Reseña Verónica, otra vigorosa representante del terror y el cine fantástico español


Por Sandra M Ríos U
Twitter: @sandritamrios


Llega a salas de cine Verónica, otra vigorosa representante del terror y el cine fantástico español.

Basada en un hecho real, la película ficciona la historia para traernos una producción de horror fresca, emotiva, asustadora y dramática a partes iguales.

La historia que recoge Verónica – también conocida bajo el título de La Posesión de Verónica – corresponde al caso denominado en España como el “Expediente Vallecas” de unos sucesos acontecidos en 1991 en Madrid y cuyos datos fueron levantados por el inspector jefe de policía José Pedro Negrí.


Los hechos pertenecen a Estefanía Gutiérrez Lázaro, una adolescente de 18 años que motivada por los fenómenos paranormales decide jugar la ouija con sus compañeras de colegio en un rincón de la institución, en un intento por contactarse con el novio de una de ellas que había fallecido en un accidente de moto recientemente. En medio de la sesión fueron descubiertas por una profesora que les suspende súbitamente la actividad. Poco tiempo después Estefanía comienza a sufrir de convulsiones, comportamientos extraños, pesadillas, visiones de presencias y murmullos en su casa que se van intensificando hasta dar con su muerte en un hospital un año después. El terrible desenlace de la adolescente no culminó los sucesos extraños en la casa y sus padres y hermanos pequeños experimentaron eventos paranormales que fueron corroborados por un grupo de policías que acudieron al lugar en una fría noche de invierno tras el llamado del padre. Es de los pocos casos paranormales con un reporte confirmativo de un ente oficial donde se dejó consignado que en dicha propiedad pasaban cosas inexplicables.

Conociendo grosso modo los detalles de esta historia real, la película modifica buena parte dejando en esencia lo que representa la tragedia de una adolescente que no le gana la batalla al mal. En Verónica, conocemos a una jovencita que vive con su madre y sus tres hermanos menores. La madre es una trabajadora incansable por ser cabeza de hogar, así que Verónica, la hija mayor y única adolescente, es su mano derecha. Es una chica agitada que debe cumplir con sus obligaciones de colegio y atender todo el tiempo a sus hermanitos. En esta versión, es en un día de eclipse solar que ella junto a unas compañeras juegan el peligroso juego de contactarse con los muertos, pero en medio de su actividad Verónica entra en una especie de trance y ante el susto de sus amigas la sesión termina y ella es llevada a la enfermería donde no recuerda lo ocurrido. A partir de ahí, comienzan los sucesos extraños y presencias inquietantes que van aumento sin que su madre se entere. Cuando lo hace ya es demasiado tarde.

Verónica es la historia de una adolescente que ya de por sí es más madura dado las obligaciones que asume y además todo la va forzando a afrontar sola una amenaza del más allá que no solo la quiere a ella sino a sus hermanos. Su sentido protector alimentado por una madre casi ausente, la hará sacrificarse por ellos.

La película una vez empieza no pierde tiempo, es directa, y va tejiendo con facilidad una empatía hacia su protagonista y sus hermanitos: su inocencia, su impotencia, ingenuidad, su miedo, decisión y valentía. Tiene también por virtud que mantiene todo en un plano real, a pesar que en cierto momento uno de los fantasmas que la atormentan se deja ver y nos recuerda cualquier tipo de monstruo de las fantasías creadas por Del Toro. Hay de todos modos un evidente realismo en esta historia, aportado por la cotidianidad de Verónica y los niños.

Ambientada en los años 90s, los diálogos y su diseño de producción encajan dentro de aquellas películas y series que apelan a la nostalgia de esa década y la de los ochenta como Stranger Things o It (leer la reseña), sin dejar de sentirse auténtica. Verónica maneja su propio (buen) ritmo y sabe medirse con el drama y los sobresaltos propios del género de horror. No abusa de ninguno y deja que la historia sea espeluznante implícitamente.

Bien dirigida por Paco Plaza, quien demuestra una vez más habilidad con el género y buen trabajo de dirección de actores con este grupo de jóvenes protagonistas, La Posesión de Verónica  está bastante bien actuada, es de buen metraje (solo 105 minutos), tiene creíbles efectos especiales y está cuidada en su montaje y fotografía. Verónica ofrece una buena experiencia en pantalla para los verdaderos fanáticos del género. Una película bastante fresca, que evita los lugares comunes, a pesar que se mueve con la típica historia de posesión y los elementos propios de este género.

El largometraje ha recibido no en vano siete nominaciones en los Premios Goya a Mejor película, dirección, actriz revelación, guion y música original, efectos especiales y sonido. 

Ficha Técnica

Dirección: Paco Plaza
Guion: Paco Plaza, Fernando Navarro
Duración: 105 minutos
Género: Horror
Reparto: Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Consuelo Trujillo, Ana Torrent
Cinematografía: Pablo Rosso
Música: Chucky Namanera
Montaje: Martí Roca
Sonido: Aitor Berenguer
Efectos especiales: Raúl Romanillos
País: España
Año: 2017

Síguenos en TikTok

Síguenos en Twitter

Síguenos en Instagram




Estrenos recientes



Dune: Parte dos


Kung Fu Panda 4


Godzilla y Kong: El nuevo imperio


Breathe


El Pájaro Loco ¡Lío en el campamento!


El salario del miedo


Madame Web


Migración. Un viaje patas arriba


Dune


Civil War


Cazafantasmas: Imperio helado


Fabricante de lágrimas


El corazón del cazador


Baghead


Atrapados en el abismo


Oppenheimer


Misión hostil


Pared con pared


Imaginary


La primera profecía



Próximos estrenos



El reino del planeta de los simios


El especialista


Amigos imaginarios


Garfield: La película


Tarot


범죄도시 4


Sin edulcorar


The Strangers: Chapter 1


Unsung Hero


九龍城寨.圍城


I Saw the TV Glow


Cash Out


Hasta el fin del mundo


The Feeling That the Time for Doing Something Has Passed


Bloodline Killer


Jericho Ridge


City Hunter


Huling Tikim


Turtles All the Way Down


Wildcat