Reseña Las niñas bien de Alejandra Márquez Abella – Ni tan niñas, ni tan bien




Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

Ocurre en México. Una niña que hace méritos para parecer una mujer hecha y derecha se prepara para su fiesta de cumpleaños que, al parecer, será toda una eventualidad. De su aturdida cabecita salen cosas muy frívolas. Lo sabemos por la voz en off. Sabe que todos tendrán que ver con ella y eso es lo que más la estremece. También fantasea con que Julio Iglesias la recibirá y la llenará de mimos. Es una auténtica bobalicona. Todo ocurre en 1982. Hay mucha corrupción, despilfarro, nepotismo y un presidente que se juraba el salvador de la economía de ese país. El contexto a duras penas se vislumbra. Lo único que podemos ver es gente pasándola bien.

Esta disección a la oligarquía mexicana de esa época la dirige Alejandra Márquez Abella y se llama “Las niñas bien”. En su fecha de estreno no arrasó taquilla y le tocó enfrentarse al triunfo de la colosal y bellísima “Roma” de Alfonso Cuarón, que, como esta, también se ubica en una época pasada. En todo caso, lo anterior no evitó la serie de reconocimientos posteriores. Ganó cuatro galardones en los Premios Ariel 2019 y su reciente paso por plataformas parece estar despertando el interés de un público más grande y que la mira con más atención.

La tal Sofía está casada con un tipo con mucha plata y con quien tiene unos hijos muy rubios y educados por sirvientas. Su vida solo gira a través de las desmesuradas compras y desayunos ligeritos en el club, donde juega tenis con otras mujeres igual de vagas a ella. Hacen que son amigas, pero en el fondo se odian a muerte. Ninguna soporta que la otra presuma de más cosas y lo único que las une es la crítica a otras mujeres. “No digas provechito” le sugieren a una novata en el grupo, una nueva rica que luce como alguien más terrenal, pero con las mismas aspiraciones.

Hablan auténticas bobadas. Quien sea más tonta entre ellas. Lo único que les preocupa son sus comodidades. O, quizás, mejor dicho, solo conciben movilidad social cuando atacan sus privilegios y, claro, desde la comodidad del club, las salas de su casa o las fiestas a las que van. Jamás las verán en marchas en la calle y esas cosas, no vaya a ser que las confundan por nacas y gentes de mal vivir.

Sofía tiene también un delirio con el españolísimo Julio Iglesias, que no es más que la representación del privilegio, los placeres superfluos de la vida y las presuntas castas, más no el del buen gusto. Y supongo que es por esto último que no se atreve a mostrar ante las otras mujeres su fanatismo. En el fondo se portan como auténticas víboras entre ellas porque la crisis de la época está ad portas de tocarlas. Todas estarán muy expectantes para ver quién es la primera en caer en ese despreciable círculo social. Todas son propensas, naturalmente.

Todo lo que hay en Las niñas bien es de una exhaustiva investigación, de un detalle tremendamente significativo y en donde analizando con mucha sensatez, hay mucha lógica en toda la banalidad que escupen sus personajes. Nada es por casualidad, ni siquiera su tono de comedia simplona y facilista que luce a primera vista. En realidad, es una sátira de un contexto social bravo. Ignoro completamente si es un tono que está en la génesis del proyecto, un libro escrito por una escritora de nombre Guadalupe Loaeza.

Me parece espléndida no solo la aguda crítica a la realidad social a la que da eco, sino también la portentosa Ilse Salas, que da vida a ese personaje del que uno no espera demasiado, pero que se va forjando y se va volviendo más complejo.

“Las niñas bien” no se queda en su contexto nacional. De manera perspicaz y despiadada se burla y reflexiona acerca de esas mujeres oprimidas que no son más que trofeos para los pelafustanes que tienen como marido y para quienes la única defensa que tienen es la insignificancia del glamour. Habla de una sociedad que se volvió el punto de referencia para las generaciones posteriores. Un tipo de gente exaltada y popularizada a través de Televisa, esa fábrica de estrellas artificiales, mimadas y pedantes, que, entre otras, triunfó en el exterior y estimuló la idea de que solo la gente de bien, de peinados y gustos rocambolescos, logra triunfar en la vida. Algo así como los personajes de aquellas fábulas interpretadas por Thalía.

La película tuvo una premiere online en Mubi el pasado mes y está disponible desde el 23 de julio hasta el 21 de agosto en la mayoría de países desde donde se puede usar el servicio. También puede ser alquilada a través de la plataforma de Cinépolis Klic.

Ficha Técnica

  • Dirección: Alejandra Márquez Abella
  • Guion: Alejandra Márquez Abella, Guadalupe Loaeza
  • Género: Drama
  • Duración: 93 minutos
  • Reparto: Ilse Salas, Flavio Medina, Cassandra Ciangherotti, Paulina Gaitan, Johanna Murillo, Jimena Guerra, Ana José Aldrete, Pablo Chemor, Claudia Lobo, Diego Jáuregui, Daniel Haddad, Rebecca de Alba
  • Fotografía: Daniela Ludlow
  • Montaje: Miguel Scheverdfinger
  • Música: Tomás Barreiro
  • País: México
  • Año: 2018

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