Oct 5 2023 03:58

Reseña ‘Los colonos’ de Felipe Gálvez: Western, humor negro y crítica social

Por Daniel Ruiz, (Twitter: @tatoruiz), acreditado por CineVista en el Festival de Cine de Lima 2023

Insistiendo en la memoria

El cine chileno lleva explorando su alma rota a través del ejercicio de la memoria. Su conflicto más reciente no ha llegado a tener conciliación ni siquiera desde estos ámbitos y Felipe Gálvez con su ópera prima se mete entre las patas de los caballos para seguir hurgando una herida, esta vez una más lejana y olvidada, obviada y minimizada: La aniquilación del pueblo Selk’nam. Gálvez, que ha sido montajista durante 15 años (“En la gama de los grises”, “Nunca vas a estar solo” “Princesita”), se estrena como director (de largometraje) con “Los colonos”, un western mayúsculo, rodeado de un reconocidísimo casting y un equipo de personalidades que incluye a Mariano Llinás en el guion y también frente a cámara.

En los primerísimos años del siglo pasado, en Tierra del fuego, un empresario requiere el camino limpio. La desierta y fría geografía para él y sus intereses económicos. No tiene idea de lo que lo rodea, pero la quiere limpia. “El problema son los indios. Se comen los rebaños”, dice ese empresario que responde al nombre de José Menéndez, y que interpreta de manera caustica un muy presente en el cine chileno Alfredo Castro. Su objetivo busca ser resuelto a través de un grupo de hombres que tendrán que atravesar toda esa geografía. Un grupo liderado por un hombre inglés, el teniente McLennan (Mark Stanley), Bill un mercenario texano (Benjamín Westfall) hambriento de sangre, un perfil recomendado (y comprado) por el mismo Menéndez y un trabajador mestizo (Camilo Arancibia) llamado Segundo, propuesto por el mismo teniente por su buena puntería, y mal visto por Menéndez, que no confía en rasgos indígenas.

La película entonces da comienzo con ese trayecto en el que los tres no logran conciliar. Hay desconfianza. La rebozada testosterona y el frío les imposibilita. Felipe Gálvez se regocija en esos desiertos para lograr imágenes fascinantes y no se limita a un asunto estético. Los fríos desiertos y espectaculares paisajes de esa zona chilena sirven de lienzo para hablar del despropósito del trabajo de aquellos hombres y de la ignorancia del territorio.

Encuentra también la oportunidad para burlarse de esa imagen de hombres que no saben cómo subrayar su género y solo les queda irse a los golpes o a amenazar con sus armas. Gálvez resignifica la presencia del western en la contemporaneidad y la reforma con socarronería y humor fino: hombres como niños dándose porrazos y puñetes. En medio otra burla: La figura de la iglesia, tan en problemas en el Chile de hoy, y aquí representada como mejor se puede (y como tiene que ser). No digo más. Pero “Los colonos” no se limita a lo anterior. Tiene una impronta fuertemente política y absolutamente crítica del discurso con el que muchas generaciones crecieron. Felipe Gálvez busca explicitar la aniquilación que ha sido obviada. Del humor negro pasa a la narración más brutal del exterminio, se sumerge en un tono de catástrofe y acción pura.

Si hay que hablar y poner el tema del exterminio sobre la mesa hay que hacerlo con todo sino pa’ qué, como diría un chileno promedio. Gálvez hace mutar a su ópera prima y le regala a su espectador la excusa para no desprenderse de ella. Y si hay que volver al humor negro, es momento de hacerlo hacia el final de su segunda parte y toda la tercera, haciendo aparecer la compleja figura de Vicuña (aquí los chilenos tendrán que ayudarme a reconfirmar si se trata realmente de Benjamín Vicuña Mackenna), muchos años después del inicio del relato y en las tierras de Chiloé.

“Los colonos” es de esas películas que no se restringe en el género y tiene una impronta de autor bastante marcada que incluye saber entretener, saber hacer una crítica de la contemporaneidad y encontrar el mejor espacio para hacer una burla abierta, inteligente y corrosiva. Es una película absolutamente inolvidable, de esas que merecen varios visionados, porque confluyen en ella una serie de discursos que al día de hoy son totalmente necesarios. El discurso no tiene por qué ser desagradable por muy incómodo que resulte. El director sabe que en la región (Latinoamérica) se tiene muy pocas oportunidades para hacer cine espectacular y provocativo, y pone en esa ópera prima todo lo que le incomoda y le maravilla de la manera más eficiente.

Ojalá y su trabajo incremente y pueda seguir haciendo obras tan monumentales. Ver su trabajo sugiere que hay en él un conocimiento en el arte de narrar y saber ejecutar con precisión a través de la cámara. “Los colonos” es una película que apasiona y sorprende. Me ocurre más o menos como a Segundo, el personaje mestizo que en un momento se encuentra con un nativo del pueblo Selk’nam y queda fascinado. Una escena extraordinaria como su escena final, que también es de antología, y puede ser usada como un recordatorio de que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones y de gobernantes muy hijos de puta.

Los Colonos se estrenó en Cannes recibiendo el premio FIPRESCI en la categoría de “Una cierta mirada” y es la elegida por Chile para la representación ante los Oscars.

Ficha Técnica

Dirección: Felipe Gálvez
Guion: Felipe Gálvez
Duración: 97 minutos
Género: Western, drama histórico
Producida por: Giancarlo Nasi
Reparto: Camilo Arancibia, Mark Stanley, Benjamin Westfall, Alfredo Castro, Adriana Stuven, Sam Spruell, Marcelo Alonso, Mishel Guaña
Montaje: Mattieu Taponier
Música: Harry Allouche
Cinematografía: Simone D-Arcangelo
Países: Chile, Argentina, Reino Unido, Taiwan, Alemania, Suecia, Francia, Dinamarca
Año: 2023