Jul 31 2013 12:30

Reseña de Los Ilusionistas: Nada es lo que parece (Now You See Me)

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

“Entre más cerca creas que estás, menos es lo que realmente verás”

Se estrena este fin de semana Los Ilusionistas, una película que puede verse de dos distintas perspectivas: la primera, y la más obvia, como un film sobre robos a lo Robin Hood por parte de un grupo de expertos en magia e ilusión. La segunda, desde sus símbolos y trasfondo en el que se nos muestra el ingreso a una antigua fraternidad y la creencia en la magia pura, subtexto que, como regularmente ocurre, pasa inadvertido, o en el mejor de lo casos si es percibido, es tratado como mera ficción o fantasía. A la final hay en ello un mensaje que no resulta tan ligero y gracioso como pretende esta historia.

Intentemos reunir ambas formas de abordar esta película en un sola opinión.

Los Ilusionistas (Now You See Me) es una película que nació de uno de sus productores, de Bobby Cohen (Revolutionary Road), considerado un geek (gomoso) de este oficio que desde pequeño le compraban trucos de magia y los ponía a prueba con amigos y familiares. Con su socio buscó por años una historia que pudiera mostrar la ejecución de los trucos, pero que a su vez no se perdiera esa fascinación que el público siente al ver la magia.

Para mostrar lo mejor de ambos mundos, tenemos entonces a dos grupos de magos; uno compuesto por cuatro ilusionistas que a lo Robin Hood, deciden hacer justicia financiera a todos aquellos que tras la crisis económica han visto disminuídos sus ingresos. Los beneficiarios son todos aquellos que han pagado la boleta para ver su extraordinario show donde literalmente ven llover dinero o aumentadas sus cifras en los bancos en un abrir y cerrar de ojos. El segundo bando, está compuesto por el FBI y un mago, que como ocurre en la vida real, tiene un programa de televisión dedicado a develar cómo se hace cada acto de ilusión.

La película es un juego al gato y al ratón, donde literalmente (repito esta palabra) “nada es lo que parece” y donde por supuesto la magia y la ilusión son el mayor distractor de la historia. Los Ilusionistas, es un film que para creerle del todo, para soportar sus muchos enredos y engaños (que a ratos se notan demasiado forzados) toca dejarse hipnotizar por ellos. Algo que no resulta tan extremadamente difícil con los grandes nombres de su reparto y que en efecto sostienen la película: Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Isla Fisher, Dave Franco, Morgan Freeman, Michael Caine y Mélanie Laurent. El que más desentona, en medio de una historia que por la ilusión, aparenta fantasear en demasía, es Mark Ruffalo, con un personaje cómico y medio torpe.

Es que una de las fallas en Now You See Me es que no es solemne con este tipo de películas de engaños, pues mantiene un tono cómico confuso y que no resulta efectivo. De hecho, el trailer es también engañador porque la película finalmente tiene otro tono y resulta en algo muy distinto.

[expand title=”SPOILER: Fragmento revelador de la historia (click aquí para leerlo). No leer si no has visto la película“]

El subtexto
La otra falla nos conduce al subtexto de este filme. Se preguntarán a este punto cuál es la razón por la que estos ilusionistas se arriesgan a ser perseguidos por la justicia por robar bancos a cambio de nada. Lo hacen para ingresar a una fraternidad, pero no una como las inocentes que se conocen en la época de la Universidad que para pertenecer a ellas hay que desnudarse, vestirse como mujer, hacerse un tatuaje, hacerle la broma a un profesor, no-no-no, es una para ingresar a una fraternidad de grandes ligas y tan antigua como la misma historia de la humanidad que se conoce como los guardianes de Horus.

Así que cuando ya hablamos de Horus y los guardianes del libro sagrado de la magia, la cosa se pone seria, pues sabrán algunos que se trata de un símbolo egipcio sagrado y muy representativo para sociedades secretas que existen en realidad y lejos están de ser fantasías. La película de repente, nos pone ante la mira un ingrediente místico, menos inverosímil como se vende en la película y como lo asimilará el espectador desprevenido. Pero por desgracia, tampoco esto queda explicado del todo. Una rueda suelta que, en efecto, algo querrá decir.

Entonces frente a nuestros ojos vemos como la película de lo cómico nos gira a algo más siniestro, de magia pura y nos muestra a un personaje literalmente omnipresente (el que todo lo ve), mostrado aparentemente con buenos propósitos, a través de un persistente mensaje que recorre esta historia acerca de las creencia en la fe (lo que no se ve) y en el misterio, escondido en otro mensaje engañosamente enternecido con la leyenda amorosa del puente de los candados en París, donde reposan centenares de candados que los enamorados dejan cerrados en el Puente de las Artes, arrojando las llaves al río Sena para “sellar” su amor.

Abordado desde lo simbólico es en este punto donde cobrarían algo de sentido otros detalles de la película como el nombre de este grupo de ilusionistas que se hace llamar Los Cuatro Jinetes o el logo o símbolo que los representa .

¿Por qué se utilizó este símbolo antiguo en esta película llena de magia y fantasía? Nunca queda claro del todo y no sabemos si es porque, desde lo meramente cinematográfico, se pensó dejar una puerta abierta para una secuela. Independiente a esto, la realidad es que Los Ilusionistas: Nada es lo que parece se queda corta al desbaratar su trama y su final nos deja, con secuela o no, poco convencidos.

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Lo que sí hay que reconocer es que Louis Leterrier es audaz en la dirección de la película, haciendo multi-tomas, combinando los planos abiertos con otros cerrados, otros en primer plano o enteros, un montaje acelerado, que le da dinamismo a la película, una banda sonora muy buena y efectos especiales, en lo general, logrados.