Reseña Crítica Whiplash. Sangre, sudor, lágrimas y…cine en estado puro




“Prefiero morir quebrado y borracho y que la gente hable de mí a vivir rico y sobrio hasta los 90 sin que
nadie me recuerde” (Andrew refiriéndose a Charlie Parker).

Por: Juan Camilo Ardila Durante

Whiplash: Música y obsesión, el segundo film del joven director Damien Chazelle (Guy y Madeline en un banco del parque – 2009), es un thriller psicoanalítico que muestra una batalla feroz entre un estudiante de música obsesionado por llegar a la cima y un profesor de música que cree que sus métodos marciales son el único camino posible para encontrar al próximo Charlie Parker.

Whiplash fue un corto antes de llegar a ser un largometraje. En 2012 se presentó en Sundance y ganó el premio a “Mejor cortometraje”. El éxito de esta producción hizo que se produjera la película. El costo del film fue bajísimo y su recaudación también (poco más de 9 millones de dólares en Estados Unidos), pero eso no le impidió ganar en 2014 el “Premio del Público” y el “Gran Premio del Jurado” en Sundance. Además, este filme independiente está nominado en los premios Óscar en 5 categorías: Mejor Película, Mejor Guión Original, Mejor Actor Secundario (para J.K. Simmons), Mejor Montaje y Mejor Mezcla de Sonido.

Fundido a negro. El redoble de un tambor que se va haciendo cada más violento. Así inicia esta película de Damien Chazelle, con la que no sólo consigue homenajear con la misma contundencia al cine y a la música, sino además presentar un impecable estudio sobre los límites a los que es capaz de cruzar un ser humano por trascender en la vida.

Ambientada en la Costa Oeste de EE.UU., Whiplash nos muestra a Andrew Neyman, un joven retraído, incapaz de invitar a salir a una chica, pero que a su vez está tan obsesionado con las baquetas que, empujado al límite, se convierte en un tipo enceguecido, preparado para hacer lo que fuese necesario con el único fin de llegar a ser uno de los más grandes bateristas de jazz de toda la historia.

Quien lo hará cruzar desenfrenadamente esos límites de la cordura será el profesor Terence Fletcher (interpretado por un magistral J.K Simmons), cuya manera de dirigir el prestigioso conservatorio Shaffer se parece más a la de una escuela de entrenamiento para la guerra, que a la de una academia de música. Simmons, inmenso en su papel, ganador del Globo de Oro y gran candidato a llevarse también el Oscar a “Mejor Actor Secundario”, consigue recordar con su siniestro personaje al sargento Hartman de “Full Metal Jacket” de Stanley Kubrick. Y lo mejor de su trabajo es que en los pocos segundos en los que pareciera habitar humanidad en el alma de Fletcher, sale a la luz una monumental cátedra de actuación. Sublime perfomance de un actor que demuestra que la industria le debe papeles de este tipo.

El esquema narrativo de la película es de fácil lectura: joven con ambición de ser el mejor y profesor que le impide el camino sencillo. Lo que hace ser a Whiplash un film trascendente es su manera de abordarlo desde la partitura que escribió Chazelle, músico frustrado, y quien confesó haber sufrido en carne propia lo que vivió Andrew. El montaje es extraordinario. Cada plano, cada escena impecablemente construida, hace que la película adquiera un ritmo trepidante que jamás abandona. Este largometraje entra dentro de ese selecto grupo de grandes filmes que no se les puede ir a ver; Whiplash va en busca del espectador y lo embiste sin preguntarle cómo, cuándo ni por qué.

El joven estudiante de música paga con sudor, lágrimas y sangre su ambición extrema. Chazelle demuestra su talento al conseguir enfrentar al espectador -en cada escena- con el trabajo de cámara y la edición de sonido que en Whiplash conquistó con sabiduría. La batería emerge como un personaje más, uno ruidoso pero introspectivo, que le permite al espectador viajar directamente hacia los ensayos y sufrir junto Andrew, al mismo tempo que lleva la música.

Cinéfilos, Whiplash no es una película sobre jazz, que también, sino sobre todo, es un ejercicio de estilo sobre la obsesión del ser humano. Puntos de contacto tiene esta película con otras de las candidatas a “Mejor Película” en los Oscars. “Birdman” y “El Francotirador” también exponen la obsesión del ser humano, esa que puede navegar en lo irracional llevándose todo por delante. La diferencia, quizás, es que Whiplash sea la más políticamente incorrecta de todas. Las explosiones al ritmo de la batería muestran a la inhumanidad como el estado normal de la sociedad.

Los espectadores pueden terminar agotados al final de la película, pero probablemente eso no les impedirá aplaudir por su fantástico virtuosismo técnico y narrativo. Redoble de tambores para este electrizante film de Damien Chazelle.

La película llega a cartelera a partir del 26 de febrero.

Ficha Técnica

  • Director: Damien Chazelle
  • Duración: 106 minutos
  • Género: Drama
  • Guion: Damien Chazelle
  • Reparto: J.K. Simmons, Miles Telle, Pal Reiser
  • Cinematorafía: Sharone Meir
  • Música: Justin Hurwitz
  • Montaje: Tom Cross
  • País: Estados Unidos
  • Año: 2014

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