Oct 31 2015 09:55

El valle sin sombras. Rubén Mendoza revisa Armero y sus víctimas sobrevivientes

Tendrá funciones exclusivas los días 8, 11, 12 y 13 de noviembre.

Después de La sociedad del semáforo, La tierra y la lengua y Memorias del calavero, el director colombiano Rubén Mendoza se dispone a estrenar en pocas semanas El valle sin sombras, un largometraje documental producido por Diafragma Fábrica de películas y Dago García.

El valle sin sombras remueve la tragedia de Armero que el próximo 13 de noviembre cumple 30 años de acontecida. Un drama que cobró la vida de casi 29 mil personas y que dejó a los sobrevivientes en una dolorosa ausencia y despojo hasta el día de hoy.

Si desde la ficción Rubén Mendoza ha sabido sacudirnos – en el mejor sentido – con sus acercamientos drásticos y potentes, nos podríamos imaginar que un documental de esta naturaleza nos ofrecerá una mirada descarnada hacia las víctimas olvidadas de esta catástrofe, quienes desde entonces viven la mayoría en arriendo y con el deseo latente de regresar. Es que en realidad, la avalancha de Armero ha sido toda una suma de errores que se cometieron antes, durante y después del suceso por parte de las autoridades. Las otras víctimas fueron los niños que eran llevados a albergues, sacados de la zona y luego dados en adopción sin cumplir con procesos de espera debidos e identificación de los padres, en un afán por mostrar resultados y en una muestra clara de la falta de control de la situación (en un artículo de la Revista Semana de 2012 cuentan cómo literalmente se “feriaban” a los pequeños).

El documental da voz a muchas historias y personajes que se han quedado ocultos y que van más allá de la efemérides y el rostro de la pequeña Omaira que tanto le ha dolido al país. “Omaira es una hermosura de niña que duele en el alma pero como bien dice uno de los personajes de la película, fue el símbolo perfecto para consolidar el olvido: “se hace un símbolo para olvidar”. Su dolor, su visión y su existencia eran luz, pero la banalización de su imagen, el tráfico de su dolor, el facilismo de la prensa, la han convertido casi en un verdugo del dolor para muchos de los sobrevivientes de Armero”, expresó el director en el comunicado de prensa sobre este lanzamiento.

Las ruinas de Armero y la imponencia del Volcán Nevado del Ruíz, por el que se desató la tragedia, también serán incuestionables protagonistas. Rubén Mendoza contó a CineVista que el rodaje de la película se cumplió este mismo año y fue “exclusivamente en el cielo del Volcán Nevado del Ruiz y en la zona afectada por la avalancha”. Esto posibilitó que los sobrevivientes se desplazaran hasta la zona: “Personajes de otras ciudades viajaron. Algunos no habían ido hace casi 30 años, pero todos, aunque temían, fueron sintiendo sanación, una especie de exorcismo. Ellos fueron demasiado generosos para lo que les ha dado este país. Esta fue una cita de la vida”.

Pero el tono de la película no solo será dramático porque las batallas que han enfrentado los sobrevivientes y su dignidad los ha dotado de un sentido agudo del humor, además del mismo evento catastrófico tan impensado que es explicado por Mendoza de la siguiente forma: “Creo que el humor es como un salvavidas en ese mar de dolor, de desastre. Nadie, ni yo, que no haya vivido la tragedia, tiene suficiente imaginación como para entender una montaña inmensa, que se mueve a razón de una cuadra cada 5 segundos, llevando personas, carros, animales, tractores, casas, edificios, tumbándolo todo, sepultándolo todo. Una licuadora apocalíptica revolcando a niños con muros, a ancianos con camiones. El humor viene de su propia fuerza¨.

La génesis del proyecto
El documental de Armero surgió a raíz de un llamado que un medio oficial le hizo al director, pero su propuesta les pareció muy arriesgada. “Claro, el Estado sigue interesado en lanzar pétalos ese día, pétalos hasta que se tape todo, hasta que lo sepulte el olvido”. Así que el proyecto quedó amenazado a quedar sepultado, pero Mendoza ya había avanzado en la historia: “Ya enamorado yo de la fuerza de ciertas historias, indignado conmigo mismo de saber tan poco de una tragedia tan indignante, tan inmensa, empiezo a tocar puertas para que el grito no se me quede entre el tintero. Un grito hecho con muchas voces hermosas, vivas, dignas: las de todos los personajes que fuimos encontrando en el camino”. Ahí es donde aparece por casualidades del destino (un correo electrónico enviado por error) la figura del productor Dago García, quien fue finalmente el que posibilitó que este proyecto salga a luz y pueda ser visto en cuatro funciones exclusivas.