Ago 2 2023 15:56

Con “Puentes en el mar”, de Patricia Ayala, el cine regresa a Tumaco

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Desde la concepción de esta historia hasta su llegada a cartelera, mañana en Colombia, le tomó 14 años a la directora, productora y guionista Patricia Ayala la realización de su tercer largometraje. “Puentes en el mar” es su primera producción de ficción.

La película se ambienta en Tumaco, narrando la historia de una madre que sufre y sobreprotege a su hijo adolescente para que no caiga en las garras de la delincuencia y las drogas.

En el largo proceso de realización de “Puentes en el mar”, Patricia Ayala se fue a vivir un año antes del rodaje a Tumaco, municipio ubicado en el pacífico colombiano, en el departamento de Nariño, y una de las zonas más afectadas por el conflicto armado en el país, con uno de los mayores índices de pobreza, que bordean el 84%, y una presencia débil del Estado, que no ha resuelto temas como el de la cobertura deficiente de los servicios públicos, salud, educación y vivienda. A su vez, es un municipio de inigualable biodiversidad, como sus manglares que hacen parte de una escasa lista de 25 áreas de mayor diversidad biológica en el mundo. Es también, un proveedor único de alimentos, donde, dicho por sus propios habitantes, fácilmente se pueden encontrar más de 50 u 80 productos variados para la cocina y de ahí el dicho: “Quien aguanta hambre en Tumaco es porque quiere”. A Tumaco la forman tres islas conectadas por puentes. Es una tierra golpeada por el hombre y bendecida por la naturaleza.

Desde hace ya algunos años, el FDC viene dando un impulso mayor a los relatos desde los territorios, a esas narrativas que provengan de otras regiones distintas a las hegemónicas que nos permitan conocer, redescubrir, visibilizar y pensar a la otra Colombia. Este año, por ejemplo, el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico ha destinado 3.940 millones de pesos a las modalidades dirigidas a las regiones y poblaciones étnicas.

El largometraje de Ayala, rodado hace dos años, es un buen ejemplo de los alcances que pueden llegar a tener estas iniciativas para impactar con cultura sectores como Tumaco y ofrecer nuevas y distintas oportunidades. “Puentes en el mar” contó con un gran equipo técnico que superó las 50 personas, recibió el apoyo comunitario y de diferentes asociaciones sociales. Una de sus escenas, que hace parte de su significativo desenlace, sumó casi 400 personas. Por supuesto, la parte artística también resultó de la región, en una suma de actores profesionales y no profesionales, 20 en total, entrenados durante cuatro meses (en jornadas de tres horas, tres veces a la semana) por la directora y el preparador de actores Carlos “Fagua” Medina.

A la madre protagonista la interpreta Catalina Mosquera, una mujer afro, actriz, bailarina, docente, coreógrafa y maestra en Artes Escénicas con énfasis en Actuación. Alicia, su personaje, encierra ese sentimiento tan inherente a toda mujer cuando tiene hijos y es ese temor de que sus hijos se echen a perder una vez crezcan, esa angustia de tener que dejarlos de proteger bajo sus alas, que se acrecienta en un lugar como el que ocupa la película. Michael es el hijo, un chico de 17 años a quien a diario acompaña al colegio para asegurarse que asista y que no reciba malas influencias. Ella lidia con ese pensamiento y con la lucha por sobrevivir como empleada doméstica. Controlar esa etapa de la vida de un adolescente es un imposible, así que Alicia verá cómo se cristalizan sus miedos por unos pasos en falso, involuntarios, de su hijo y que les hará dar un vuelco a sus vidas. A Michael lo interpreta un jovencito de igual edad, habitante del barrio Nuevo Milenio, uno de los más complejos del municipio.

El relato de Ayala goza de ser diferente, no solo porque se da desde la ficción – este es el primer largometraje profesional no narrativo producido en Tumaco -, sino porque se concentra en la realidad de una población a la que le cuesta salir adelante, quedar ilesa de un entorno difícil y complejo que los lleva muchas veces a ejercer prácticas no deseadas. Muchas de las películas del ámbito nacional ocurren desde la visión adolescente; desde sus dramas y rebeldías, y esta, aún siguiendo los pasos de Michael, tiene una perspectiva desde la madre, desde su amor infinito de cuidar y hacer todo lo que esté a su alcance para que su hijo crezca sano y salvo. “Es una película que habla, obviamente, de los territorios en conflicto, pero también y, sobre todo, habla de ese vínculo poderoso entre la madre y el hijo, y del amor, de la fuerza y del poder del amor, cómo desde los afectos somos capaces de superar lo que el mundo nos pone encima, el peso gigante que el mundo nos está poniendo encima todos los días”, explica la directora.

Factores como la pobreza o la criminalidad no son mostrados aquí a manera de sobreexplotación, por el contrario, Ayala intenta, sin ocultarlos, resaltar temas como la dignidad, la inocencia, la amistad y resiliencia, representados en personajes como la madre, el hijo, los amigos y comunidad, en general. La película aprovecha igualmente ese ambiente en el que ocurre para exhibir los hermosos y contrastantes paisajes de Tumaco, además de parte de sus tradiciones orales y musicales que vemos en una gran, bella y lograda escena final. Y ambas cosas; la de mostrar el paisaje y tradiciones, aparecen con el propósito de servir a la narrativa, es decir, no están desconectadas de la historia.

Cuando se habla de amor, de dignidad y respeto, se habla de un sello distintivo de esta directora y su forma de abordar sus obras. “Puentes en el mar”, como sus documentales “Don Ca” y “Un asuntos de tierras”, nos presenta la historia de una madre y un hijo, que son a su vez el retrato de un país. Su título hace referencia entonces a esos puentes que conectan el municipio, pero también a esas viviendas palafíticas, donde muchos lugareños establecen sus hogares.

Una película que va más allá de la pantalla

El 5 de agosto el largometraje se estrenará en Tumaco, en una popular discoteca que hizo parte del rodaje. Los invitados especiales serán todos aquellos que trabajaron en la película, así como también recrearán la escena que congregó a las casi 400 personas, que conforman varios proyectos de impacto social, ambiental y cultural.

La productora de la película, Pathos Audiovisual, y el distribuidor, junto a Marea Producciones, colectivo que realiza proyectos culturales en la zona, se han unido para que regrese el cine a Tumaco, tomando la decisión de ceder sus porcentajes de participación a favor de la sala de cine que funcionará en el Centro Cultural Don Aki, actualmente en proceso de registro ante el sistema que regula las exhibidoras en el país (el SIREC). La sala lleva por nombre “La perla”. Esta iniciativa ya cuenta con el apoyo de la Cinemateca de Bogotá, con la Embajada de Francia y con la Corporación Colombiana de Documentalistas Alados, quienes apoyarán con su catálogo de películas.

“Después de hacer mis dos películas “Don Ca” y “Un asunto de tierras“, creo que ha sido una experiencia que me ha enseñado lo que significa el cine de ficción, la puesta en escena, el trabajo con actores y las inmensas posibilidades que da el cine en general“. Para Patricia Ayala, además de lo que comenta, también representó una oportunidad de mostrar esa conexión entre madre e hijo, pues el suyo, Aarón Moreno Ayala, fue quien compuso la música original de este largometraje.

“Puentes en el mar” podrá verse también en Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Pereira y Barranquilla.

Ficha Técnica