May 24 2023 21:42
Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)
En “Soy Cris de Tierra Bomba”, la segunda película de la directora colombiana Josephine Landertinger, su protagonista, Cristian, está constantemente, y en todos los ámbitos de su vida, saltando de una cosa a la otra. Va del timbo al tambo, diría mi madre. Esto es desde sus elecciones profesionales (pasó de estudiar arquitectura a administración de empresas, para luego saltar a biología y finalmente decantarse por formarse en actuación), pasando por sus relaciones sociales (presuntamente poco sólidas), las dudas con relación a sus propios objetivos y hasta cambiar constantemente sus lugares de residencia.
Cristian, nacido y criado en la desamparada isla de Tierra Bomba, un lugar ubicado al sur del casco urbano de la siempre idealizada Cartagena, quizás tiene sueños demasiado ambiciosos para ese lugar en el que vive, en 2015, año en el que Landertinger empieza a retratarlo con su cámara, porque vio en él un personaje valioso y atractivo, personaje que a su vez tiene, precisamente, que ir descubriendo qué es lo que le hace sentido en medio de esos constantes saltos que parecen decir mucho sobre su inestabilidad, pero están más ligados a la idea de encontrar su lugar en el mundo, algo primordial en aquello de encontrar la verdadera identidad.
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