria visual y un recordatorio del trabajo cinematográfico, también flotan en la película las reflexiones sobre el contexto político, social y cultural del país (pasado y presente), y la necesidad de seguir trabajando un cine de denuncia. También, y aunque no llegue a ser subrayado, la necesidad de seguir creando memorias audiovisuales a través de películas, oportunidades y espacios que reúnan al público para seguir conociendo el país a través del relato cinematográfico en su ventana más idónea.

“El film justifica los medios” intenta sacar del olvido – y quizás de los espacios meramente académicos y de pequeños nichos- esos trabajos que avalan el compromiso de sus protagonistas y directos responsables por crear un arma contra los sistemáticos abusos de poder, elementos para visibilizar las historias de quienes no tienen un perfil de personajes aspiracionales en una economía neoliberal y aspiran a un mejor vivir y a una vida digna. Lo anterior, quizás demasiado empapado de las necesidades que por estos días de campañas y elecciones tienen mayor resonancia.

Lanzar a los cines una película como “El film justifica los medios”, una película que por lo demás, trae consigo un trabajo gráfico que se asemeja a la estética del cine político y marginal (artesanal y totalmente independiente), tomando distancia de herramientas más sofisticadas del presente, no es ni gratuito, ni un asunto de casualidad. Es casi consecuente, y una pequeña y no menos importante forma de crear la promoción de la película de manera consecuente y provechosa.

En “El film justifica los medios” se alcanzan a narrar acontecimientos como la operación Marquetalia, los inicios de las FARC, la memoria audiovisual de un fraude electoral en el país, el asesinato del cura guerrillero Camilo Torres o la violenta invasión a un barrio en Bogotá, entre otros sucesos. Sucesos que, además, más allá de la autoría de quienes pudieron captarlo, tenía un solo objetivo: ser compartido y difundido.

Por todo el complejo mapa que se intenta hacer en este documental, evidentemente del Castillo y su equipo se quedan completamente cortos, y nos dejan una deuda cinematográfica que ojalá llegue a saldarse en un futuro cercano. “El film justifica los medios” es una película poderosa y necesaria, y un recordatorio para seguir apoyando los ejercicios documentales que sigan queriendo contar lo complejo que resulta nuestro país.

Esta película, que nació de un proyecto de investigación que solo pretendía compartir un pedazo de la historia de la memoria cinematográfica de América Latina, se cruza con un momento fundamental de la sociedad colombiana, y eso tenía que tener una consecuencia. A propósito, ¿por qué una película como esta no llega a tener visibilidad en el que se supone es el festival de cine más importante del país?

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