Oct 21 2020 18:43
Reseña La paz de Tomás Pinzón – El fracaso de la paz
Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)
Probablemente los colombianos nunca habíamos visto imágenes tan poderosas y significativas como las que acontecieron durante y después del plebiscito por la paz. Y probablemente no hayamos vivido una frustración tan grande como la de vernos de frente con un resultado poco menos que mezquino, y que luego veríamos personificado en caravanas de gente que celebraba el veredicto. Ese día ganó la democracia, pero una coja, ciega y completamente deteriorada. Y aunque el gobierno de aquel entonces no se rindió y logró que el acuerdo se hiciera realidad, la angustia de aquel 2 de octubre quedó en el aire, y hoy, 4 años después, la hecatombe es una realidad.
Lo anterior a propósito del estreno en Mowies de La paz, película de Tomás Pinzón, un documental ‘observacional’ que servirá como herramienta de memoria histórica y poco más, y en el que se observan guerrilleros de las FARC en situaciones comunes y de cierta rutina, días antes y días después del plebiscito.
La paz, que no deja de ser peculiar, y ciertamente agridulce, es el resultado de la convivencia de Pinzón y un mínimo equipo de producción en uno de los campamentos de un bloque guerrillero ubicado en el Cauca. El director aprovecha tal experiencia para sacar el lado más ordinario y más humano de hombres y mujeres allí agrupados, esto es, grabarlos limpiando sus armas, cortándose el pelo al ritmo de alguna canción de Andrés Cepeda, jugando fútbol o hablando banalidades.
Y a la espera de que aparezca algo lo suficientemente significativo, Pinzón decide incluir conversaciones que dejan notar ansiedad por el resultado del plebiscito (antes y después), y la vida después del cautiverio. Entre ellos se preguntan a qué podrían dedicarse, se cuentan los anhelos de una incierta libertad, hacen memoria de sus inicios o revelan una que otra confesión desgarradora, como la de un hombre dispuesto a asumir la paternidad luego de perder a su pareja en un enfrentamiento con el ejército y después de muchos años engañando a su hijo, a quien le afirmaba, era su tío. Y aunque dudo de la autenticidad, o por lo menos de la espontaneidad de lo que allí se dice y se ve, resulta conmovedor y emotivo saber que aquellas personas, responsables de los asesinatos y las situaciones más escabrosas y despreciables en el país, anhelaban lo mismo que muchos de nosotros, y terminamos igual de desilusionados.
Lo anterior quiere decir que la idea de matizar la imagen de las FARC parece surtir efecto. Tomás Pinzón, según notas periodísticas y de promoción de la película, afirma que después de convivir con ese bloque guerrillero pudo concluir que “las tropas de las FARC no son como nos la pintaron”, y aunque pueda ser una opinión indefendible, tal conclusión es la gran premisa de este trabajo. Mostrar una perspectiva diferente a la que la gran mayoría de colombianos tenemos de ese grupo guerrillero, es el gran objetivo de Pinzón con este documental. De haber otro objetivo, o tesis complementaria, es el de la constante recordación del fracaso de la paz. O nunca mejor dicho, la reafirmación de que cierto sector político goza con la continuidad de la absurda guerra, mientras acaba con el anhelo de una buena parte de colombianos. Sean guerrilleros o no. Si eso no es ser auténticos cabronazos, no sé qué lo sea.
La película hizo la premier mundial en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena
Ficha Técnica
- Dirección: Tomás Pinzón Lucena
- Guion: Tomás Pinzón Lucena
- Duración: 81 minutos
- Personajes: Farc-EP, Bloque Comandante Alfonso Cano – BOCAC
- Fotografía: Arnaud Prulliere
- Sonido: Juan Camilo Bernal, Thomas Fourel
- Países: Colombia, Francia
- Año: 2019