Oct 24 2013 16:49

Entrevista a Roberto Flores Prieto, director de Cazando Luciérnagas

	Por Alberto Duque Rincón
	alberto.duque@cloudmail.com.co

En medio de su viaje a Bogotá, en donde se le estuvieron dando los últimos arreglos a su tercer largometraje titulado “Ruido Rosa”, el director Roberto Flores Prieto nos dio un espacio para poder hablar de Cazando Luciérnagas, su segundo film, que ganó cuatro premios en el Festival de Cine en Gramado Brasil. A pocos días de hacer el estreno nacional en Colombia, la película participó en el Festival de Cine de Chicago y se dispone a realizar lo mismo en el Festival de Cine de Roma, dentro de la sección “Alicia en las ciudades”, y el Festival Filmar en Latinoamérica de Ginebra, Suiza.

Para las diferentes funciones promocionales Roberto tuvo una idea muy ambiciosa: poder convocar por medio de las redes sociales a esos papás y a esos hijos que por diversas circunstancias ya no están juntos, y poder lograr reunirlos, que vean la película sentados juntos, compartiendo esta bella historia, poniendo de lado por un momento las diferencias (ojalá para siempre), empezar de nuevo y nunca volver a separarse.

¿Dónde nace Cazando Luciérnagas?

Hay un punto de partida que es un cuento de mi guionista Carlos Franco, con un libro de cuentos que se llama Cazando Luciérnagas y otros relatos, que ganó el premio de literatura el año pasado. Este era un cuento muy breve, donde el personaje de Manrique y el personaje de la perra que llega, eran los únicos personajes. El personaje de la hija de Manrique no existía, y por supuesto, tenía la semilla de algo que me interesaba mucho, pero había que convertirlo en algo que pudiera ser llevado a un largometraje, y se me ocurrió el tema que además es fundamental para mi: la relación de padre e hijo, tanto por mi relación con mi padre y ahora con mis dos hijas.

En mi adolescencia, mi relación con mi padre tuvo una ruptura, no nos hablábamos, ahora somos los mejores amigos, pero tuvimos una pequeña separación, eso alimentó mucho mi idea de introducir este personaje y volver la película un film sobre la relación de los padres con los hijos. Para Carlos también era un tema importante. La película se volvió muy emocional y muy personal para mucha de la gente que la estaba haciendo.

¿Cómo llega Marlon Moreno a la película?

Con Marlon veníamos de hacer una película juntos que se llama “Heridas” (que no fue distribuida en el país), en la cual hicimos una gran amistad y un gran relación creativa. Creo que Marlon y yo vamos a seguir haciendo películas hasta que estemos ancianos, realmente nos gusta mucho trabajar juntos, y esta película desde que estaba listo el guión empecé a hablarle de ella, él es padre y tiene cuatro hijos y también tiene una historia con sus hijos, por lo que también se convirtió en un proyecto muy personal para él.

Marlon es un gran actor no solo por lo que es capaz de hacer, sino por la forma en que enfrenta su oficio, para él lo más importante es actuar. Marlon es uno de los mejores actores del país, pertenece a la última generación de actores que se tomó en serio actuar, que quieren ser mejores actores, no solo salir en televisión, sino actuar, son capaces de dejar de lado la vanidad, aman la actuación, por eso lo respeto y me gusta mucho trabajar con él, me exige mucho y yo le exijo mucho a él cuando estamos trabajando y me gusta mucho la relación de colaboración con él, porque eso es lo que hacemos; construir conjuntamente personajes.

En Cazando Luciérnagas, van a ver a un Marlon Moreno que no se ha visto, creo que es la película de él como actor, y cualquier persona que valore el oficio de la actuación, va a ver un actor que dejó la sangre en la arena, entregó todo para sacar adelante un personaje honesto y real.

¿La película se filmó cerca a Barranquilla?

La película se filmó en cinco semanas, cinco semanas muy duras, con lluvias y vendavales, el set se destruyó un par de veces, había días que estábamos atrasados y sin embargo, no podíamos seguir filmando porque el clima no lo permitía. Teníamos casa, la empresa que maneja las salinas nos facilitó una casa que tiene un gran bagaje histórico porque tiene sesenta años o más; ahí estuvo detenido Rojas Pinilla. Ahí fue donde acomodamos a todo el mundo, con las mejores condiciones que podía ofrecer el lugar.

Ese sitio tiene un gran potencial, pero desde que se acabó la bonanza de sal, el lugar no ha podido encontrar su norte, pero aún así tiene una magia particular porque ahí hay una historia cinematográfica muy fuerte. Marlon Brando hizo varias escenas ahí (la película fue Queimada de Guillo Pontecorvo), Pacho Botía hizo algunas escenas de Juana, y yo hice una escenas cortas de Heridas, hice un documental, que con ese fue como conocí a Galerasamba. Yo no había podido filmar en las salinas propiamente y siempre había querido hacerlo.

¿Cómo elegiste a Valentina para el papel de Valeria?

El proceso con valentina fue muy interesante, porque todas estas niñas que se presentaron, fueron como 150, lo hicieron en cinco etapas diferentes. Ella estuvo en todas, tuvo una competencia muy fuerte, pero sobrevivía en cada etapa y se iba fortaleciendo. Cada prueba que llegaba lo hacía mejor, ella se ganó ese papel a pulso, es una chica muy talentosa, la prueba final fue con Marlon presente, viendo como encajaba, quien tenía más química con él, eso fue fundamental. Marlon le exigía, le enseñaba a ser generosa, a reaccionar, le exigía como compañera, para que entregara, para que se ayudaran el uno al otro.

¿Cómo fue la experiencia del festival de Gramado?

Fue muy bello y yo me siento con una deuda con Brasil, mi película anterior se estrenó en el festival de cine de Rio de Janeiro, siempre he sido muy bien recibido allá, y con esta película en particular, nos esperábamos algún premio, pero no esperábamos que fueran tantos, y hubo algunos que nos cogieron por sorpresa como el del guión, ya que es atípico que el jurado viera su importancia, no nos lo esperábamos. Es un encuentro con el cine latinoamericano. A mi me interesa mucho el proceso de construcción de cine en latinoamérica y poder compartir con argentinos, uruguayos y brasileros es apasionante.

Hablando de la descentralización de la producción, ¿estar en Barranquilla es la mejor opción?

Cuando yo volví de estudiar cine, mi madre vivía en Bogotá, hacía mucha televisión, y tenía muchas posibilidades de quedarme allá, había estudiado en Bogotá, pero yo quise volver a Barranquilla, hay un momento muy interesante ahora en la costa a todos los niveles. El año pasado se rodaron más películas en un año que las que se habían rodado en mas 100 años de cine, se rodaron más de seis largometrajes, hay gente que, como se está haciendo televisión, documentales y cine, se pueden quedar a ganarse la vida y desarrollar su carrera ahí, ya hay talento local muy sólido y creo que le hace bien a la industria descentralizarse y que no todas las historias se estén contando en Bogotá. Estamos haciendo animación, cine, documentales, y se presta servicio para los que quieren filmar en la costa.

¿Por qué tiene la gente que ir a ver Cazando Luciérnagas?

Cazando Luciérnagas es una película que le apuesta a que la gente tenga una mirada hacia ciertos temas, a otra forma de hacer cine, no muy usual en Colombia. Es una película hecha con mucho corazón, con un cine de personajes, y un cine que hable de las cosas que los seres humanos tenemos en común; nuestros miedos, nuestras alegrías.

Es una historia hecha por un padre y un hijo, para padres e hijos, pero de una manera diferente, una película que no está ahí para especular o para manipular, o para que la gente brinque en la silla en el minuto 25, sino para tratar de construir una experiencia compartida, que en ultimas sea, ojalá, bella al final. Que digas: ¡qué bonito haber visto esto! Haber visto esos personajes, haber visto esos espacios y haberme tomado el tiempo de relacionarme con el mundo y con el cine de una manera diferente, sin afanes. Eso es realmente lo que busco con esta película.