Ago 19 2014 18:47

Fruitvale Station: A propósito del abuso de la autoridad (Caso: Michael Brown)

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

El caso del estadounidense Michael Brown ha vuelto a traer a colación la enorme sombra que pesa en ese país sobre la discriminación racial y el abuso de la autoridad. Brown de 18 años de edad fue asesinado a manos del policía Darren Wilson, bajo circunstancias que aún no están claras.

El hecho ocurrió el pasado 9 de Agosto en Ferguson, un suburbio de St. Louis, Missouri, donde casi el 65% de sus habitantes son afroamericanos. En hechos aún por esclarecer, el joven Brown participó de un robo de cigarrillos en una tienda y luego apareció caminando en mitad de la calle, cuando fue requerido por las autoridades. Fue ahí, y sin aún saberse qué desató la tragedia, que fue impactado en seis ocasionados, encontrándose desarmado y, según cuentan algunos testigos, con las manos en alto. El evento ha desatado una serie de protestas que iniciaron con una movilización en defensa de los derechos civiles, organizada por el reverendo Jesse Jackson y fueron pasando a unas protestas acaloradas y saqueos que han obligado al toque de queda y la intervención de Barack Obama, que enviará, mañana miércoles, al procurador general (Eric Holder). El caso ha revivido la sombra de la discriminación racial en Estados Unidos y que evidentemente nunca ha terminado por desvanecerse, ni aún teniendo a Barack Obama como el primer presidente afrodescendiente de su historia. Cuando surgen casos como estos, es cuando se ponen en evidencia las brechas que persisten por aspectos como el color y la nacionalidad. Al tiempo que la atención se centra en la adolorida población y, por supuesto, la víctima, surgen noticias que caldean el rencor y el odio, como las que registran que el agente vivía retirado de la zona, en otro poblado donde la comunidad afro sí era mínima, y ya se cuenta una página de facebook en apoyo al policía, que en tan solo el fin de semana alcanzó los 14 mil “me gusta”. Estos hechos tan lamentables y la segregación que despiertan, me recuerdan a la ganadora en Sundance por el jurado Fruitvale Station, ópera prima del estadounidense Ryan Coogler sobre el caso del afroamericano Oscar Grant, de 22 años de edad, que fue igualmente abatido por un policía, en otro caso de abuso de la autoridad y discriminación racial, ocurrido el 1 de Enero de 2009 en la estación Fruitvale Station en Oakland.

Este hecho quedó registrado por varios usuarios del metro, publicados y difundidos ampliamente en Youtube. Al igual que en Ferguson, la población en Oakland, que tiene un buen porcentaje de población afroamericana, sufre por las cuantiosas partidas en fuerzas policiales, para mantener bajo control las pandillas de la zona. Decisión que ellos siempre han visto como muestras claras de racismo y aún más cuando las partidas en servicio social y de salud se han reducido. En el caso de Oscar Grant, hubo justicia, pero no dejó satisfecho a la comunidad faro, porque el implicado solo terminó pagando dos años de cárcel, en un juicio colmado de vicios y polémico. Posiblemente Michael Brown no era un joven aislado de los problemas como lo fue Oscar Grant, pero en todo caso siempre será injustificado y señalado ante la sociedad el exceso del uso de la fuerza, el abuso de autoridad y cualquier señal que nos retroceda al trato indignante, según el color de la piel. El largometraje Fruitvale Station, lanzado cuatro años después de los hechos, tiene un claro punto de vista; el director Coogler se solidariza con su familia y la víctima, le da un rostro y presenta con mucha emotividad las últimas 12 horas de este joven, padre ya de una pequeña.

La película se apoya con algunas imágenes reales que, por supuesto, son contundentes y dolorosas. Fruitvale Station más allá de su marcada intención compasiva, es uno de los documentos recientes del propio cine de Hollywood – el largometraje es de la Weinstein Company -, que deja evidencia sobre la discriminación racial en pleno Siglo XXI.

Estas son algunas de las cifras críticas publicadas por la BBC de Londres, según censo de 2013:

La población afro es la que menos tiene casa propia en el país.
Las personas afro que tienen propiedad se les tiende a valorizar menos.
Les otorgan hipotecas de alto riesgo.
Hay una percepción, que incluye a los blancos, que la comunidad afro es tratada injustamente en las cortes, el trabajo, o con el trato con la policía.
Tres veces más que lo ocurre con los blancos, son suspendidos los jóvenes negros de las escuelas.
Las condenas a los negros son 19.5 veces mayores que la de los blancos según la Comisión de Sentencias.