Feb 8 2022 15:52

Reseña de Bergman Island de Mia Hansen-Love – Los pequeños secretos de un matrimonio

Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

Una pareja (Vicky Krieps y Tim Roth) se alista para llegar a Fårö, la isla sueca famosa por haber sido hogar de Ingmar Bergman, donde murió y rodó algunas de sus películas. Allí, dicen ellos, encontrarán inspiración para que cada uno siga escribiendo sus próximos proyectos cinematográficos, además de asistir a lo que parece una serie de coloquios y encuentros profesionales.

El lugar, como ya hemos visto y leído, es fascinante. Un paraíso terrenal y pacífico, un destino bucólico y platónico en el que la pareja no solo encontrará iluminación, sino también un espacio para volcar en su trabajo las frustraciones, los deseos personales y sus vulnerabilidades.

La pareja, que ante el comentario supersticioso de la administradora del lugar acerca de la habitación donde se rodó “Secretos de un matrimonio”, prefiere evitar el destino de esa otra pareja de la ficción durmiendo en habitaciones y lugares separados, se sumergen en la tranquila vida del lugar y comparten algunos planes como cenas con intelectuales del lugar o visitas al museo y al pequeño cine que alguna vez perteneció al director sueco, y donde, por supuesto, hay una amplia videoteca con sus trabajos.

Aunque no duermen en la misma habitación como Liv Ullmann y Erland Josephson, la pareja parece no estar pasando por el momento más feliz de todos. Empezamos a notar lo que parecen unas leves grietas en ellos, fortalecidas por la extrema dedicación de cada uno en sus respectivos proyectos, incluyendo el fango creativo en el que parece estar metida ella. Lo anterior se deja ver claramente en una serie de alejamientos físicos, donde ella se deja notar algo abandonada, y en un ridículo, fascinante y totalmente envidiable tour por la isla, un tour lleno de cinéfilos sobreexcitados y muchas ínfulas; ella deja plantado a su marido por irse, en un momento de embriaguez de libertad y de ligerísima erotización, con un joven de la isla, con quien vive una aventura que incluye sidra local, un baño en el mar y algunos juegos inocentes, un hecho que parece encenderle el bombillo de la creatividad para seguir escribiendo su proyecto, y que posterior, a manera de ficción, se la cuenta a su marido, que a todas luces, está poco interesado.

A partir de este momento asistimos a una experiencia de auténtico multiverso, ese término ahora popularizado por las (indudablemente) poco interesantes películas de superhéroes y compañías de entretenimiento. Una suerte de polisemia narrativa en la que ella cuenta esa historia de ficción encarnada en una pareja de jóvenes interpretados por Mia Wasikowska y Anders Danielsen Lie (Amy y Joseph) que asisten a un matrimonio en la misma isla. Una pareja con una historia de amor fragmentada e inconclusa en la que nuestra protagonista, o sea la interpretada por Vicky Krieps, ha depositado todos sus anhelos, frustraciones emocionales, deseos e inseguridades.

“Bergman Island” no es solo un homenaje al director sueco, al encanto del lío creativo de parir obras, y esa pretenciosa búsqueda por la inspiración. Es un retrato maduro de las crisis de pareja, y me da la impresión de que, con esta película, Mia Hansen-Løve, su directora, argumenta y quiere romper de alguna forma con la idea y la tesis de que estar en una feliz relación de pareja no tiene nada que ver con la alegría desbordada, la pasión y el deseo desenfrenado. Lo de ser una pareja feliz va más allá de lo platónico, y eso es, quizás, o según lo que yo aquí veo, saber sobrellevar las pequeñas crisis, los inevitables baches. Qué mejor que contar eso a través, o en medio de, un lugar tan platónico como esa isla, que también es un lugar místico, y una suerte de deseo constante de los admiradores de Bergman, y en general de los cinéfilos, que muchas veces somos bastante patéticos.

Mia Hansen-Løve ha hecho con “Bergman Island” una obra discreta y llena de encanto, madurez y elegancia narrativa. Es una película sin aspavientos, que quizás no le hubiese sobrado algo más de intensidad para contar sobre esas parejas en aprietos; para contar sobre las pulsiones del deseo y los vacíos emocionales. Es su propia y mesurada versión de “Secretos de un matrimonio”.

Ficha Técnica