Ene
30
2013
16:36
Django sin cadenas, la última película de Quentin Tarantino es otro de los filmes con tintes políticos e históricos que forman el cuadro de nominadas este año en los Premios Oscar. La diferencia con las demás en la parilla es que se trata de un filme verdaderamente provocador e irreverente que se mantiene en la delgada línea del humor blanco y el mal intencionado al abordar un tema tan sensible como lo es el racial. Y ha generado controversia no por el tema sino por la forma de contarse y la explotación de algunos de sus personajes.
Tarantino construye un guión casi brillante y de gran originalidad donde habla de la época de la esclavitud en 1.858. Un historia contada a través de uno de sus géneros favoritos, el spaghetti western, herramienta que le permite llenar esta película con humor negro, excesos, ultra violencia y el derramamiento de sangre que ya es un sello personal del director.
Nominada a 5 premios de la Academia de Hollywood (película, director, guión, actor de reparto, fotografía y edición de sonido), Django sigue la historia de un esclavo con el irónico apellido de “Libre” (Freedom) que por golpes del destino cae en manos de un caza recompensas que lo ayuda a sublevarse para armar juntos una dupla más que extravagante para dicha época.
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