Entrevista con Cristian Mungiu: La naturaleza del mal en “R.M.N.”


Por Sandra M Ríos U
Twitter: @sandritamrios

“Matthias finalmente aprende algo de lo que todos deberíamos ser conscientes: que la fuente del mal en el mundo podría provenir más de ti que del mundo exterior y que el animal más difícil de domar eres tú mismo”. 

En 2007 el cineasta rumano Cristian Mungiu ganó la palma de oro por su fantástico drama sobre el aborto ilegal en “4 meses, 3 semanas, 2 días” y desde entonces internacionalizó su nombre, además de volverse un recurrente participante de este festival, obtener más premios (Beyond the Hills y Gradution) y ser incluso jurado de la competencia oficial, de la CinéFondation y de la sección paralela la Semana de la Crítica. 

Hace siete años no dirigía una nueva película, pero fiel a su filosofía de abordar temas que el mundo y la naturaleza humana convenientemente evaden, R.M.N. habla sobre la xenofobia y del cómo la sociedad asume una posición ambigua cuando el tema de los inmigrantes les toca directamente, inspirándose en un caso real de una pequeña comunidad de Transilvania que escaló a la esfera internacional y fue todo un escándalo, por la decisión de la población de boicotear a la pandería local por querer contratar extranjeros en su fábrica.

En esta entrevista Mungui pone en contexto la historia de la película que está directamente relacionada con la historia de su país, su naturaleza multiétnica y de diversas creencias religiosas que irónicamente, además, también ha tenido un fuerte proceso migratorio de sus habitantes hacia otras zonas europeas. Pero también hablamos de su forma de hacer cine y del uso recurrente de filmar a una sola toma, además de la simbología detrás de esta historia que llega a cartelera tras estrenarse en 2022 en Cannes. El título hace referencia al incómodo  exámen médico al cerebro llamado resonancia magnética nuclear que encaja perfecto con esta película que si bien no ofrece respuestas concretas, sí funciona como una radiografía de nuestros comportamientos. 

¿Puedes contarnos sobre el escándalo que inspiró la película?

En febrero de 2020, una panadería en un área de Rumania, habitada principalmente por la minoría húngara, deseaba contratar trabajadores extranjeros dado que la mayoría de los locales trabajan en Europa occidental por salarios más altos. Así fue como se vieron los primeros trabajadores asiáticos en Rumania: eran toda una novedad. La comunidad local protestó contra la llegada de tales trabajadores ya que su comunidad era tradicionalmente muy “cerrada” a cualquier persona de fuera (rumanos, en primer lugar), puesto que estaban tratando de preservar su espíritu comunal, religión y hábitos.

La diferencia de opiniones escaló y dio como resultado esta ‘reunión de cabildo comunal’ en la que los lugareños decidieron boicotear la panadería local para obligar a los extranjeros a irse. Ese reencuentro se grabó y llegó a YouTube, la noticia corrió y pronto hubo un escándalo nacional y luego internacional. El incidente polarizó mucho a la gente; muchos apoyaron a los trabajadores extranjeros, muchos otros se volvieron contra la minoría húngara, muchos (de todas las etnias) se posicionaron en contra de los inmigrantes (aún cuando Rumania es un gran proveedor de inmigrantes en Europa occidental), y casi todo el mundo desató mucho odio, intolerancia y juicios estereotípicos y violentos de todo tipo.

 

  • Cuando terminé de ver R.M.N, pensé que era como una historia moderna de la Torre de Babel; personas viviendo juntas y compartiendo un mismo espacio, pero sin entenderse, poniendo límites según sus creencias, tradiciones y prejuicios. ¿Era ésta una de las intenciones con la historia?

La comparación con la Torre de Babel es inevitable dado que Transilvania es naturalmente un crisol de etnias (debido a su sinuosa historia). Históricamente hablando, las personas nunca toleraron compartir su territorio de forma natural con los demás y estas opiniones ‘tribales’ se convirtieron en parte de nuestro ADN: preferimos ver a los demás como enemigos potenciales y nos enfocamos en las diferencias entre ‘nosotros’ y ‘ellos’, que en ver lo que somos, lo que tenemos en común. El problema hoy es que la globalización ha facilitado las migraciones y por lo tanto grandes grupos de personas se desplazan de un lugar a otro en busca de una vida mejor. Teóricamente, dada nuestra formación humanista y dado el sentimiento de culpa de los occidentales por la época colonial, estamos de acuerdo en que las personas tienen este derecho, pero cuando esta llegada de migrantes ocurre justo en nuestra comunidad, empezamos a expresar dudas ya que muchas veces esto exige un esfuerzo de adaptarnos a la nueva situación, mientras nuestra inclinación natural es preferir lo que ya conocemos.

(Clic para leer la sinopsis y ver el trailer)

 

Como has dicho, R.M.N. es una historia muy local pero a la vez es universal porque, en definitiva, nos enfrentamos a los mismos problemas humanos (ansiedad, miedo, crueldad, egoísmo, intolerancia) y políticos (discriminación, competitividad, pobreza, inmigración), pero ¿cuáles son algunas de esas particularidades en Transilvania que puedes compartir con nuestra audiencia aquí, en un lugar tan distante como Colombia?

Transilvania es hoy en día una provincia occidental de Rumania, su nombre proviene del latín – Trans Silvae que significa más allá del bosque. A lo largo de la historia, Transilvania fue parte del imperio austrohúngaro, lo que explica las comunidades de etnias alemanas y húngaras y la variedad de religiones: puedes alcanzar hasta seis cultos cristianos diferentes en la misma área. En los últimos 200 años, la población gitana fue traída a la región, como esclavos o sirvientes, pero después de que finalmente fueron liberados, prefirieron permanecer nómadas o instalarse en casas abandonadas.

Cuando las etnias alemanas eligieron regresar a Alemania (una primera ola en los años 70, cuando Ceausescu les permitió irse por una tarifa de unos 5000 marcos alemanes per cápita y una segunda ola después de la caída del comunismo, cuando eran libres de mudarse a un lugar más país próspero con el que se sentían afines), sus casas fueron ocupadas en gran número por la población gitana, lo que generó muchos conflictos dadas las diferencias entre culturas y niveles de vida. Históricamente hablando, Transilvania siempre fue un territorio donde floreció el nacionalismo debido a la disputa por este territorio entre húngaros y rumanos. Irónicamente, el único aspecto en el que ambas comunidades están de acuerdo es en que es preferible no tener miembros gitanos en sus pueblos.

  • La historia pudo ocurrir en cualquier momento, pero has elegido ambientarla en Navidad. Es como una historia de terror también. ¿Tuviste alguna razón específica para eso?

La Navidad es un período muy especial del año, es cuando la familia se reúne y se anima a las personas a ser más generosas y tolerantes, pero la Navidad también puede ser muy deprimente para quienes se sienten solos, mientras que la Nochevieja anima a diferentes grupos a celebrar juntos, acentuando la diferencias entre ellos y no en las semejanzas. El comienzo del nuevo año es siempre el momento de grandes decisiones en el que las personas se sienten más inclinadas a cambiar cosas disfuncionales en sus vidas. Además, este período alberga muchas manifestaciones míticas ancestrales que revelan la necesidad del hombre de dominar la naturaleza, pero también sus miedos a lo desconocido, como el antiguo baile de los osos, que es una forma de combatir nuestros miedos.

  • R.M.N. expone todo el tiempo la ambigüedad en las acciones de los aldeanos. Lo podemos ver claramente en la escena fantástica de la santa misa, por ejemplo. ¿Qué nos puedes decir sobre la corrección política que está tan marcada en ésta historia? ¿Llega esa corrección política a convertir a los ciudadanos en hipócritas?

Infortunadamente, la corrección política solo le permite decir a la gente lo que puede, pero no lo que piensan o cómo se sienten en realidad. Trae frustración a las personas que experimentan esta política como una forma de censura, por lo que cuando llega el momento de votar, expresarán su enojo y frustración eligiendo a menudo partidos radicales intolerantes. Se necesita algún tipo de diálogo y más honestidad al reconocer que, a menudo, las personas no comparten los puntos de vista más empáticos y tolerantes y cambiar esto es un proceso largo y difícil basado en el diálogo y la educación, mientras que simplemente imponer las normas políticamente correctas no trae ningún cambio profundo. 

  • Parte de la tensión que se siente se debe a que cada escena fue filmaba en una sola toma. ¿Cómo lograste filmar la escena de más de 17 minutos donde se reúnen, además, más de 25 miembros del elenco?

Es una cuestión de coreografía, coordinación, sincronización perfecta, actuación ensayada, pero también de ajustar el ritmo mientras se filma después de cada toma, manteniendo lo que funcionó y eliminando lo que ralentiza las cosas. Básicamente, es el mismo proceso que para cualquier otra toma maestra (y desde hace un tiempo así es como estoy filmando mis películas, en un intento por registrar momentos ininterrumpidos de tiempo real con su complejidad ambigua), solo que era mucho más complicado dado el número de actores y extras. Solo tuve un día de ensayo y dos días de rodaje, por lo que fue difícil, también dado que tenía 30 pistas de diálogo.

Hubo dos momentos decisivos: Cuando decidí yuxtaponer las primeras siete páginas de la escena con las siguientes siete y entrenar a la gente a hablar al mismo tiempo, y luego cuando animé a los extras para expresarse realmente, no solo para pretender hacerlo (por cuestiones de grabación de sonido). Perdimos algo de precisión de sonido, pero ganamos mucha veracidad. Mi más profunda gratitud es tanto para los actores que entregan sus vidas detrás de la cámara como para aquellos que “interpretaron” su papel y lo que sintieron a lo largo de los 17 minutos de la toma, incluso si solo tenían una línea o dos. Por último, pero no menos importante, era crucial que la escena se sintiera como si se experimentara desde la perspectiva de los personajes principales (Csilla y Matthias) y, en consecuencia, el enfoque de la toma se ajusta de acuerdo con el lugar donde Csilla está mirando. 

  • Finalmente, sin revelar ningún spoiler, ¿podrías contarnos un poco sobre el significado del final y la importancia de esos osos que vemos?

Hay dos preguntas frecuentes sobre el final: ¿Por qué Csilla pide perdón? Y lo que puedo decir es que Mattias probablemente esté tan sorprendido como los espectadores, solo que estás en una mejor posición para adivinar por qué se siente culpable. Y la segunda es sobre el final mismo, pero dado que R.M.N. es una película sobre nuestra naturaleza dual, mitad humana; capaz de tener empatía y perdón, y mitad animal; con miedos e instintos provenientes de la oscuridad de nuestro subconsciente, es tan difícil (aunque no lo creo) de interpretar. Matthias finalmente aprende algo de lo que todos deberíamos ser conscientes: que la fuente del mal en el mundo podría provenir más de ti que del mundo exterior y que el animal más difícil de domar eres tú mismo.

Imágenes cortesía: Cineplex Colombia / Mobra Films.

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