Abr 12 2016 20:06

Reseña de Siembra de Santiago Lozano y Ángela Osorio

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

En RFI decían sobre Siembra que se une a las películas colombianas en donde pareciera que los realizadores estuvieran preparando el terreno para el posconflicto. Es interesante esa opinión internacional donde se marca una “tendencia” para el cine nacional que hace recorridos en festivales.

Pero si bien hay una aparente “necesidad” de exponer en ámbitos internacionales estas historias que aquí son recibidas con menos asombro, también hay unas búsquedas estéticas – que son ya identificables – con las que se habla poéticamente de los personajes y los difíciles entornos que rodean estos temas.

Esta película hecha en dupla (Santiago Lozano y Ángela Osorio) trata sobre el terrible desarraigo, del proceso del duelo, pero también de la mezcla que surge entre la tradición rural y la modernidad urbana.

Turco, es como le dicen a un pescador de la costa pacífica que vive junto a su hijo Yosner en los barrios de invasión en Cali, tras ser despojado de sus tierras por causas del conflicto armado. Son dos generaciones opuestas que asimilan distinto su nuevo territorio. El Turco no se acostumbra a su espacio reducido y el cemento, mientras que Yosner encuentra en la pandilla una vía de refugio y escape. Un sentido de pertenencia ajena y libertad que, irónicamente, lo conducen a la muerte. Comienza la travesía de su padre por cumplir con su velorio y entierro en condiciones económicas lamentables. Este recorrido tortuoso tiene una cercanía con “Ella”, la última película de Libia Stella Gómez.

Entre la tragedia de un duelo prolongado que se niega a aceptar este padre, contemplamos dos fuerzas representadas en el baile y los cantos. El primero de la vivaz y espontánea energía urbana y el segundo de los rituales mortuorios de los afrodescendientes. La muerte y la vida en una caótica armonía.

Siembra no solo mira a estos dos personajes, sino la gente alrededor, involucrando algo de su cotidianidad con historias que intentan ampliar el entorno del Turco y que aun resultando algunas bonitas, otras graciosas o incluso divertidas, quedan desconectadas de la película, en una suma de escenas alargadas en exceso. Curiosamente esa amalgama tan vital que se teje es contada usando el formato de blanco y negro, como negándose la película en sí misma a esa rebeldía y carácter que encarnan sus personajes, a sus deseos de seguir viviendo bajo sus condiciones y en buen modo, con dignidad, como negándose a esas tradiciones ancestrales donde con sus cánticos fúnebres no celebran la muerte sino la vida misma. La representación de la violencia aquí no es tajantemente explícita por lo que el color era bien posible.

El Turco (al igual que el hijo y otros) es representado por un actor no profesional – otra “tendencia” de los realizadores colombianos -, el músico Diego Balanta, un hombre que llena la pantalla con su espigada presencia, con sus manos que parece cubrirlo todo y su mirada adusta, casi indescifrable. Pero su sola presencia no es suficiente en la película, porque el Turco tiene diálogos que, aunque escasos, resultan recitados, restándole magia a ese naturalismo de esta y otras de historias de igual naturaleza.

El hallazgo de lo poético en este tipo de películas debería darse producto de la singularidad de su propia historia o de sus personajes y no a través de planos y encuadres perfectos (una ventana y un árbol de ensoñación) forzando un simbolismo que no se necesita – la reciente película “Violencia”, por ejemplo, consigue una profunda reflexión evitando caer en estas trampas. Eso sí, entre tanto control visual es lógico que la belleza aparezca, logrando en esas una escena maravillosa de simbolismo nato.

Hay en esta película mucho del director Oscar Ruiz Navia, quien operó como productor. Hay más de lo que uno querría. Esperamos un nuevo proyecto de esta dupla.

Después de ganar en Toulouse, en Tarragona España y en Cartagena Siembra llega a las salas de cine colombianas bajo la distribución de Cineplex.

Ficha Técnica

Dirigen: Ángela Osorio R, Santiago Lozano
Guion: Santiago Lozano
Duración: 82 minutos
Género: Drama
Reparto: Diego Balanta, Inés Granja, José Luis Preciado, Carol Hurtado, Jhon Javier Ramos
Diseño vestuario: Ana Acosta
Fotografía: Juan Velásquez
Sonido: Leiando de Loredo, Alejandro Fábregas
Arte: Carmen Gómez
País: Colombia
Año: 2016