Jul
2
2014
12:49
“- ¿Trajiste el rosario?
– Quítatelo. No hay lugar para Dios aquí”
Teresa, así era el nombre de la primera cuidandera (o nana) que yo tuve. Estuvo a mi lado 6 años de mi infancia y por eso aún la recuerdo. La Tere era una tumaqueña, de buenas carnes y muy (en mayúsculas) risueña – después de ella llegaron otras, tres más para ser exactos, que también y curiosamente se llamaban Teresa. En Cali las empleadas domésticas se conseguían en los parques principales de Puerto Tejada y Florida (Valle), los días domingos. Los acuerdos no eran muy formales que digamos, eran verbales, sin prestaciones. Cuando se cesaba el servicio, las empleadas se marchaban de las casas tal cual como llegaron. Por aquella época, años ochenta y noventa, no se usaba el servicio doméstico al día, sino que lo usual era que fueran internas con descansos cada ocho o quince días según el patrón.
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