Feb 27 2019 11:43

Maligno (The Prodigy), nueva historia sobre la llegada de la serpiente- Reseña

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Nicholas McCarthy se ha especializado en el cine de horror con dos títulos anteriores del género: El pacto (2012) y At The Devil’s Door (2014). Ambas han llegado a festivales, la primera en Sundance y la segunda se exhibió en el South By Southwest.

En este mes de febrero acaba de estrenar internacionalmente The Prodigy, una película de horror y producción canadiense que nos trae una nueva versión de la llegada a tierra del maligno, justamente el título que adopta en español en su llegada a salas.

Hermanada temáticamente con películas como El bebé de Rosmary y The Omen, en The Prodigy conocemos a la familia Blume, integrada por Sarah, la madre; Jackson, el padre; y su hijo Miles, quien nace justo el día en el que un asesino en serie, Edward Scarka, es asesinado a muchos kilómetros de distancia de donde ellos residen. El pequeño va creciendo demostrando muchas habilidades y una inteligencia superior, pero cuando cumple ocho años, comienza a tener unos cambios de comportamiento bruscos que aterrorizan a sus compañeros y preocupan a sus profesores y padres. En sus visitas donde una terapista, a Sarah le cuentan una extraña conclusión de lo que está pasando con su hijo. Incrédula, se niega a la posibilidad de que Miles está siendo atacado por una fuerza sobrenatural poderosa, pero ante las acciones cada vez más violentas de su hijo, decide investigar a fondo y asumir con sus propias manos la solución para poder salvarlo.

Maligno transmite bastante bien esa atmósfera de misterio, oscuridad y zozobra que se posa sobre esta familia y lo hace sin apresurarse, pero con ritmo parejo. La actriz Taylor Schilling (Orange Is The New Black) como la madre, en su primera incursión en este género, mantiene bien un delgado velo entre los temores que le genera un hijo al que desconoce y su instinto maternal de protección. Así mismo su dilema frente a proteger a su esposo y finalmente el tener que hacer lo correcto.

Si bien las cartas frente a la historia paralela del niño, el asesino serial y su conexión se develan relativamente pronto, ese no es el punto esencial que propone McCarthy, y de ahí en adelante asume para su desenlace un giro por lo poco interesante. Aunque la película falla a la hora de resultar más sorpresiva con su historia y causar más momentos de impacto, es decir, que produzca más miedo y horror efectivo, el tono y su muy cuidado diseño de producción la salvan. Parte de esto ocurre porque el director apostó a volver esta historia sobrenatural en una que se corresponde al suspenso de carácter más psicológico y de ahí su tono sobrio, limpiando las escenas, en su mayoría, de los golpes de espanto brinca sillas que le gustan tanto al espectador.

The Prodigy no se ubicará en el panteón de las películas preferidas de este género, pero se deja ver.