Nov 20 2018 12:59

Reseña La Librería (The Bookshop) de Isabel Coixet

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

“La cubierta de los libros son como un techo y cuatro paredes: una casa”

La directora española Isabel Coixet triunfó en los Premios Goya 2018 al recibir los galardones de Mejor Película, Dirección y Guion por su más reciente producción “La Librería”, adaptación de la novela de Penélope Fitzgerald publicada en 1978.

Ambientada en finales de los años 50s, cuenta la historia de una viuda que decide apostar por abrir una librería en un pequeño pueblo.

Florence Green, interpretada dulcemente por Emily Mortimer, ha perdido a su esposo hace más de 15 años, de quien guarda el recuerdo de las lecturas de libros juntos y en voz alta. Con poco que perder, decide irse al pequeño pueblo de origen a abrir una librería en una abandonada casa de piedra. El negocio causa sorpresas e incredulidad en la comunidad que no está acostumbrada a la lectura.

La película va a dos tiempos. Por una lado el buen espíritu, la calma y la paciencia de su protagonista, que sin mayores expectativas quiere por encima del negocio cumplir un sueño personal y, por el otro, la trama con tintes un poco más oscuros de una residente aristócrata dispuesta a hacer lo necesario para obtener esa propiedad y convertirla en un “centro de arte”.

La segunda trama, por sus vericuetos, termina ganándole a lo que uno cree es la trama principal de la película, es decir, los libros y la declaración de amor a las letras de una consumada lectora, por lo que para algunos la película podría decepcionar. Sin embargo, y a pesar de ser una adaptación atípica, Coixet se las arregla bien para no dejar caer del toda la historia y la sensación de extrañeza que se siente en la narración de esos dos hilos conductores. Curiosamente, es la misma simpleza, la ausencia de pretensiones y la calma aparente en que transita la película lo que la hacen mayormente efectiva. Su final ofrece un gran cierre.

Esas sensaciones dispares en La librería también suceden porque claramente la cineasta apuesta por una adaptación ligera, de entretención, presentando un drama de forma agradable, mezclando entre la intriga, toques de ternura y comedia, y una serie de personajes de fácil conexión, como una pequeña niña ayudante en la librería, cuya madurez y fuerte carácter resultan determinantes en la historia, o la del primer y fiel comprador, que resultan grandes aliados de Florence. Esta es otra de las películas que ratifica el adagio popular de “pueblo pequeño infierno grande”.

Ficha Técnica