Rossy de Palma, mejor imposible – Tributo FICCI 61




El Festival Internacional de Cine de Cartagena le rinde tributo a la actriz española Rossy de Palma, con una carrera artística de más de 35 años que ha cubierto el cine, el teatro, la música, la televisión, la poesía y la moda. El homenaje será el viernes 18 de marzo con la exhibición de “Mujeres al borde de un Ataque de nervios” y estará antecedido por un conversatorio. 

 

Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

Hablar, escribir o invocar a Rossy de Palma es pensar en autenticidad. Y no creo que esté siendo yo muy auténtico al escribir y agregar tal adjetivo a su nombre. Hablar de Rossy de Palma es usar muchos adjetivos, pero también identificar lo que es ser realmente una artista y un ícono. Pensar en escribir sobre ella me lleva a recordar esa forma en la que Paquita, un fabuloso Javier Cámara presenta a Zahara (Gael García Bernal) en una de las secuencias iniciales de “La mala educación” 2004: “Una mezcla de desierto, casualidad y cafetería (…) con todos ustedes, a continuación, todo el misterio y la fascinación de la auténtica, la inimitable…”. Aquí el espacio es para la palmesana.

Rossy de Palma está ligada, ligadísima, a mi héroe personal y cinematográfico. Eso no hay que negarlo, ni rechazarlo. La colaboración entre Rossy y Almodóvar no ha sido sino un complemento para ambos. Quizás fue un afortunado trampolín para ella, que le permitió hacerse conocer como persona y personaje, porque lo de artista ya venía bien formado, y vendría a coger igual o más fuerza con una serie de colaboraciones y trabajos que no tienen nada que ver con el manchego. Rossy de Palma no es artista porque se dedique exclusivamente a la interpretación. Lo es porque también es diseñadora, modelo, música, escritora y dramaturga. Lo de ser un ícono es porque con esos frentes laborales y artísticos en donde se mueve, ha sabido crear una marca con la que tampoco busca ser catalogada o encasillada. Lo suyo es coquetear en un juego ambiguo donde mezcla lo elegante y lo moderno con lo ligeramente kitsch, donde también aparecen lo gótico, lo radiante, lo soez y lo erótico, y con todo y eso, ser admirada por un público lo suficientemente amplio, que nos incluye por supuesto a nosotros los maricones, que encontramos en ella el culmen de lo genuino, lo diverso y lo valiente.

Lo del arte empezó formalmente en los 80 con un grupo de música pop en plena movida madrileña llamado “Peor imposible”, haciendo referencia a que en realidad no es que supieran de música y, al tiempo, protegerse de críticas y rechazos. Llamándose de esa manera no solo se protegían de ser “tomadas en serio” en los 80. El nombre también viene a recordarnos que lo de aquella época era evidentemente un canto a la libertad, a la completa creatividad y una oda al juego. Cantando en esa época fue como conoció a Pedro Almodóvar, que a mediados de la década ya era conocido en el mundillo de la cultura underground, donde se movía el grupo musical.

Evidentemente a Rossy, que en ese tiempo seguía siendo conocida con su nombre de pila, Rosa Elena García, le interesaba esa figura que empezaba a ser célebre y hacía lo que le venía en gana, pero a diferencia de los demás, que le caían como moscas, ella decidió que lo suyo era dejarse desear; seducirlo a la distancia. Rosa Elena supo de un casting para “Matador” (1986), pero lo que más le llamó la atención al manchego fue esa forma de vestir y lucir que tenía la mujer. Se interesó por los vestidos y accesorios que llevaba y le sorprendió saber que ella misma los diseñaba (según dicen en algunas entrevistas, las mujeres y hombres de la época y la movida, se ponían lo que hubiese y jugaban con lo que cayera en manos, incluidas las fundas de almohadas, que usaban como faldas), y luego Almodóvar lo pidió todo prestado para vestir o complementar los impresionantes y originales looks de estrellas como Carmen Maura. En cualquier caso, Almodóvar quedó prendado de esa mujer de rostro “raro”, y le ofreció el que sería su primer papel en el cine (con permiso de David Summers, quien la llamó para su película “Sufre mamón”, donde participó interpretándose a sí misma con Peor Imposible), una reportera en “La ley del deseo” (1987) que le hace entrevista a Pablo Quintero (Eusebio Poncela), el protagonista. Almodóvar pidió que nadie peinara ni maquillara a su nueva actriz, pues quería que esa autenticidad con la que vestía, se maquillaba y se peinaba, saliera tal cual en su película. Lo cutre con estilo era lo que les fascinaba a ambos. O sea, no es simplemente que Almodóvar haya descubierto a Rosa Elena. Ambos fueron deseados entre ellos mismos en el mismo tiempo y esa es quizás una de las cosas más luminosas y convenientes de haberse encontrado por casualidad en aquella época.

Rossy no sería la misma sin ese físico, esa originalidad suya, y sin la pequeña ayuda del fotógrafo Alberto García-Alix y el diseñador (ya fallecido) Manuel Piña, quienes le dieron la luz para ese nombre artístico tan sonoro. Para “La ley del deseo” (1987), Rossy seguía siendo llamada Rosa Elena, y quería un nombre original. A Almodóvar, imaginativo y hábil para rebautizar, se le ocurrió un nombre: Rossy Von Donna (la V en alemán suena como una F), toda una ironía dado que la actriz era flaquísima. O sea, no era ‘fundillona’ (de fundillo, coloquial para referirse al culo). Aunque no la mataba este nuevo nombre, lo aceptó y así seguiría presentándose (así sale en los créditos de “La ley del deseo”.), hasta que hizo las fotos con Piña y García-Alix. Este último le regaló dos originales que venían con un mensaje que decía “Rosa. Rosa de Palma” (por Palma de Mallorca, de donde es) y a ella le hizo más sentido. Se cambió el Rosa por Rossy (como le decía su abuela) y así quedó rebautizada. El nuevo nombre pareció no gustarle mucho a Almodóvar, y lo único que le pidió es que no volviera a cambiarlo.

A partir de ahí, Rossy de Palma se convierte en toda una figura. Su siguiente película sería nuevamente con Almodóvar, y dio la casualidad (otra vez la casualidad) de ser “Mujeres al borde de un ataque de nervios” 1988, la película trampolín para él y sus “chicas Almodóvar”. En principio iba a ser solo un pequeño papel, el de la novia virgen del personaje de Antonio Banderas (Carlos) que buscaba una “casa casa” y en un momento se queda fundida luego de tomar un gazpacho de tomate repleto de somníferos. Lo de estar dormida gran parte de la película no se lo tomó bien la actriz, quien reconoce que se puso pesada, pidiendo algo más, lo que terminó siendo la resolución más divertida y almodovariana por excelencia: en medio del sueño, Marisa (como se llama su personaje) experimenta un orgasmo y despierta para los últimos minutos de la película, donde le confiesa el sueño a Pepa (Carmen Maura) y también le confiesa que es virgen y ya no cree que lo sea por aquel sueño (se le fue la dureza de la cara y lo antipática, algo común en las vírgenes, según Almodóvar en boca de Maura). Con ese final aparecen también los acordes de “Puro teatro” en la voz de La Lupe, una canción y una voz que ya hacen parte de la marca Almodóvar.

Luego de “Mujeres…” vino “Átame” 1989 y un trabajo tan diverso como amplio que incluye directores de la talla de Álex de la Iglesia (“Acción Mutante” 1993), Robert Altman (“Prêt-à-Porter” 1994, personaje escrito exclusivamente para ella), Ventura Pons (“el perqué de totplegat” 1995), Mike Figgis (“TheLossof Sexual Innocence” 1999) o Terry Gilliam (“Themanwhokilled don quixote” 2018), entre muchísimos otros, y una serie de trabajos y colaboraciones que, como decía previamente, van más allá de la interpretación en el cine o la televisión, y eso incluye ser musa, figura y embajadora de la marca Jean Paul Gaultier, con quien lleva aproximadamente el mismo tiempo de trabajo que con el manchego. También apareció en el videoclip de George Michael “Toofunky”, por allá en el 92. ¡Puro acierto!

Ver las películas en las que interviene o participa Rossy de Palma, sean buenas, muy buenas, malas, regulares o perversas, es todo un placer por el espectáculo de esa artista que es capaz de convertirse en lo que sea, normalmente personajes que limitan con lo borde, lo estrambótico y lo original. Rossy es y se sabe interesante. “Una fuerza de la naturaleza” en palabras de Isabel Coixet. Goza con ese exhibicionismo con el que cualquier voyeur siente auténtico gusto. Lo suyo es artificio puro, mantener vivo el goce del juego y mantenerse en una industria tan cambiante y malévola. Paralelo a su trabajo con Almodóvar con el que, todo hay que decirlo, es con quien logra altas cuotas de interpretación, se ha acercado a nuestro continente de la mano de un director que ya le ha puesto el ojo: Manolo Caro, (llevan tres colaboraciones), con quien recientemente está estrenando una serie de nombre “Érase una vez (pero ya no)”, disponible en Netflix, plataforma donde también, dicho sea de paso, está su más reciente colaboración con Almodóvar: “Madres paralelas”.

El conservatorio se realizará a las 2:30 de la tarde en el Centro de Formación de la Cooperación Española y será moderado por Natalia Reyes. El tributo será en el Teatro Adolfo Mejía a las ocho de la noche. 

Síguenos en TikTok

Síguenos en Twitter

Síguenos en Instagram




Estrenos recientes



Kung Fu Panda 4


Madame Web


Road House (De profesión: duro)


Godzilla y Kong: El nuevo imperio


Damsel


Atrapados en el abismo


Migración. Un viaje patas arriba


Dune: Parte dos


Argylle


Misión hostil


Megamind contra el sindicato del mal


Código 8 (Parte 2)


El cerdo, la serpiente y la paloma


Pobres criaturas


Cualquiera menos tú


Cazafantasmas: Imperio helado


La pasión de Cristo


Oppenheimer


Dune


Stopmotion



Próximos estrenos



La primera profecía


Civil War


Rebel Moon - Parte dos: La guerrera que deja marcas


Monkey Man


El especialista


Abigail


Rivales


El ministerio de la guerra


Back to Black


Boy Kills World


Fabricante de lágrimas


Sting. Araña asesina


El Pájaro Loco ¡Lío en el campamento!


How to Date Billy Walsh


범죄도시 4


Liga de la Justicia: Crisis en Tierras Infinitas, parte 2


银河写手


Pared con pared


बड़े मियाँ छोटे मियाँ


Lune de Sang


Breathe


Winter Spring Summer or Fall


Damaged


Seize Them!


Arcadian