Oct 13 2021 22:53

Reseña Del otro lado de Iván Guarnizo – Agujas de tejer por balas

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Del otro lado es más que la historia de un secuestro. Es la historia de un encuentro, una reconciliación y muy especialmente un recorrido en las profundidades del perdón.

Ópera prima de Iván Guarnizo, el documental es una historia íntima del director al contar la tragedia vivida por su familia tras el secuestro de su madre durante 603 días.

Un paseo en época de Semana Santa a Puerto Inírida a visitar el hermano de un primo en 2004, se convirtió en una pesadilla para la familia Guarnizo Echeverry cuando junto a su primo es secuestrada por la guerrilla de las FARC la madre, doña Beatriz Echeverry. 603 eternos días que cambiaron la cotidianidad de todos, que los fracturó, pero también los unió y les dejó una grandísima lección que provino de la primerísima víctima de la tortura de perder su libertad: su señora madre, y quien por causa de una enfermedad no alcanzó ese momento histórico de la firma del Acuerdo de Paz con este grupo armado y que fue el motor que dio vida a este documental.

Para hablar de perdón toca sumergirse e incomodarse necesariamente en los agravios, entonces Del otro lado en una parte de la película repasa el espantoso cautiverio de Beatriz, documentado en un diario que le permitieron llevar y que da cuenta, entre la crudeza de sobrevivir a la selva espesa, de la estrecha amistad que entabló con el comandante líder. Una conexión innata que les permitió incluso salvar sus vidas.

La aparición de la figura del victimario enriquece esta película, porque le da voz y forma a un personaje agresor, pero que en los largos conflictos, las injusticias, la falta de educación, el abandono estatal en regiones apartadas, también se vuelve, en parte, en otra clase de víctima. Su aparición no solo es esencial para el ejercicio catártico de su director y su hermano, quienes son los que nos van conduciendo la historia en su deseo por cerrar un ciclo, siguiendo los pasos de su madre, incluso en la zona de los hechos, y su larga travesía por hallar y encontrarse con su captor, sino que también es con ellos que se completa el universo tan real, emotivo y humano de este drama y la complejidad de la guerra en el país.

Es conmovedor la simpleza y el nivel de honestidad con el que Guarnizo presenta esta historia, sin ningún uso de recursos y artilugios extraños o elocuentes, y sin asomo alguno de interferir imponiendo algún punto de vista. Un director, un hombre, que abre las puertas de su corazón y las de su familia para mostrar un capítulo oscuro de su pasado y de paso dar un pie adelante en la extrema necesidad de trabajar y explorar con todos sus matices el camino de la reconciliación. Su voz temblorosa, su improvisación para intentar articular sus ideas cuando habla telefónicamente con el exguerrillero dan cuenta en una maravillosa escena del carácter generoso, tierno y sincero de esta obra.

La fragilidad, el dolor y la nostalgia que demuestran estos personajes masculinos, tanto de las víctimas como de quien ejerce de victimario, le dan otra lectura a este película sobre masculinidades que es universal y ha sido apreciada en escenarios extranjeros, donde la audiencia contempla estas historias de otra manera, como ocurrió en el Hot Docs de Canadá, según comentó a los medios recientemente el director. Y es que viniendo de hombres, asociados siempre a la rudeza y a reprimir los sentimientos, sobre todo en países machistas como el nuestro, se vuelven más significativas reacciones tan humanas y naturales como las lágrimas y su disposición para escuchar al otro, despojándose de los orgullos, la rabia, la espiral eterna de acusaciones y los prejuicios. Del otro lado es una película de espíritu noble, armoniosa y equilibrada, que no deja recaer el protagonismo en alguno de los que ahí aparecen, manteniendo en todo momento la figura de su madre, heredera de este homenaje.

Vi esta película con una pequeña sección de preguntas al director. Quizás la más importante fue la de una mujer de acento francés que le decía a Iván que le quedó faltando el pedido de perdón en cámara del excombatiente. Su comentario ratifica y le da sentido a esta película. Cuán importante es repasar y no olvidar el capítulo de violencia que hemos vivido, como el de comenzar a allanar el terreno de la reconciliación verdadera. El perdón es un acto con mil definiciones y mil formas de otorgarse (para la muestra un botón), así que faltarán más historias que nos develen su necesidad y matices, para seguir procesándolas y encarándolas pese al dolor y la incomodidad que generan, pero sobre todo, llevándolo a cabo en realidad y con convicción.