Ago 4 2022 12:47

Reseña “El gran movimiento” de Kiro Russo – La relación hombre-ciudad de la clase obrera

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Una gran suerte ha tenido la película de Kiro Russo “El gran movimiento”, seleccionada en varios festivales de clase A como Venecia y Cannes.

Hoy arranca el Festival de Cine de Lima donde está seleccionada en la competencia de ficción y a partir del 12 de agosto estará en el Film at Lincoln Center en Nueva York. De la selección del festival peruano, quizás sea esta una de las películas más complejas de apreciar.

“El gran movimiento” es una exploración desde el cine casi que experimental de la relación entre individuo y multitud, por eso a lo largo del largometraje se hace importante para Russo el espacio; la ciudad, las calles, su polvo, los muros, las huellas que el hombre deja ahí y, en general, la interacción que sus personajes o transeúntes desprevenidos tienen con ella, en un ejercicio de observación – a veces lejana, a veces cercana, a veces errática – y de visibilizar lo invisible, lo que permanece en el anonimato, lo que se escapa al detalle de la mirada por los afanes propios de sus habitantes.

Eso lo hace siguiendo como hilo conductor la historia de un minero, de Elder, y sus compañeros que se trasladan a la capital boliviana en protesta para exigir la restitución de su trabajo. Les ha costado una semana llegar caminando a La Paz y Elder, tras unos días, aparece enfermo. Con la ayuda de una anciana, vendedora de una plaza de mercado, intentará resolver su problema de salud a través de un médico brujo.

“El gran movimiento” permanece en la línea entre el documental y la ficción, entre lo real (como en las escenas que muestran una de las marchas de los trabajadores desempleados de los mineros de Huanuni, con quienes el director ha tenido relación desde hace más de diez años) y lo fantasioso, a través de la mística que se teje alrededor del curandero, más una serie de decisiones narrativas que nos devuelven a la ficción como la escena para el recuerdo del baile.

Hay, por supuesto, una profunda carga política en esta película que entre cotidianidades muestra lo que ha influido el sistema capitalista en la sociedad y las culturas, el estado de las cosas, especialmente de la clase obrera y todas sus precariedades, sobrellevando la vida como pueden, haciendo a diario su propio acto de resistencia.

Las particularidades de la capital, lo cambiante entre esquina y esquina, hacen del lugar un protagonista más y son casi que un espejo también de su gente, de los ciudadanos de a pie, mostrando esa relación hombre-ciudad compleja, difícil, por momentos devoradora o en otras amigable, de progreso y estancamientos, pero sobre todo variopinta. Ese otro protagonista aparece con sus sonidos propios, con su ruido fuerte y estridencias, por lo que el sonido de la película se hace muy importante narrativamente hablando. “El gran movimiento” se cuenta no solo a través de su hilo conductor.

Russo (“Viejo calavera”) no ha hecho una película convencional, fácil de observar, sino todo lo contrario, es retadora para el espectador por su ritmo y lo cambiante tanto narrativa como estéticamente, de momentos dificil de definir (aunque eso no sea importante). Homenaje, tributo, retrato o exploración, todas parecen caberle en algún punto.

“El gran movimiento” tiene funciones presenciales hoy y mañana en el Festival de cine de Lima.

Ficha Técnica

Dirección: Kiro Russo
Guion: Kiro Russo
Duración: 85 minutos
Género: Drama
Producida por: Kiro Russo, Pablo Paniagua, Alexa Rivero
Reparto: Julio César Ticona, Max Bautista Uchasara, Francisca Arce de Aro, Israel Hurtado, Gustavo Mián Ticona
Cinematografía: Pablo Paniagua
Montaje: Kiro Russo, Pablo Paniagua, Felipe Gálvez
Sonido: Mauricio Quiroga, Mercedes Tennina, Juan Pedro Razzari, Emmanuel Croset
Países: Bolivia, Francia, Qatar, Suecia
Año: 2021