Ago 10 2022 19:47

Reseña “Domingo y la niebla” de Ariel Escalante – El despojo de tierras en una historia fantasmal

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Dice el director costarricense Ariel Escalante que Karl Marx ha determinado todo lo que hace en su vida, por tanto su nueva película “Domingo y la niebla” también acoge sus principios.

Mezclando un drama social con fantasía, esta historia es abiertamente política.

“Todo cine es un acto político” es una premisa que a hoy se le ha escuchado exponer y debatir a muchos, pero uno de sus más relevantes representantes fue el cineasta polaco Andrzej Wadjda, quien asumió el oficio artístico como un compromiso político e hizo un cine como el que ha querido plantear Escalante en este largometraje.

La historia de ficción sigue a Domingo, un hombre de la tercera edad que vive en una zona rural que ya parece más bien un pueblo fantasma. Sucede que el progreso ha llegado hasta esta apartada región montañosa y han venido desocupando a los habitantes de sus terrenos, a las buenas o las malas, con arreglos económicos para construir una gran carretera. Domingo es de los últimos que quedan, junto a unos escasos vecinos, y permanece en el lugar en otras cosas porque mantiene contacto con su esposa fallecida, quien lo visita a través de la niebla.

“Domingo y la niebla” es una película austera, de pocos espacios y escasos personajes y textos, basa toda la tensión en la atmósfera, esa que cada vez más se va enrareciendo a medida que la obra de infraestructura se acerca a su casa y el aura misteriosa de esa comunicación con el más allá con la que Domingo delira, y que mantiene en secreto, se va intensificando.

Entonces este largometraje habla de los dramas personales, de la vejez, de la soledad y el duelo, pero también de los sociales, del despojo. Domingo representa ese último acto de rebeldía, anárquico, en defensa de su libertad individual. “Domingo y la niebla” está llena de momentos que muestran el estado de la cosas y la crueldad de la situación, que va sucediendo ante la vista de los que ahí quedan y el silencio de todos, por temor y/o impotencia.

Hay en este largometraje una serie de silencios, vemos y somos nosotros los que interpretamos esos silencios, eso que a bien decide el director no sobreexplicar, el subtexto tan significativo detrás de esta historia con aura sobrenatural y que no habla de otra cosa distinta del maltrato a la gente por el Estado, del despojo de tierras y de la violencia, que recuerda mucho al modo (en estética y narrativa) en que Jayro Bustamente habló de la política de su país (Guatemala) con su versión propia y particular de “La llorona” (leer reseña).

Quizás “Domingo y la niebla” a ratos pierda fuerza y deje de funcionar, pero resulta más que interesante esta forma de abordar lo político en el cine de estos dos representantes del nuevo cine latinoamericano y que ha debido ser la razón de su selección en la sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes 2022.

La película participa por estos días en la competencia oficial del Festival de Cine de Lima que finaliza el próximo 12 de agosto.

Ficha Técnica

Dirección: Ariel Escalante Meza
Género: Drama, fantasía
Guion: Ariel Escalante
Duración: 86 minutos
Productores: Ariel Escalante Meza, Nicolás Wong Diaz, Felipe Zúñiga, Julio Hernández Cordón, Gabriela Fonseca Villalobos
Reparto: Carlos Ureña, Sylvia Sossa, Esteban Brenes, Aris Vindas
Cinematografía: Nicolás Wong Díaz
Música: Alberto Torres
Montaje: Lorenzo Mora
Países: Costa Rica, Qatar
Año: 2022