Abr 4 2013 20:20

Fallece Roger Ebert, uno de los críticos de cine más reconocidos a nivel mundial

Esa persona no es otra que ROGER EBERT, periodista, guionista, pero sobre todo un crítico de cine que como muchos amaba con profundidad la industria cinematográfica y adoraba ver películas.

Ebert inició el oficio de la crítica en 1967 cuando tuvo una columna en el Chicago-Sun Times, fue ese trabajo con el que obtuvo notoriedad, de hecho, 8 años más tarde se convertiría en el primer crítico de cine en ganar un Premio Pulitzer.

En el día de hoy a los 70 años edad, ha fallecido tras batallar, por casi una década, con un cáncer de tiroides. No más en el día de ayer Ebert escribía en su blog que esta enfermedad había regresado, por lo que ya no revisaría tantas películas, que cedía la tarea a un grupo de fanáticos y talentosos lectores que admiran su trabajo.

Explicaba en ese comunicado que debía, por su bien, volver a concentrarse y someterse a nuevos tratamientos médicos, pero que de este tema le fascinaba la idea de escribir única y exclusivamente de las películas que sí deseaba revisar.

Ebert logró hacerse a un nombre respetado, resistiéndose al paso del tiempo y las exigencias de la industria y el mercado, en la que muchos críticos de diarios importantes del mundo han sido relegados o hasta retiradas sus columnas.

Este crítico por el contrario a esa crisis, abrió desde el 2001 su propio blog, donde logró hasta último momento mantenerse vigente e influyente.

En el 2005, tras décadas de que sus comentarios fueran publicados en más de 200 periódicos de su país, recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Hasta el Presidente Obama y su esposa han expresado sus condolencias, en las últimas horas, ante el fallecimiento de Ebert, recordando lo honesto que era cuando aseguraba que una película era mala o buena y lo efusivo que se ponía cuando le gustaban.

El cáncer que le dio le quitó el habla, por lo que seguir escribiendo se convirtió, después de todo, en una de sus más exquisitas terapias. Al respecto decía: “cuando estoy escribiendo, mis problemas se vuelven invisibles y vuelvo a ser la persona que siempre había sido”. Ebert no tenía estudios formales en cine, pero al paso del tiempo sus escritos se fueron consolidando. Sus comentarios tenían chispa, eran agudos y en algunas ocasiones sarcásticos.

En su cuenta también figura la publicación de más de 15 libros, entre ellos varias compilaciones de las peores o las más grandes películas de la historia. Además, hizo popular un programa de televisión llamado “los estrenos en el teatro cerca de usted”, donde compartió escenario con el también conocido crítico de cine Gene Siskel (ya fallecido), quien inicialmente rechazó la propuesta porque odiaba a Ebert. Después los sentimientos cambiaron. Por supuesto, a él no todo el mundo lo quería. Ambos popularizaron una frase en el inglés que significaba con los dos dedos hacia arriba, con la que lograron simplificar lo que representaba una buena recomendación para un filme.

Una de sus grandes frases sobre el cine era asegurar que “una gran película debe parecer completamente nueva cada vez que sea vista”. A la hora de calificar un film siempre tenía la premisa de: “su intelecto podrá confundirse algunas veces, pero sus emociones nunca podrán mentirle”. Esta frase resume todo su trabajo en la crítica y su simpleza a la hora de valorarlas.

De él venía la tradición de publicar “la mejor película del año”, ejercicio que se ha extendido en muchos medios de cine y colegas. Entre sus películas favoritas estaban: El Padrino, Bonnie y Clyde, Apocalipsis Ahora, Platoon, La Lista de Schindler, Leaving Las Vegas, Minority Report, Crash, Juno, The Hurt Locker y la más reciente, Argo. Su película de todos los tiempos era El Ciudadano Kane.

Él hizo parte de ese grupo de jóvenes entusiastas por el cine que buscaban precipitadamente los periódicos para convencer de forma fresca a otros espectadores a ver cine del clásico o de la nueva ola del cine francés.

Los estudios querían que sus películas fueran comentadas por él, por eso veía y le llegaban películas como a nadie, no obstante, no tuvo reparos en señalar a la industria de Hollywood por no apoyar a los documentales, por confiar demasiado en los efectos digitales y por supuesto, no le gustaba el 3-D. Los denominaba “trucos”.

Más de 5000 lectores lo visitan a diario en su blog últimamente. Entre los artículos conmemorativos que comienzan a publicarse en su propio espacio, se incluye otra de sus frases con la que cerramos este artículo de despedida a un personaje que inspiró a tantos a hablar de cine, a realizar el ejercicio de la crítica de forma simple, siguiendo un rigor por la experiencia adquirida pero sin olvidar la pasión.

Su inexperiencia “formal” en la carrera, le permitió llevar el oficio a otro nivel, que es el que ha dado origen (sin imaginarlo, posiblemente) a la gran cantidad de páginas (como esta) y espacios dedicados a la industria del cine que circulan por el mundo: “Ninguna película buena resulta demasiado larga. Ninguna película mala resulta lo suficientemente corta”. ¡Así de simple!