Ago 10 2021 21:11

Reseña La nube de Just Philippot – La idealización del trabajo, la paradoja posmoderna, la venganza ambientalista

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

El primer largometraje del director francés Just Philippot, “La nube”, es una angustiante, dolorosa y potente crítica social, disfrazada de una película de terror apocalíptico en donde unos grillos hambrientos de sangre humana desequilibran a una familia y amenazan con destruir a todo un pueblo y el ecosistema.

Exhibida en Sitges, la película recibió dos reconocimientos: el Premio especial del Jurado y el de Mejor Actriz.

Una madre viuda vive con sus dos hijos en una granja, pero se encuentra en bancarrota. En sus desesperados esfuerzos por salir de la crisis, se idea el negocio de la cría de saltamontes comestibles. Lo que en principio parece un emprendimiento novedoso y salvador, termina siendo un descenso infernal personal, familiar y de proporciones globales cuando descubre que al alimentarlas de sangre se reproducen en masa. Su terquedad y el afán por darle lo mejor a su hijos hace que pierda el control y de origen a un terrorífico monstruo.

Philippot con un guion no propio (de Jerome Genevray y Frank Victor) se inventa una película de plena entretención sin la necesidad de recurrir a la sobreexplotación de los efectos visuales, de la música, de los trucos y la estridencia, centrándose en los personajes que, en esencia, son solo tres. Sin embargo, La nube tiene un estupendo subtexto para tomársela muy en serio.

Hace poco estuvo en cartelera “Sorry We Missed You” de Ken Loach, una historia que desde el drama apuntaba a la misma crítica de esta producción sobre la idealización del trabajo independiente y su precarización, mostrando a un personaje padre de familia que trabaja más del doble, sin condiciones mínimas y con casi ausencia total de sus derechos. La crisis personal y familiar se instala así en su vida, destruyendo sus sueños. Virginie, la protagonista de La Nube trabaja independiente con muchas desventajas, el sistema cada vez la constriñe más y más lo que la lleva a cometer una serie de errores que siempre tendrán la consideración por su condición precaria, de soledad y sin respaldo de nadie. Sus hijos la acompañan y la apoyan con amor, miedo e impotencia.

Pero el gran y novedoso guion no solo se queda ahí, porque también le cabe otra crítica a la paradoja del mundo posmoderno con toda esa tendencia ambientalista de crear todo un mercado (subrayado) ecologista que también se ha desbordado y ha sido aprovechado para continuar alimentando, de cierta manera, a un sistema capitalista. Virginie, en las manos de una regia actuación de Suliane Brahim, es la alimentadora de esa cría que se devolverá en nuestra contra. Una nube densa, negra llena de todos esas decisiones y omisiones que le hemos cargado al entorno por responsabilidad individual o colectiva.

La nube se trata mucho de esta mujer sacrificada. Virginie es un símbolo de la dualidad humana y su naturaleza imperfecta. Es heroína y villana a la vez. Su ser de madre capaz de hacer lo que sea con tal de responder por sus hijos, le da a esta historia un componente adicional que pasa por lo dramático, lo emotivo y lo trágico, y que está muy bien controlado por Suliane Brahim, con un personaje que transmite con su cuerpo el desespero de la crisis que atraviesa y lo ahogada que se encuentra. Con estoicismo Virginie saca lo mejor y lo peor de sí. Sin conocer de ella más allá de lo que en pantalla se muestra, uno logra conectarse con su drama y compadecerse y sufrirla.

Esta es una película de personajes y también atmosférica y esa atmósfera sofocante, de mucha oscuridad y acompañada por el fastidioso y chirriante sonido de unos cada vez más abundantes y robustos saltamontes son espejo igualmente del sistema absorbente en el que vivimos (que pareciera agudizado tras la pandemia) y que alaba el trabajo arduo, el trabajo propio sin condiciones, la constante preparación, el no fracaso, el no error y la sostenibilidad, pero que no se detiene a pensar lo que está haciendo y cómo lo está haciendo y, menos, a planear a largo plazo. ¿Qué más terror que este?

La nube se iba a estrenar en la Semana de la Crítica en Cannes 2020, justo en momentos en que la humanidad fue atacada por el virus del Covid-19. Ahora ha llegado, por fortuna, a la plataforma más usada del mundo, la de Netflix, en tiempos donde además estamos evidenciando los estragos catastróficos del cambio climático y se nos pone ya de manifiesto una fecha límite del 2050 para evitar la destrucción del planeta. La nube es sin duda varias películas en una (y para nuestro placer funciona) que, en todo caso, por donde quiera ser leída, invita a la reflexión. Es una película que se alimenta de lo mejor de los clásicos del género (con sutileza), hay mucho del cine de David Cronenberg en ella y ya recordarán a Aliens, para refrescar el terror con historias que mezclan la fantasía y la realidad con una gran balance. Terror de lo real.

Ficha Técnica

Dirección: Just Philippot
Guion: Jerome Genevray, Franck Victor
Duración: 101 minutos
Género: Terror, fantasía
Reparto: Suliane Brahim, Sofian Khammes, Marie Narbonne, Raphael Romand, Nathalie Boyer
Cinematografía: Romain Carcanade
Montaje: Pierre Deschamps
Música: Vincent Cahay
País: Francia
Año: 2020