Oct 6 2014 20:21

Entrevista a Simón Brand, director de Default

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Miembro del Círculo Bogotano de Críticos y Comentaristas de Cine – @CBCineCol

El próximo 16 de Octubre llega a la cartelera el tercer largometraje de Simon Brand, Default (leer reseña), un film arriesgado y tremendamente claustrofóbico, que narra la historia de un reconocido periodista que se encuentra en África y cuando se dispone a abandonar el país su avión es secuestrado por unos piratas somalíes.

La película es de cierta medida experimental al mezclar lo que es un thriller con el recurso de metraje encontrado, lo que le da una particularidad a esta producción.

Simon Brand vio por primera vez la película con público en la premiere que realizó en el Festival de Cine de Cartagena y a la mañana siguiente conversamos con él.

Después de tres películas, dos de ellas en el cine de género, ¿ya podemos ir diciendo que a Simón Brand le gusta mucho los thrillers?

No es mi género favorito. Yo siempre he dicho que me gusta no encasillarme en algo. Realmente a mi lo que me mueven son las historias, pero hay un guion que siempre he querido hacer, una comedia de humor negro, que espero pueda realizar pronto, porque es un guion fantástico. Estamos tratándola de armar. A mi me encantaría hacer de todo, hacer un musical, por ejemplo. Los thriller se me dan. Me gustó hacer la primera, pero esta otra es diferente. También hay que entender que si tu haces un thriler, eso es lo que te van a mandar. Esa es la dinámica.

¿Así fue como llegó Default a sus manos?
No, Default nació acá.

Incuestionablemente Default es una película claustrofóbica y Mentes en Blanco también lo fue, pero este nuevo film es una apuesta mucho más arriesgada, por la decisión de hacerla bajo el estilo de “metraje encontrado”. Hablemos un poco de la intención de esa decisión.

Sí, gracias. ¿Sabes? Tu eres como la sexta persona, entre ellos un par de directores amigos míos, a quienes les había mostrado el film antes del estreno en Cartagena, que se han acercado a decirme que tuve muchos “cojones” por haberme arriesgado hacer la película de esa forma. Yo nunca lo había pensado así.

Es que es una audacia por ser un recurso que suele usarse en el horror.

Totalmente de acuerdo. Y eso es justamente lo diferente de esta película. Es un film de metraje encontrado pero con desarrollo de personajes. Yo opto por ese recurso porque fue la mejor manera que encontré para poder meter al espectador dentro del avión. Fue la manera más visceral para que el espectador pudiera sentir lo que sienten los personajes. Alguien me decía que se sintió secuestrado al verla.

Vuelvo a insistir en lo del metraje encontrado.¿Desde la génesis de la película se decidió que se rodaría de esa forma?

Sí, de hecho pensábamos filmarla toda con celulares y cosas así, pero no terminé usando ni un solo celular, como también quité dos cámaras más que teníamos planeadas. Tenía 11 en total y quedamos en 9, pero la idea es que tu te metas tanto en la tensión de la película que ni te des cuenta de las cámaras. Pero es como dices, una decisión arriesgada, porque la gente suele asociarlo con las películas de género, de monstruos y fantasmas, tipo “Actividad Paranormal”, de hecho, el productor esta película fue productor de “Actividad Paranormal”.

¿Sí, quién?

(Risas) Así fue. Es Rick Osako, quien también produjo las de “Insidious”. De hecho se usaron las mismas cámaras.

Otro de los aspectos que no son fáciles de conseguir, es rodar dentro de un avión. ¿Cómo hizo para conseguir una aeronave, presupuesto, la filmación?

Se filmó todo dentro de un estudio, realmente el avión, su interior, fue construido. Hicimos eso sí, mucha investigación; yo odio las películas que dicen, por ejemplo, estoy en Bogotá, y lo que veo es una selva. Entonces investigamos mucho para hacerlo lo más auténtico posible y siempre tuve en mente un avión de colores amarillo y verde. No me preguntes por qué. Pero relacioné esos colores con una aerolínea africana. A partir de ahí dijimos, vamos a darle personalidad al avión. Vamos a desgastarlo, a hacerle esta o aquella remodelación. Eso nos sirvió mucho, porque imagínate donde hubiéramos tenido un avión con todas las sillas. Hubiese sido una pesadilla. Yo siempre pensé en ser práctico.

¿Cuánto costó el avión?

Entre seiscientos y mil dólares, una cosa así. El avión fue el mismo que se usó para la película de Argo. Filmamos también en el mismo aeropuerto donde rodaron ellos. Si ves Argo lo puedes identificar.

Para darle esa tensión constante al ritmo narrativo, ¿cómo fue el trabajo de montaje?

¡Uy! Eso fue muy intenso. La pre y producción se hicieron muy rápido y pensábamos que iba a ser igual en la posproducción que resultó siendo muy larga porque no le encontrábamos el tono. Editarla fue complejo y para mi el editor (el californiano Ricardo Javier) hizo un gran, gran trabajo.

Hablemos ahora del trasfondo de la película. Habla de los extremistas, de los prejuicios, de los medios de comunicación.

Así es. Por ejemplo “Paraíso Travel” es una historia de amor dentro de una contexto de la inmigración ilegal, pero en un tono muy neutral. Yo leía una crítica que el Miami Herald publicó de Default, donde dicen que le gustó mucho la película y que incluso les hubiera gustado que se hubiera satirizado mucho más a los medios de comunicación. Además otro componente que tiene la película es el tema de los prejuicios, aquí lo vemos con el personaje principal, el secuestrador, a quien comenzamos odiando, pero después todo es impredecible. A ese personaje se le llenó de muchos matices.

¿En qué año se te ocurrió la historia y a raíz de qué?

En 2011. Fue un poco la ansiedad de hacer otra película. Solo eso.

¿El tiempo de rodaje?

15 días de rodaje. Entonces fuimos muy metódicos. Comenzábamos a las seis de la mañana en punto y a las seis de la tarde en punto terminábamos. No te puedes pasar, porque descuadras el presupuesto. Además, te cierran el estudio. Así son las reglas del cine independiente. Toca ser muy precisos.