Reseñas “Una madre” de Diógenes Cuevas – Los límites del amor y la locura




Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)

La ópera prima de Diógenes Cuevas pretende abarcar dos temas complejos, el de la condición de la salud mental y el de las deudas y vacíos emocionales que dejan las familias disfuncionales. En “Una madre” hay un hijo, Alejandro (José Restrepo), que está incinerando los restos de su padre y de paso incinera los malos recuerdos y conflictos que vivió con él.

Pero el alivio no es completo, parte de lo que parece una tortura de aquel conflicto familiar está relacionado con la ausencia de su madre, Dora (Marcela Valencia), que está recluida en una suerte de residencia o humilde centro hospitalario en alguna zona rural de ¿Antioquia? (el acento, que luego nos revela la actriz que hace de madre honestamente me confunde). Luego de un enfrentamiento con su hermano mayor, que parece tener la imagen de su padre en un altar, Alejandro va en busca de su madre.

El plan es rescatarla. No hay nada más. No hay plan B. Solo sacarla de aquel lugar y que la suerte aparezca. Su objetivo se cumple poco antes de llegar a la mitad del largometraje. ¿Y luego? Pues una suerte de viaje errático donde iremos descubriendo de a pocos qué fue exactamente lo que pasó en aquella familia y descubrimos también que la película trabaja con más ahínco lo de los vacíos y deudas emocionales, que el tema en sí de la condición de salud mental.

La película, que viene de estar seleccionada en la fallida edición del FICCI 2020 y el Miami Film Festival del mismo año, está producida por Antorcha Films del colombiano Jhonny Hendrix, y es coproducida por la argentina Pucará Cine, en cabeza de Federico Eybuszyc y Bárbara Sarasola-Day, esta última también directora de una película como “Deshora” (2013), otra coproducción colombo argentina que también explora asuntos de familia y tiene características similares a “Una madre” con respecto al tono.

Y vuelvo al relato. Con la proeza heroica y el enrevesado viaje, Alejandro tiene una nueva oportunidad de desarrollarse en el rol de hijo, y creo que aquí es donde la película consigue ser notable. José Restrepo interpreta a un hombre sensible y algo inestable, que en su búsqueda personal logra sacar a flote la ternura y la voluntad de ser un cuidador. El problema de su personaje que, intuyo, es tremendamente complejo, es que también es uno poco activo, sin demasiada inteligencia emocional y con una falta de objetivos que termina dejándome una deuda y que está bastante relacionada a lo verosímil y a la idea de sentir completa empatía por él. Por el otro lado, el de la otra protagonista, Marcela Valencia, la madre, las cosas son más bien regulares. Aunque varias veces logra conmover, por todo lo que sufre su personaje, su interpretación puede llegar a sentirse demasiado exagerada, a veces telenovelesca y poco creíble. Quizás y está relacionado a lo complejo que es dar vida a un personaje con algún trastorno mental. La línea entre ser verosímil y sobreactuado es casi ínfima en estos casos, sobre todo cuando su director se decanta por planos cerrados.

Pero ojo, con lo anterior no quiero dejar la idea de que “Una madre” es una película infumable y poco disfrutable. El resultado, en términos generales, es bastante digno y entretenido, incluso tratándose de un melodrama. “Una madre” es un ejercicio con potente contención emocional y que deja ver a un director que a todas luces lleva un trabajo con férreo control sobre sus intérpretes, aunque por momentos ese control parece descarrilarse, quizás y es porque, siendo un novato en la dirección, es muy difícil que el casting simplemente se deje llevar.

Se trata de una obra conservadora en la medida en que evita riesgos narrativos y visuales, pero deja ver un gusto por géneros como el melodrama y el drama, y por narrativas más clásicas, las mismas que parecen no seguir interesando sobremanera a las nuevas generaciones de cineastas en el país. Con esta ópera prima conviene esperar futuros trabajos de Cuevas, quien también se apunta otro logro, el de seguir dando pluralidad al cine nacional.


Por Sandra Ríos (@sandritamrios)

“Una madre” es un largometraje que hace rato no veíamos en el cine nacional, una historia de melodrama que sigue la estructura clásica de la narrativa y aborda un tema que si bien no es novedad, se aleja por completo de mostrar como transfondo principal o subtexto el tema del conflicto armado del país. 

La película sí trata un tipo de violencia, pero es la familiar, la que ocurre cuando se rompen los lazos y dejan heridas profundas que terminan afectando seriamente la salud mental. Alejandro, el protagonista, lo han alejado de su madre, quien perdió la cordura al dar a un hijo por muerto. Ella reside en un manicomio, en una zona rural, de esos que recuerdan prácticas antiguas de castigos, maltratos, ataduras y doctrinamientos. Entonces el hijo decide que es hora de reestablecer esa relación y de, literalmente, liberar a su madre, a como de lugar, ahora que su padre ha fallecido. 

“Una madre” es una especie de road movie, un viaje donde los lugares son cada vez menos importantes y se prioriza en el recorrido interior de sus dos protagonistas que, como extraños, intentan comunicarse. Dada estas condiciones, ese viaje es tortuoso, doloroso, torpe y cada vez los constriñe más, llevando al límite a Alejandro.

Transmite bien la película esa sensación de incertidumbre, de impotencia y afán por las situaciones que pasan, pero pareciera que Diógenes tenía claro el inicio y el final de esta historia. El nudo se siente  alargado, dejando algunos vacíos y entrando y sacando otros personajes que tienen la finalidad de explicar el destino al que llegan madre e hijo, pero que no funcionan del todo, a veces porque hay una exceso de melodrama, de verosimilitud o de sobreactuación. 

Pasa que “Una madre” es una historia con una carga emocional y psicológica enorme, que requería de actores profesionales para lograr sostener un doloroso drama sobre los límites del amor y la locura, y se agradece que Cuevas haya optado por esta decisión. Especialmente en  el papel de Jose Restrepo, se evidencia esa apuesta por la contención y por lo no obvio, por no permitir que los personajes puedan leerse con total claridad y se termine descubriendo con ellos la trama. 

El final que el director ha planteado para su ópera prima es tan fuerte, conmovedor y poderoso como inolvidable y sí, coincido, será muy interesante seguirle a Diógenes los pasos.

Ficha Técnica

  • Dirección: Diógenes Cuevas
  • Guion: Diógenes Cuevas
  • Género: Drama
  • Producida por: Jhonny Hendrix Hinestroza, Federico Eibuszyc, Barbara Sarasola-Day
  • Duración:83 minutos
  • Reparto: Jose Restrepo, Marecela Valencia, Alberto Cardeño, Cristina Zuleta, Santiago Caranza
  • Montaje: Anita Remón
  • Cinematografía: Roman Kasseroller
  • Música: Álvaro Morales
  • Países: Colombia, Argentina
  • Año: 2020

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