Reseña de Canción sin nombre de Melina León. La vigencia de la angustia.




Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

Inicia con material de archivo que evidencia violencia, titulares inequívocos y un ambiente hostil. Detrás escuchamos lo que parece una canción de cuna que me da mal rollo. Una sensación de soledad abrumadora y una suerte de mal augurio. Y no creo que esté equivocado (lo verán con el cierre).

La ópera prima de la peruana Melina León es un relato intenso que viaja varias décadas atrás – a los años 80 – para traer a la memoria no solo el conflicto de la venta y tráfico de niños. También viene a recordar las épocas de inflación, el terrorismo de sendero luminoso, un clasismo a flor de piel y la perpetua homofobia.

Georgina es una mujer indígena. Está embarazada y junto a su pareja, se gana la vida vendiendo papas. Un mal día escucha por la radio el comercial de una clínica que ofrece atención médica gratuita a mujeres embarazadas. A la evidentemente indefensa y confiada Georgina le queda sonando la información y decide acudir a ella. El lugar resulta una trampa, pues allí, de la manera más cínica, le roban a su hija. El desasosiego es aterrador. En paralelo, nos cuentan la historia de Pedro, un periodista igual de pasivo a Georgina y que está investigando sobre asesinatos cometidos en Lima. Mientras hace su trabajo, conoce a un actor cubano que empieza a interesarle y por ende, empieza a ir tras él.

Lo anterior se cuenta en medio del peligro del desempleo, el terrorismo y los apagones. También los abusos policiales, el infierno burocrático y los toques de queda, consiguiendo tener un aterrador eco por estos días y que, sumado a la idea de evidenciar desprecio contra mujeres, personas indígenas u homosexuales, terminan por hacer de Canción sin nombre, una película con enorme vigencia. Una especie de caja de resonancia que no pasa inadvertida.

Y me parece que Melina León tiene no solo un relato poderoso y una protagonista portentosa y creíble. También tiene un evidente talento para sugerir y contar con apenas unos pocos planos; tiene vocación para llenar de significado los vacíos y los espacios más ordinarios. No obstante, son los recursos narrativos los que terminan por irse en su contra. Canción sin nombre abre demasiados frentes y no logra cerrarlos completamente, si es que llega a haber cierres. Resulta una amalgama de conflictos que hacen diluir de vez en cuando la historia principal, y pone en aprietos la fluidez de las historias secundarias. Melina siembra problemas con cuidadoso misterio e insinuación, pero los hace explotar sin gracia alguna, afanando su desenlace, o dejando todo en un limbo. Canción sin nombre cumple con el mal de muchas óperas primas, y es el de querer contar demasiadas cosas en poco menos de 100 minutos.

A pesar de lo anterior, vuelvo al tema de lo urgente y legítima que resulta, sobre todo por su trabajo de memoria, y al que se le suman las buenas intenciones de su directora por poner en foco comunidades indígenas junto a sus rituales y costumbres. Canción sin nombre es la primera película peruana que va directo a estrenarse en plataforma digital, sin antes pasar por salas comerciales y/o espacios alternativos (salvo por las funciones en el Festival de Cine de Lima del 2019), y sobra explicar los motivos.

En un año (el anterior) sin cines, donde las plataformas digitales pasaron a ser las grandes protagonistas (asunto que sigue sin terminar de convencer) y al tiempo, la amenaza constante de la industria, termina siendo irónico que sea ese enorme cementerio digital de nombre Netflix, un importante impulsor del cine de la región, que, salvo pocas (poquísimas) excepciones, pasaba completamente desapercibido entre los mismos latinoamericanos. Y esa pueda ser una razón de peso para celebrar. Me parece que nunca antes el cine de esta parte del mundo lograba tener tanto protagonismo y tanto alcance.

Vale la pena dedicarle esos 100 minutos a una directora a la que no hay que perderle la vista. Estoy seguro que sus próximos trabajos no van a pasar inadvertidos. Canción sin nombre estará disponible en la plataforma a partir del 15 de enero.

* Esta reseña hace parte del Especial sobre las Nominadas a los Premios Platino del Cine Iberoamericano 2021

Nominaciones: 2 

  • Mejor Ópera Prima
  • Mejor Música Original

 

Ficha Técnica

  • Director: Melina León
  • Guion: Melina León
  • Duración: 97 minutos
  • Género: Drama
  • Reparto: Pamela Mendoza, Tommy Párraga, Lidia Quipse, Lucioa Rojas, Maykol Hernández
  • Cinematografía: Inti Briones
  • Montaje: Melina León, Antolín PrietMúsica: Pauchi Sasaki
  • País: Perú
  • Año: 2019

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