Abr 11 2023 01:36

Reseña “La Syndicaliste” (Blanco Fácil) – El inaudito caso político de Maureen Kearney

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Apenas hace un mes se estrenaba en las salas de cine francesas “La Syndicaliste”, una película que a modo de thriller recrea el inaudito caso de la informante irlandesa Maureen Kearney, una mujer que se ve involucrada en una conspiración política, en la que pasa de acusadora a acusada y por la cual ha de perseguir justicia por casi cinco años.

“Blanco fácil” es dirigida por Jean-Paul Salomé, basándose en el ensayo de investigación publicado por Caroline Michel-Aguirre y que conoció a través de un tuit.

Residente en Francia, esta mujer se involucró con la industria nuclear a finales de los años ochenta, cuando es contratada como profesora de inglés de los ejecutivos de una compañía reconocida. Ahí se haría miembro del sindicato, al descubrir un intento de sacar a varios ingenieros sin ser indemnizados, logrando que se les asegurara sus puestos y adecuado plan de responsabiliad social. Con ese background llegó a la multinacional francesa Areva, especializada en energía nuclear, donde asume el cargo de secretaria general del comité del grupo europeo y gana mucho prestigio. Los datos dan cuenta que, como sindicalista, llegó a representar a más de 75 mil empleados y pudo ingresar tanto al Senado como a la Asamblea.

La película se enfoca de entrada en Areva, porque fue ahí donde inició su viacrucis. El 17 de diciembre de 2011 es encontrada en el sótano de su casa por su empleada, atada a una silla, con la cabeza tapada, la boca con cinta, una marca en su estómago con la letra A y el mango de un cuchillo metido en su vagina. La policía, por supuesto, asumió de inmediato el caso, puso en fuerte custodia el lugar, le proporcionó seguridad y fue llevada a medicina legal. Al terminar la inspección médica, se organiza, acomoda su pelo (casi siempre con un recogido), pinta sus labios de rojo encendido y pide un lapicero y un papel para redactar su testimonio. En adelante, esta historia nos devuelve a unos meses atrás, para así entender porqué esta líder calmada, comprometida y siempre bien vestida ha recibido un ataque tan repudiable, en su propio hogar.

Dos meses después de la apertura de su caso y de no hallar pruebas, ni siquiera de ADN de los agresores, el caso es cerrado e inmediatamente, y para gran sorpresa, es abierto otro por falsa denuncia, convirtiéndose en la principal sospechosa de crear su propio acto criminal con el objetivo de llamar la atención de los medios y ser escuchada en su idea de que la compañía estaba negociando bajo cuerda producción nuclear con China, a bajo costo, poniendo en grave riesgo el bienestar de la propia empresa y la estabilidad de sus empleados. Maureen fue sometida a un juicio y condenada con una multa de cinco mil euros, más cinco meses de prisión (y le dicen, en la película, que la sacó barata). El cómo llega a esa deducción que la puso en la mira del poder, quién la ayudó y lo que hizo para dar a conocer a políticos y la opinión pública su denuncia, es lo que se ve en esta historia, además de su batalla para que se hiciera justicia a su favor.

“La Syndicaliste” (Blanco Fácil) tiene un tono que se aleja de la denuncia feroz, aunque lo persigue y teniendo en cuenta el duro contexto de su historia. Su director parece querer asegurarse que el público empatice con este personaje, mostrándola varias veces en su faceta de madre relajada, esposa de un hombre gracioso (en manos del siempre agradable Grégrory Gadebois), su compañero afable que le tolera toda su energía laboral (ella nunca para) y una hija que se mantiene al margen de sus asuntos. En sí, una familia que, a pesar de todo, permanece unida, sonriente y hasta divertida. Todos esos momentos hacen de la película un buen entretenimiento, pero reduce al máximo la intensidad, densidad y diálogos largos y elocuentes que suelen tener aquellos buenos thrillers sobre juicios.

El largometraje muestra, por un lado, lo implacable y sucio que es el mundillo de la política, cuando se tocan las altas esferas del poder, se revelan entramados de corrupción y se habla de verdades incómodas y, por el otro, el drama (sin llegar a la tragedia) de una mujer que es violentada, amenazada y desprestigiada, y cómo su determinación infinita la lleva a reclamar y lograr, casi que milagrosamente, justicia.

Maureen Kearney es encarnada aquí por Isabelle Huppert, a quien vemos de pelo mono y gafas de colores, recreando casi que con fidelidad, según el director, el estilo de esta mujer y maestra, que volvió en la vida real a su oficio de educadora tras resolverse su caso años después. Huppert, como suele pasar, hace un papel realista, interpretando a un personaje que a pesar del peso de sus enemigos, quienes intentaron anularla usando bajezas como las de su condición de ser mujer o ser una simple profesora de inglés y de las acusaciones en su contra, jamás se descompuso (y eso que libraba una batalla interna. Sufrió depresión).

“La Syndicaliste” (Blanco Fácil)” es, sobre todo, una película acerca de la redención, el viaje a un descenso en la carrera de una mujer, en un entorno político ochentero y machista (que no ha de haber cambiado mucho, pero digamos que los hombres ahora moderan un poco más sus comentarios), donde tenía todo por perder, pero nunca dejó escapar su convicción. La historia de una mujer inquebrantable con todos sus matices de fragilidad y fortaleza.

Si sienten que esta ficción se queda corta en este increíble caso, hay, además del libro, un podcast que contó en detalle lo sucedido y se titula “L’Agression”.

Ficha Técnica

Dirección: Jean-Paul Salomé
Guion: Fadette Drouard, Jean-Paul Salomé
Duración: 122 minutos
Producida por: Bertrand Faivre
Género: Thriller, drama
Reparto: Isabelle Huppert, Grégory Gadebois, Alexandra Maria Lara, Francois-Xavier demaison, Pierre Deladonchamps, Marian Foïs, Gilles Cohen, Yvan Attal
Montaje: Valérie Deseine, Aïn Varet
Cinematografía: Julien Hirsch
Música: Bruno Coulais
País: Francia
Año: 2023