Entrevista Augusto Sandino, director de Entre la niebla. “Mi película, más bien, es una meditación”


Por Sandra M Ríos U
Twitter: @sandritamrios


“Entre la niebla es una película que fundamentalmente está concebida desde el montaje. Me parece que el montaje y no el guion, es el núcleo del cine”. 

 

A partir de este fin de semana se estrena en la cartelera colombiana el segundo largometraje del director Augusto Sandino ENTRE LA NIEBLA, una película espontánea sobre el amor, la pérdida, las despedidas y los miedos, que, como la vida misma, está atravesada igualmente por temas sociales, políticos y  medioambientales.

De momentos hipnóticos, fantásticos y alucinatorios, Sandino ve esta nueva producción como una meditación y una experiencia que escapa a cualquier convención y necesidad de categorización, en donde F, el personaje principal, es un hombre enigmático, particular, que es un explorador solitario y guardián de unas montañas que se enfrenta a un inminente cambio en su vida.

Esto nos ha contado sobre su nueva película rodada en el lejano y desafiante páramo de Sumapaz: 

  • Estrenaste tu ópera prima “Suave el aliento” en 2015, ¿en qué momento comenzaste con este segundo largometraje?

A finales de 2015 cuando pude liberarme de “Suave el aliento” y ante un acontecimiento personal, decidí comenzar a ordenar mis ideas para una nueva película. Ha sido un proceso largo que ha tardado más de cinco años.

  • Sumapaz es el lugar de rodaje de tu historia, un lugar lejano con muchas dificultades o desafíos técnicos, ¿buscabas darle más realismo a la película?

El páramo de Sumapaz históricamente era un santuario muisca en donde se hacían pagamentos al universo y sus deidades. Era un lugar sagrado que tiene una carga espiritual muy fuerte y eso también es fascinante. Toca estar de ese lado para lograr filmar allí, es muy complejo y obviamente con mucho cuidado por cada paso que se da, porque la huella humana es mortal. Entonces nos dimos a la tarea de descubrir ese páramo, y a nosotros mismos como equipo. Descubrir los extremos en todo sentido.

Desde que comenzamos a explorar el territorio, supimos que sería un desafío muy grande por las distancias y por la altura. Filmamos entre 3.200 y 4.500 metros sobre el nivel del mar en lugares muy apartados nunca antes fotografiados. Debido a la capacidad de carga que tiene el parque, no podíamos estar más de 15 personas a la vez en el mismo sitio. Hicimos el rodaje en cuatro tandas, y fue intenso. Mucho frío, hasta que entendimos el significado de la palabra “emparamado”, que sin que caiga una gota visible de agua, estás absolutamente empapado. Se respira distinto, es difícil respirar. Es un lugar muy impredecible. Había que jugar un poco con el azar, porque si al páramo le da la gana de no dejarte filmar, se cae el cielo y no se puede ver ni a dos metros de distancia. Pero corrimos con suerte y en nuestra experiencia, se movían las nubes, el viento pasaba y despejaba el paisaje. Era algo mágico lo que nos brindaba este lugar. Y ahí quedó la película.

Penetrar Sumapaz implicó un trabajo con la comunidad previo. ¿Cómo fue eso y en qué consistió?

Yo digo que Sumapaz ha sufrido en carne propia todas las tragedias juntas que azotaron al país durante casi todo el siglo XX. La Localidad 20 de Sumapaz, en el Distrito Capital, se extiende hasta el Departamento del Huila y colinda con el Meta. En realidad, la Bogotá que nosotros conocemos, que es gigantesca, y diría uno que va desde la doscientos y pico norte hasta la ciento y pico sur, y desde la treinta y pico Este en Usme hasta la ciento y pico Oeste en Bosa, es menos del 40% del Distrito Capital. Entonces, estas comunidades que están asentadas allí en Sumapaz están organizadas en tres corregimientos, pero son poblaciones muy apartadas entre sí con veredas realmente aisladas. Definitivamente debería existir una secretaría de agricultura y ruralidad en el Distrito de Bogotá, también lo digo por localidades como Suba, Ciudad Bolívar y Usme, que tienen grandes extensiones de tierra en áreas rurales y de reserva. En el Sumapaz hay gente que vive en una montaña y tiene que caminar tres días de sol para llegar a un centro poblado. Es gente que vive en una precariedad impresionante. No hay gasolina, no hay celular, mucho menos internet, todo es más caro, no hay oportunidades de trabajo, no hay maneras de superar muchas dificultades a nivel social. Se requieren cambios profundos que no afecten tampoco la cultura y modo de vida que han logrado defender. El territorio ha sido poco protegido pero sigue siendo un lugar de difícil acceso.

Nosotros (Schweizen Media Group) trabajamos con algunas de esas comunidades. Estuvimos trabajando un año antes compartiendo con ellos. Hicimos unos talleres de alfabetización audiovisual para personas entre los 10 y 80 años, llevamos profesionales de cada especialidad del cine que dictaron talleres teorico-prácticos e hicimos tres cortometrajes con ellos. Estaban encantados. Aún así, como es un grupo poblacional que ha sido víctima de atrocidades, tienen mucha desconfianza con cualquier forastero y hasta con las instituciones presentes en la zona. Entendimos que hacer un trabajo de relacionamiento honesto y cuidadoso era fundamental, y fue a través de ellos que nosotros aprendimos del páramo, nos dieron mucha información, y luego de recibir su confianza cuando se dieron cuenta que éramos personas con buenas intenciones, nos abrieron las puertas de sus casas y nos acogieron. Hubo varias personas del páramo que trabajaron con nosotros en la película: actuaron, otros fueron asistentes, otros nos prestaron o alquilaron objetos utilitarios, muebles, porque la idea de la película era análoga con este tipo de infraestructura, y no traer otros objetos de Bogotá para poder generar las atmósferas de una manera más orgánica.

  • Entre la niebla se dirige por varios caminos. Es un drama de un hombre solitario, una película social y de denuncia medioambiental, casi distópica. ¿Tú cómo la describes?

Como una obra cinematográfica, una película personal que encierra misterio y acertijos. Pienso que yo justamente quería escapar de todas esas imposiciones del mercado y del mundo del cine en el que tienes que encasillar todo para ver cómo se vende, se mueve y se muestra. Y por eso enfatizo mucho que es una obra libre en todo sentido. En el proceso iba desoyendo algunas cosas y encontrando la película a medida que la íbamos haciendo. Es importante poder tener libertad cuando uno hace cine y poder tener el tiempo para encontrarla (encontrar la esencia de la película). Entre la niebla es una película que fundamentalmente está concebida desde el montaje. Me parece que el montaje y no el guion, es el núcleo del cine.

  • Sin duda el personaje principal es una parte muy importante de la historia, por sus características; es hipnótico y llena la pantalla con su presencia. Hablemos del proceso de casting y el hallazgo de Sebastián Pii, F. Entiendo se adaptó la película a él.

Totalmente. La película explora varios matices frente al ser o no ser, a la existencia, al tiempo, al miedo y a la posibilidad constante de exilio que nos persigue. Yo apuesto que todos y todas tenemos más de F de lo que quisiéramos aceptar. F es un personaje entrañable y tierno.

Con Sebastián nos conocimos, nos hicimos amigos y eso era suficiente. Actuar en la película fue un acto de complicidad, de profunda confianza. Tuvimos el tiempo de conocernos y pude encontrar en él todas las cualidades y características que estaba buscando. Lo más importante, creo, era aprender a sentir como el personaje F, y conocer bien el contexto de lugar y tiempo. Empezamos a generar búsquedas hasta que encontramos el personaje de F. La idea era que él no sintiera que estaba actuando, o que yo lo estuviera dirigiendo. Él entró a convertirse en F. A partir de ahí, fue una inmersión lúdica, pero debo enfatizar el respeto y la confianza que teníamos en nuestra colaboración, incluso a través de las adversidades.

Cada plano pareciera estar en un estricto control, ¿qué tanto fue así o sí hubo espacio de improvisación en el proceso?

Entre la niebla es una película llena de desafíos. Valdría la pena que esta pregunta te la respondiera mi colega Tomás Alfonso, el asistente de dirección: “En mi caso, una de las maneras en las que busqué mi comprensión fue a través de la musicalidad: es decir, cada una de las cosas que pasan son como melodías que juntas hacen una armonía y generan esta vivencia. Es una película que yo siento que es para ensoñar junto a lo que pasa con las imágenes, con el diseño sonoro, y además fue una película que tuvo un diálogo constante con el páramo. El páramo nos proponía cosas mientras estábamos filmando, rodando. El páramo fue un protagonista crucial en la película y nos llevó a hacer cosas que a mi juicio son supremamente poéticas, en la fotografía, en la actuación y, sobre este respecto, sobre el drama familiar que en sí es un punto crucial de la película. Para mí fue una vivencia diferente a construir el cine como usualmente se hace: con el uso de un guion, un storyboard, un guion técnico. Aunque obviamente hubo un trabajo como este antes, finalmente se trató de la libertad de poder construir el cine desde todo lo fundamental: la actuación, la interpretación del sonido y de la imagen. Finalmente, el contacto con la comunidad también era algo muy importante. Algo que nosotros siempre nos planteamos fue no llegar como turistas o a extraer imágenes, sino dejar algo a la comunidad, y hacer los talleres de alfabetización audiovisual para que ellos, después de nosotros, también pudieran contar sus propias historias y tener un cuidado con el páramo, un respeto frente al medio ambiente, a las personas y lo que esas personas narraron y compartieron.”

¿Por qué y cómo surge la idea de crear un idioma extraño? Pareciera que va en la idea de acentuar lo exógeno, lo exótico, lo virgen, lo no conquistado del espacio donde ocurre la historia.

No, para nada. Somos descendientes de una herencia española muy fuerte, la gran mayoría de latinoamericanos tienen apellidos españoles, hablamos en castellano desde hace siglos, y las lenguas y las culturas autóctonas o ancestrales están condenadas a desaparecer con el tiempo. Me interesa esa ruptura como fenómeno. Seguimos siendo colonizados, ahora por una hegemonía occidental que nos obliga incluso a aprender inglés.

Todo lo onírico y lo delirante de F, ¿cómo se incorporó?

Hay varios comentarios frente a lo político, frente a lo social, a lo ecológico, a lo afectivo y a explorar varias dimensiones del ser humano. Pensando en un personaje como F, se explora su espiritualidad, su afectividad, su relación con el medio ambiente, con el contexto, con su sexualidad. La película está ahí, y contiene todo lo que quiero decir. Hay muchos temas, y yo creo que todas las inquietudes que yo tenía a nivel personal logré plasmarlas en la película. Es una EXPERIENCIA, más que contar una historia lineal tradicional quería retratar la manera como concibo la vida, que puede ser fragmentada, cuando recoge una serie de emociones y sensaciones, para que el espectador luego trate de ordenar dependiendo del impacto tras apreciar la película.

  • Hablemos de la atmósfera y su sentido en la película. Siento que es agobiante, melancólica y de zozobra y que con ella se quiere dar un mensaje urgente medioambiental.

Entre la niebla es una historia de amor. El amor es el sentimiento que media la relación entre F y su padre. Amor y también cierta impotencia que se percibe en la película. Era fundamental que fuera evidente para el espectador. Son los actos los que definen el nivel de respeto y compromiso entre los dos, no necesariamente las palabras. F es leal y consistente, y atiende las necesidades de su padre enfermo, hasta que reúne la fuerza para permitirle encontrar su propio camino hacia su esposa, la madre ausente y fallecida de F, a pesar del dolor que puede traer esta decisión. Un gran amor es también dejar ir y abrirse a otro principio definitorio de la vida: la libertad.

  • La película se realizó antes de pandemia, pero con todo lo que estamos viviendo, el mundo se siente en riesgo inminente, todo está muy convulso, ¿no sientes que la película encaja mucho más en esta nueva realidad y se le puede dar nuevas lecturas?

Sí, filmamos entre 2017 y 2018 y no sabíamos que en 2020 y 2021, no solo iba a haber una pandemia global, sino que en Colombia se generaría un estallido social a partir de los temas que de alguna manera trata la película, y que la historia nos daría la razón frente a las suposiciones que puede tener uno con relación al medio ambiente, a la minería, al capitalismo salvaje y al desplazamiento forzado. Son todos temas implícitos pero que no me interesaba referir de una manera directa sino de una manera más simbólica y poética.

  • Volvamos a un tema vital de la película acerca de la amenaza del humano sobre otros. El deseo de arrasar y conquistar excusado en el progreso.

Ese es el dilema de la humanidad.

  • Hablemos de los diálogos, de la decisión de ponerlos en texto y lo poético que son.

Empecé a caminar, a veces durante horas, por senderos y entre las montañas que rondan Bogotá. Descubrí un mundo bellísimo entre los millones de verdes tan hijueputas que tenemos en nuestras narices. Y cuando uno camina y respira aire puro, también puede alucinar.

  • No eres de muchos referentes, pero Entre la niebla me hace pensar en Herzog y su cine no narrativo, su cine propositivo en forma y contenido. También en Malick. ¿En el fondo hay de algunos autores o películas que te inspiraron en ésta?

Que Entre la niebla te haga pensar en Werner Herzog o Terrence Malick me halaga. Mucho. Hay referencias cinematográficas para todas las personas que dedicamos nuestra vida al cine, indudablemente. Pero como Entre la niebla es una película tan libre, lo que estaba buscando era mi propio lenguaje. Me influencia más la poesía o la pintura en este caso. Me gustan mucho los pintores rusos del siglo XX como Nikolai Roerich o Aleksey Sundukov, por ejemplo, con unas escenas tan bucólicas y que también tienen un trasfondo social muy fuerte en su pintura. Entre la niebla podría ser una obra expresionista, en ciertas cosas, pero en realidad no estoy buscando adscribirme a nada sino más bien hacer lo mío y en un contexto que conozco, colombiano, montañas de los Andes, el páramo con un campesino y con absoluta libertad.

  • Contigo siempre habla uno del cine de autor. El cine como arte. El cine como extensión de la pintura. Cuéntanos del diseño de producción y de paso de los efectos visuales, que en esta película tienen una cuota importante ¿dónde y con quién los trabajaste?

Estás haciendo varias preguntas… Una película se piensa durante mucho tiempo, el otro día lo decía, incluso años enteros puedes estar con ese espíritu rondándote a ver si lo atrapas, te seduce, te camela y luego se puede ir porque también es esquivo. Le puedes llamar musa o lo que sea, pero es indudable que así funciona. Luego hay otros asuntos que tienen que ver con el lugar y tiempo, y tu propio lugar y tiempo personal. A veces no estás listo para emprender el largo viaje de una película. Uno también tendría que hablar de las películas que no se logran materializar. Ahora, todo esto lo digo desde otra orilla. En un sistema industrial donde haces una película por encargo (que todavía no es mi caso) puede ser totalmente diferente. Tiene que ver más con la ejecución correcta. A mí me gusta pensarlo desde lo autoral, desde la creación y manipulación de los elementos que van llegando. Sin embargo los procesos suelen ser muy largos y mientras trabajas en la idea de una película puedes estar trabajando en tres o cuatro, yo no paro de trabajar, de escribir.

Generalmente estoy muy involucrado en cada etapa y proceso de la película. Las hago de manera muy artesanal y creo que a estas alturas no lo sé hacer de otra forma. Puro control intenso, porque en los detalles está el valor de la obra. En cuanto lo que mencionas, tuve la fortuna de trabajar con la directora de arte Constanza Romero, quien es muy creativa y apasionada. Generalmente trabajo con bastante meticulosidad las formas y el color, eso incluye el vestuario, la ambientación y los objetos utilitarios, todo lo que compone la puesta en cuadro. Entonces mi colaboración con el equipo de arte es muy estrecha desde incluso antes de empezar la preproducción. Las decisiones estéticas estaban basadas en la organicidad de los espacios y las indumentarias, todo. Aunque el reto es constante, tocaba estar atentos también en mantener el concepto inicial de la película. Que no se escape en el camino, porque eso también pasa. Los efectos visuales los hicimos en República Checa con un equipo de profesionales impresionante. La compañía se llama MagicLab.

Tu trabajas mucho tus producciones con actores profesionales. Esta no. ¿Qué cambió ahí?

En mis cortometrajes siempre trabajé con actores de trayectoria. Aunque recuerda que en “Suave el aliento” también había no-actores en el reparto, los adolescentes, y fue una experiencia muy enriquecedora conocerles y trabajar con sus emociones. El reto estuvo en que no desentonaran con los actores veteranos con años de tablas y horas y horas de set. El resultado fue sólido. En el caso particular de “Entre la niebla”, cuando Sebastián Pii y yo nos conocimos, la manera más honesta que encontré para acercarnos fue hacernos amigos y establecer una confianza. La confianza como base de cualquier relación. Y esa confianza siempre es muy frágil, por eso hay que ser consistentes y tener muy definida nuestra escala de valores. Él, que es muy honorable, también era muy ansioso, pensaba que hacer la película iba a ser más rápido, pero necesitábamos el tiempo que tuvimos para madurar tanto nuestra relación como lo que sería la película. Las pequeñas partes son interpretadas por actores profesionales como Christian Ballesteros, Sandra Roses y Nury Marquez, a excepción del padre (Mario de Jesús Viana) que conocía personalmente en Medellín y en quien descubrí un rasgo idéntico a F. En ese momento decidí que fuera él. Pienso que lo más importante para alguien que va a estar frente a una cámara interpretando un personaje de ficción, sea hacerlo con absoluto compromiso y convicción. Eso genera un respeto adicional entre el equipo que hace que todo fluya.

  • Suave el aliento y Entre la niebla no parecen estar cercanas en nada, pero puede ser que sí. ¿Cómo las ves tu?

Son totalmente cercanas. Son películas hermanas. Sin embargo, corresponden a tiempos muy diferentes; cuando hice “Suave el aliento”, que es mi ópera prima y es una película que quiero mucho, era más joven y es reflejo de lo que sentía en ese entonces; es mi carta de amor a Bogotá. Tú sabes que a mí me interesa el cine de relaciones, sobre conflictos personales profundos. Y claro que quería hacer algo distinto a lo anterior, de eso se trata. Con relación a “Entre la niebla”, creo que esta película como otras en este mundo actual, lucha con no ser encasillada. Es usual que se pregunte: ¿qué es la película? ¿Será un drama familiar, realismo social, ciencia ficción tropical, crimen y misterio…? Pero todo el tema del género para mí se desdibuja porque considero “Entre la niebla”, más bien, una meditación en un lugar y alrededor de este personaje, que es F.

  • Además del estreno en cartelera, ¿sigue algo más para la película? Se estreno en Tallin. ¿Qué tal la experiencia?

Lo inmediato es su exhibición teatral en Colombia. Estamos muy expectantes con el recibimiento y respuesta que logre. La salida de la película estuvo frenada porque yo no quería lanzarla en un evento online y preferimos esperar a que las salas reabrieran. “Entre la niebla” ha sido muy bien recibida por las audiencias, la crítica internacional y local; se ha generado algo muy bonito en torno a la película, lo que dice y simboliza parece estar conectando con la gente desde distintos lugares. Nos han llegado invitaciones de varios festivales y lugares que la quieren tener. Pero ahora mismo no te puedo anunciar nada públicamente.

  • Quizás algunos lectores no lo sepan, pero tu madre es tu productora, ¿cómo es trabajar con la mamá? ¿En qué momentos se facilita, en cuáles no?

Con mi madre, Nubia Stella Cubillos, somos socios en nuestra compañía productora Schweizen Media Group desde que iniciamos labores en 2010. Ella ha sido gestora cultural toda su vida, y su experiencia en el campo de las artes plásticas, la literatura y la televisión, además de la gestión de recursos, ha sido fundamental para nuestra actividad. En calidad de productora ejecutiva, discutimos tan frecuentemente como en cualquier relación que involucra pasión, sentimientos y dinero, pero ella es muy respetuosa de mis decisiones artísticas. Es un apoyo permanente, y sé que no me deja morir en momentos de crisis, porque en esto del cine abundan los obstáculos y las dificultades.

  • La pandemia y el cine independiente, ¿cómo ves el futuro de este cine con el tema de las salas y las plataformas?

La experiencia del cine es y será insuperable. Sobre las plataformas de streaming se ha discutido extensivamente y todos los agentes del sector reconocen que llegaron para quedarse. Hay varias de ellas estupendas y la oferta irá aumentando. Son una excelente forma de acceder a muchas películas clásicas y contemporáneas internacionales en una región como Latinoamérica. Pienso que la pandemia causó la aceleración de un proceso lógico que se veía venir, pero no hay nada que temer. Luego de los varios desarrollos de Thomas Edison, William Dickson y otros; desde ese diciembre de 1895 cuando los hermanos Auguste y Louis Lumiere proyectaron esas primeras imágenes del cinematógrafo en París, y el mecanismo del cine nacía, desde ese momento el séptimo arte no ha dejado de evolucionar. El cine siempre ha estado amenazado por las crisis económicas, las guerras, los gobiernos, la llegada de la televisión, el internet, los móviles… Todo lo anterior lo que sí ha hecho es contribuir al fortalecimiento del cine en su forma, como lenguaje y como espectáculo. Los cineastas del futuro serán más diestros en lo audiovisual, tendrán más referentes y empujarán el medio hacia otras fronteras, ya lo estamos viendo. A la mayoría de las personas les gusta el cine o el entretenimiento audiovisual, y hay propuestas tan interesantes en el mercado que indirectamente se están cultivando nuevos públicos. El cine en salas será para quienes gocen la experiencia colectiva de la sala oscura con imagen y sonido de calidad. Seguramente el cine-arte tendrá que disputarse las pantallas de los majors, pero también hay que tener en cuenta que los mercados de nicho están creciendo en todas partes y la gente, quieras que no, necesita alimentar su espíritu más que nunca. Ahí es cuando van a buscar el cine-cine y no las películas esas que olvidas a las dos horas.

  • ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que se presentaron y alguna anécdota en particular por compartir? 

No está relacionada con el rodaje, porque son varias las fases y tiempos dentro de la producción de una obra cinematográfica, cada una con sus propios desafíos. Sería una anécdota que hace referencia a la etapa de desarrollo. Para quienes no lo saben, en algún momento puede ser necesario lograr una resolución de proyecto nacional, expedida por el Ministerio de Cultura, con tal de levantar financiación a través del mecanismo de la Ley 814. Al momento de enviar la documentación correspondiente, fue rechazado mi proyecto “Entre la niebla”, porque el guion no cumplía con los requisitos de formato y duración, ya que debía tener como mínimo 70 páginas. Ante esta situación volví a organizar el libreto, y por más que alargaba las escenas con descripciones y aumentaba el tamaño de los espacios en cada hoja, seguía sin completar las 70 cuartillas, entonces les escribí la siguiente anotación:

ANOTACIÓN AL GUION.

“El verdadero cineasta es trabajado por una cuestión, que a su vez su película trabaja. Es alguien para quien filmar no es buscar la traducción en imágenes de las ideas de las que ya está seguro, sino es alguien que busca y piensa en el acto mismo de hacer la película”. Bergala

Está estipulado en casi todas partes que una película, para ser considerada de largometraje, debe tener una duración superior a 60 minutos (70′ en Colombia). Entonces, que un guion para largometraje debe ser de 70 páginas como mínimo (preferiblemente 90), teniendo en cuenta esa extraña regla de que una hoja de guion equivale a un minuto en pantalla. Eso, si se mira el por qué, obedece a esquemas de producción dictaminados por los estudios de Hollywood hace décadas, cuya razón de ser debe ser bien conocida por usted. El caso es que existen innumerables ejemplos de grandes películas de grandísimos cineastas, ideas en papel susceptibles de ser transformadas y potenciadas en el rodaje y en el montaje; pero ideas, inquietudes, preguntas, dudas, claves, posibilidades cinematográficas y narrativas de cientos de obras potentes cuyos guiones no las determinaron ni por su duración ni su condición formal como proyecto.

Tengo, de momento, cuarenta y siete secuencias. Es una película de largometraje. El estilo de filmación es libre y obedece a la captura de situaciones, no de planos; situaciones así sea paisajísticas. La manera en que filmo es con acciones completas. La escena de cortar una papaya, por nombrar un ejemplo, no es solamente el acto de cortar la fruta, lo que filmo es todo lo que conlleva al alistamiento y corte de la fruta. Las acciones las concibo como procesos completos de conducta. De ésta manera acumulo una experiencia íntegra en ese instante, en el actor o intérprete que preña la imagen y así, toda la lógica física, cinética y racional de la secuencia se traducirá en verdad. Pese a que sólo utilice un fragmento del momento filmado.

El guion, muchas veces o casi siempre, es un protocolo, el guion, por el que tengo todos los respetos ya que hay grandes películas basadas en su guion, y lo digo como el productor que también he sido, es la manera de controlar la producción. Una aduana por la que a veces hay que pasar. Renunciando a todo eso se busca la libertad de hacer un cine análogo con lo que pretendemos artística y humanamente. Desde R. Rossellini, pasando por R.W. Fassbinder, hasta Tsai Ming-Liang o el mismo Woody Allen, tienen maneras de enfrentarse a la realización desde sus “notas” que van desde cuatro hojas y muchas veces no superan las quince o veinte cuartillas. Las películas están en la cabeza y son un proceso vivo. No tengo ninguna vocación elitista, ninguna, y creo que mi trabajo es hacer películas que la gente eventualmente pueda ver en una sala de cine. Busco la libertad personal, pero yo no creo en la libertad en abstracto. Por eso aquí, a continuación, está la hoja de ruta de Entre la niebla”.

Luego ahí empezaba el guion. Y después llamamos, y luego de un par de correos más, finalmente permitieron que un guion de 45 hojas pudiera ser tenido en cuenta para que se expidiera la resolución de MinCultura.

  • Y para cerrar, ¿cuáles son tus nuevos proyectos?

Actualmente estamos coproduciendo dos nuevos largometrajes; tengo dos miniseries originales en desarrollo que coescribí y quiero dirigir y un nuevo largometraje en etapa de escritura. Esperemos que los tiempos no sean tan largos en estos procesos.

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