Mar 20 2013 17:43

Beasts of the Southern Wild (Bestias del Sur Salvaje) – Reseña

	Por Sandra M Ríos U
	Twitter: @sandritamrios

Lograr retratar con estética lo que no figura en los estándares de belleza es la forma alternativa de apreciar el arte y es parte de lo que se propone el cineasta de este filme al contarnos una historia cruda pero llena de magia y fantasía, en una región pantanosa, que castiga a sus habitantes pero que no deja de ofrecer paisajes atractivos.

Cada año la Academia de Hollywood da contentillo a los fanáticos más conocedores del cine, dando nominaciones a ciertas películas semi-independientes, pero esta, Bestias del Sur Salvaje (de su traducción literal Beasts Of the Southern Wild), sí que es una de las más gratas sorpresas. Una película netamente del mercado alternativo estadounidense.

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Basada en el argumento de la obra teatral “Juicy and Delicious”, el joven cineasta de esta película, Benh Zeitlin, nos plantea una historia desgarradora, enternecida por una pequeña niña de tan solo 6 años que nos cuenta su vida, cargada de metáforas con el entorno que la rodea y su relación con su padre, que sin saberlo, la está preparando para que aprenda a sobrevivir ante su inminente fallecimiento.

Hushpuppy es el nombre de esta niña que nos habla (voz en off) con el marcado acento sureño proveniente de una desolada zona de Misisipi que acoge a una pequeña población que se aferra a las migajas que esa tierra puede ofrecer, porque ahí es donde tienen lo poco que les queda. Una tierra y una población que está en decadencia.

Entrar en el mundo de esta pequeña y la zona donde habita es entrar a otro universo, uno donde la gente vive en estrecha relación con la naturaleza, aceptando la posición que cada uno ocupa. Hushpuppy no tiene mamá, la sueña, imagina que le habla y la guía. La relación con su padre es difícil, él es recio…pero es su padre.

Una tormenta se avecina y los pobladores por órdenes del gobierno deben desalojar, su padre se queda al igual que otros que se resisten a abandonar sus costumbres que no solo se limitan a convivir con un ambiente hostil; ellos comen con la mano, tienen más festivales que cualquier otro estado, celebran la muerte sin llorar.

Es la lucha de la feroz naturaleza contra el humano. Una lucha física y espiritual que dada las condiciones tan difíciles del entorno deben ser entendidas por esta pequeña, es que no tiene otra opción. Su padre pronto fallecerá y ella debe enfrentarse a esa bestia salvaje para garantizar el hecho de poder seguir viviendo sola. El pedazo de tierra donde habita agoniza, así su padre, así su relación con ella.

Lo maravilloso de este filme es la inocencia de esta pequeña, siempre con una mirada expectante, siempre sorpresiva, la cámara de hecho se deja sorprender como ella de las situaciones que ocurren, o del entorno, ya sea porque lo que ella ve es bello o porque produce impacto.

Hushpuppy también es un ser decidido a resolver lo que acontezca al instante y por instinto, una forma de vivir más animal, más natural, menos planeada. Su forma de percibir el mundo la resumen insistiendo en que cualquier desequilibrio en la naturaleza causa el caos para el resto que la compone.

Esta película no sería para nada igual sin la apuesta de utilizar dos actores naturales como protagonistas. La pequeña Quvenzhané Wallis hace un papel extraordinario por su misma edad y espontaneidad. Así también, Dwight Henry, un dueño de una carnicería, quien curiosamente rechazó hacer este papel en dos oportunidades. La conexión que consiguen ambos es grandiosa y sin ese trabajo la película casi sería un filme de miseria sin sentido. Henry tendrá un pequeño papel en la próxima película del talentoso cineasta Steve McQueen (12 Years a Slave).

Beasts Of the Southern Wild prueba esas cosas de la naturaleza humana que muestran que a pesar de las dificultades, el humano encuentra la forma de endulzarlas para poderlas sobrellevar, no importa cuan pequeño se sea. Una dirección minimalista, certera y de hermosa cinematografía.

La película no se ha estrenado en el país y su llegada a las salas de cine aún sigue sin confirmarse. Cuando la pequeña protagonista de esta historia audicionó para el papel, tenía tan solo 4 años. Cuando la rodó contaba con 6. Quvenzhané Wallis obtuvo nominación al Oscar como mejor actriz protagónica teniendo tan solo 9 años de edad.

Por cierto, “UNA NIÑA MARAVILLOSA” es el título con el que se estrenó en México. La niña es sin duda maravillosa, pero este titulo es horroroso.