May 10 2011 00:00

Reseña Karen llora en un bus de Gabriel Rojas

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

“La felicidad está más cerca de lo que puedas imaginar”

Gabriel Rojas, cineasta de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Nacional, presentó su ópera prima en Cartagena Karen llora en un bus. Esta película estuvo seleccionada por el Festival de San Sebastián para participar en las jornadas de Cine en Construcción.

Karen es una mujer que aunque lo tiene todo, nada la satisface, por lo que decide liberarse y lanzarse en una aventura y encuentro consigo misma. Un largometraje que hace referencia a Casa de muñecas, obra de Ibsen, y que plantea el drama de la mujer por conquistar la independencia. Sin duda, Karen llora en un bus rompe con los historias planteadas en el cine colombiano durante los últimos años y le apuesta a nuevas tramas.

Karen Llora en un bus es una película cuya historia parte de la cotidianidad, una característica que se volvió la constante en el cine latinoamericano y con la que se están logrando obras de mucha valía. Esto es lo primero que hay que resaltar de esta ópera prima, escrita y dirigida por Gabriel Rojas, puesto que no pretende repetir las viejas fórmulas del cine nacional sino que, por el contrario, explora un rumbo novedoso en una historia con la que cualquiera podría sentirse identificado.

La película es citadina y Bogotá es el ambiente donde habita Karen, una mujer como cualquier otra en la gran urbe, que usa transporte público, pasa (de seguro) largas horas montada en un bus. Ese es el primer contacto que el espectador tiene con ella. Los trancones y las interminables paradas no sirven de mucho para extraer a Karen de su mundo, de sus sueños y sus problemas.

Ellla, por supuesto, no se escapa a la impotencia que produce no tener una oportunidad laboral y, como si fuera poco, su matrimonio es un desastre. Así y todo, decide salirse de su zona de comodidad y se encuentra determinada a asumir su propia realidad y abrirse un nuevo camino, aunque este no case dentro del modelo convencional de vida.

La película es la búsqueda absoluta de una emancipación, así que, como su palabra lo indica, esta mujer hará lo que deba hacer para lograrlo y ser feliz a su modo. El reto no es fácil y la urbe la atrapa, las necesidades apremian y la consumen pero como siempre ocurre, el instinto de superviviencia rompe esquemas así que la solución la encuentra en un acto tan elemental como es llorar. Las lágrimas en este filme son refugio, son catarsis, son necesidad, pero también son la solución y la puerta a un camino lleno de esperanza, algo tan familiar a nuestra realidad nacional como universal.

Y así como son las historias en la vida real, historias que vienen y van con diferentes protagonistas dentro de una ciudad, este largometraje nos despide de Karen de la misma forma en que nos la presenta: Usando el transporte público. Este final resulta tan maravilloso que es suficiente para hacernos olvidar de algunos fallos técnicos evidentes. Gabriel Rojas consigue otras escenas que se destacan dentro de la historia como la de las marionetas y la de la actuación.

La película sobresale por su autenticidad, entusiasmo, honestidad y la natural actuación de su protagonista Ángela Carrizosa. No en vano ha hecho un destacado recorrido por otros festivales como el de Bélgica (Open Doek) y el Festival de Cine de Berlín, donde se estrenó oficialmente la película.

Cuando se habla de que esta es una historia diferente en la cinematografía nacional, es porque realmente así lo es. Gabriel Rojas nació en Bogotá y ha dirigido cortos como “Mire a ver”, “El zapato”, “Un, dos, tres, estatua”, y el largometraje “Cristina”.

Ficha Técnica

Director: Gabriel Rojas
Guión: Gabriel Rojas
Género: Drama
Duración: 1hr 37min
Reparto: Ángela Carrizosa (Karen), Juan Manuel Diaz (Eduardo), María Ángelica Sánchez (Patricia)
Fotografía: Manuel Castañeda
Edición: Carlos Fernando Cordero
País: Colombia
Año: 2011