Ago 10 2018 10:05

Reseña A la deriva (Adrift), la historia real de un naufragio

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Ha llegado a cartelera la historia de Tami Oldham, que cuenta los acontecimientos de una aventurera que estuvo a la deriva junto a su novio tras quedar atrapados en un huracán de categoría cuatro en el Océano Pacífico.

Su historia ocurrida en 1983 fue contada en un libro titulado Red Sky in Mourning: A True Story of Love, Loss, and Survival at Sea que ha sido traducido a ocho idiomas.

Dirigida por el islandés Baltasar Kormákur (Everest) la adaptación del guion estuvo en manos de los escritores y periodistas gemelos Aaron y Jordan Kandell, quienes escribieron para Disney “Moana”.

A la deriva (Adrift) es una historia mezcla de drama y romance protagonizada por Shailene Woodley y Sam Clafin. Woodley, con su carisma y talento habitual, asume el peso de la película interpretando con credibilidad a una jovencita nómada que por ciertos antecedentes familiares decide alejarse y viajar sin retorno, trabajando en cualquier cosa para conseguir su manutención. Así llega a la isla de Tahití donde conoce a Richard Sharp. La conexión es inmediata y pronto inician una relación que los lleva a emprender una travesía por el Océano Pacífico llevando una embarcación pequeña desde la isla hasta San Diego, California. En el camino se topan con el huracán Raymond que en poco tiempo cambia a categoría cuatro sin dejarle opciones para evitarlo.

Esta es una película de supervivencia en la que la protagonista naufraga por 41 días hasta que logra llegar a la isla de Hawaii. El drama de estar en mar abierto, sin los suficientes alimentos, soportando el intenso sol y el agua, los miedos, las frustraciones, el enojo, la impotencia y la tristeza, son todo ese viaje de emociones que se viven en la película, combinado con las estrategias artesanales para intentar salir con vida de una situación extrema.

A la deriva usa los flashbacks para ir contando esta historia de momentos e ir entregando detalles de la vida de Tami y especialmente de la relación idílica que sostuvo con Richard. Esos flashbacks son los que refuerzan el lado romántico de esta historia, mientras que la “acción” recae en las inclemencias del mar y el accidente sufrido.

Las películas de supervivencia tienen siempre ese componente de tragedia y superación que son llamativos para el espectador. Historias de vida sorprendentes y tragedias que ofrecen una nueva oportunidad. A la deriva entonces no es la excepción a esa regla. Baltasar Kormákur sabe bastante bien llevar este tipo de historias a la pantalla, conociendo con claridad el tema del ritmo, dónde y cómo intensificar cada momento.

Cuando la historia ocurrió Tami tenía 23 años de edad. Ahora tiene 58 años, ha seguido escribiendo y navegando y está casada y con dos hijos.

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