Jun 21 2022 18:25

Reseña Flee de Jonas Poher Rasmussen – Un nuevo (y urgente) clásico de la animación y el documental

Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

En la pasada edición de los Oscar (sí, la del bofetón de Will Smith y las bobadas de esas comediantes en escenario), “Flee” llamó la atención de todos por las tres nominaciones alcanzadas: Mejor Película Animada, Mejor Película Internacional y Mejor Película Documental. Con ello hizo historia. Fue la primera película en quedar en tales categorías en una misma edición. De haber ganado en la categoría de animación, que se introdujo en 2001, la hubiese hecho merecedora del título de segunda película animada no estadounidense en llevarse el ansiado galardón. Hasta el momento, la única animación extranjera ganadora es “El viaje de Chihiro” del Studio Ghibli.

No haberse llevado ninguno de los galardones a los que aspiraba dice más bien poco de ella. Fue una de las películas que apareció en el listado de Cannes 2020, y desde ahí hizo carrera. En Sundance, donde finalmente se estrenó (28 de enero de 2021) fue calificada como un clásico instantáneo por parte del jurado, que le entregó el premio de la categoría World Cinema Documentary, y de ahí en adelante no ha hecho sino participar en espacios donde se ha llevado sendos reconocimientos.

Lo de visibilizar el horror de ser un refugiado afgano, que además es homosexual, ha dado en el clavo. Pero su poderío no radica solo en lo que quiere contar, también en cómo lo cuenta. Jonas Poher Rasmussen nos sumerge en el enrevesado camino de un hombre, y toda una comunidad proveniente
de Afganistán, dándole protagonismo al desafío de pertenecer a una nacionalidad específica, a la injusticia social y también a los momentos más luminosos que incluyen el amor filial y el poder de la amistad.

Ver “Flee” es asistir a una experiencia narrativa y técnica de altura y en la que la importancia de los detalles es mayúscula. La esperanzadora historia de Amin trae a colación que, aunque mínima, es posible encontrar un hilo de esperanza en las más escabrosas situaciones. Haber usado el formato animado en “Flee” no fue sino una herramienta para seguir protegiendo la verdadera identidad de su protagonista, un hombre aquí bautizado como Amin y quien corrió con la buena suerte de conocer a Rasmussen en el colegio, quien desde esa época sintió curiosidad por la vida de su compañero de origen afgano.

La película da inicio con una secuencia animada en la que, con apenas unos trazos, se nos sugiere lo que iremos a encontrar en ella. Una serie de personas corren mientras a su alrededor van cayendo estructuras, sus hogares, sus espacios físicos. Una voz pregunta qué significa casa y el protagonista, aunque aún no lo vemos, pero sí vemos la que podría ser su silueta infantil corriendo, escapando, afirma que casa es para él un lugar seguro, un lugar que Amin, en su presente, está construyendo junto a su pareja, un hombre llamado Kasper, aunque esto lo conoceremos con detalle más adelante.

Es esa sensación de hogar, ese lugar seguro, el que Amin ha estado buscando toda su vida, una vida sobre la que poco a poco nos va narrando. Rasmussen también se anima a sí mismo y se representa como una suerte de terapeuta que busca la mejor forma de contar la historia de su amigo. Contarla nos lleva al pasado, al presente y a la búsqueda de un luminoso futuro. “Flee” nos cuenta cómo es que Amin, sus tres hermanos, y su madre, pasan de Afganistán a Rusia, y cómo es que Amin, solo, termina llegando a Dinamarca, con una carga pesada de información que deberá guardarse por mucho tiempo.

Amin llega a Dinamarca a pesar de que su objetivo era llegar a Suecia, donde vivía un cuarto hermano suyo y que hace mucho tiempo había tenido que salir de su país de origen. Rasmussen no solo busca la historia de su amigo a través de acontecimientos específicos y anécdotas horripilantes como la persecución militar, los abusos de poder o el tráfico de personas, las busca en los miedos del propio Amin, aquí traducidos en distintas y fantásticas secuencias de animación, y a través del deseo y el despertar sexual del menor de esa familia afgana, una situación que le permite brindar a la película una sensación de amabilidad y ligera comedia, como por ejemplo aquella en la que se nos narra que el
pequeño y confundido Amin logra encontrar en su héroe, Jean – Claude Van Damme, el hombre ideal, y no precisamente por su agilidad en las artes marciales.

“Flee” es una valiosa película que también habla de la nostalgia, de los dolores profundos y el enorme daño que causan la religión, las decisiones políticas (más bien, los delirios políticos de una enorme lista de genocidas) y las relaciones internacionales sobre toda una sociedad, y que se nos cuenta de manera específica a través de la interesante historia de Amin, quien, aunque en el presente está en medio de un dilema emocional, no termina de compararse por todo el sufrimiento al que se vio expuesto.

Ver esta película en una sala de cine es todo un milagro, un lujo y un auténtico placer, no solo porque la industria está experimentando todo ese cambio que ya conocemos, también porque estamos atravesando una nefasta situación política que nos arroja a situaciones, inexplicables a estas alturas, de censura y restricciones, y que están azotando seriamente la cultura. Vayan a verla, por amor al cine y por posición política, incluso.

Ficha Técnica

Dirección: Jonas Poher Rasmussen
Guion: Jonas Poher Rasmussen
Género: Documental, Animación
Duración 90 minutos
Producida por: Monica Helström, Signe Byrge Sørensen, Charlotte de la Gournerie
Reparto voces: Anin Nawabi, Jonas Poher Rasumussen, Kasper, Belal Faiz, Zhara Mehrwarz, Sadia Faiz
Cinematografía: Mauricio Gonzalez-Aranda
Montaje: Janus Billeskov Jansen
Música: Uno Helmersson
Países: Dinamarca
Año: 2021