Oct 25 2013 13:25
Como espectador, ¿qué esperar de Cazando Luciérnagas?
Por Sandra M Ríos U | |
Twitter: @sandritamrios |
Este artículo lo tenía planeado hace ya un tiempo, inspirado en los comentarios de dos colegas a la salida de la exhibición de prensa de este film colombiano que llega hoy a cartelera nacional. Los comentarios advertían de la lentitud del film.
Gracias a esos comentarios, esa característica específica de la película, la de la supuesta “lentitud”, vale la pena aclararla y mucho más cuando se enfrenta al espectador, a quien no podemos exigirle que conozca del lenguaje cinematográfico en profundidad, pero sí podemos guiarlo en determinados casos.
Cazando Luciérnagas ES un film contemplativo, esto es, un largometraje cuya estructura narrativa apela a los tiempos y los espacios largos, a la calma, los silencios, los movimientos “lentos” (entiéndase pensados) y las imágenes. A los planos fijos y al montaje por cortes. No es un film de estridencia, de intromisión, de efectos o sobresaltos.
El cine de contemplación soporta parte de su narración en los espacios, por ello, la fotografía en estos casos es detallada, cuidada y precisa, puesto que con ella se ayuda a contar la historia. A lo que erróneamente se le llama de “ritmo lento” o anti-ritmo, es realmente, y repito, en este estilo narrativo, narración contada a través de las imágenes.
Para muchos espectadores este tipo de cine puede resultar tedioso, eso es algo que ya va en los gustos personales, a mi por ejemplo me suele encantar este tipo de cine, pero en el caso particular de Cazando Luciérnagas es una de sus grandes virtudes. Les cuento por qué.
Roberto Flores, su director, ha sido capaz de mezclar este tipo de cine (algo difícil de lograr), que regularmente es de inmensos valores técnicos, con una historia de suma simpleza, una historia ligera (no menos profunda), capaz de hacer que cualquier tipo de espectador – el avezado o el que no -, pueda verla, comprenderla, digerirla y sobre todo…sentirla. Es un film de experiencia.
Cazando Luciérnagas es una película de reconciliación, de un reencuentro entre un padre y un hijo, algo con el que cualquiera puede verse identificado. Un film que seguramente quien haya vivido una experiencia similar, que sufra de la distancia con un algún familiar o con el padre mismo, seguramente le llegará profundamente.
El tema de la película se aborda con mucha delicadeza, respeto, sin juicios de valor y con la simpleza necesaria para convertirla en un film familiar, inspirador, de muy buen aura, de bajas pretensiones, de buenos sentimientos, que puede ser visto por niños de siete u ochos años en adelante. Es un cine familiar, de valores, un viaje emocional que probablemente lo lleva a la lágrima, pero también a momentos mágicos, de fantasía y otros de risa. Es un drama sin tragedias y sin comedia chabacana.
En ese sentido estoy hablando que se trata de una película que a usted como espectador gustoso del cine lo reta y le eleva su experiencia con el séptimo arte porque lo lleva a apreciar su historia desde un estilo narrativo diferente, uno un poco más exigente.
Para conocer ciudades y salas donde se exhibe la película visita: http://us5.campaign-archive2.com/?u=cd38e7d7b49fb41c6386dd046&id=0254fe8a9e