Nov
16
2021
19:52
Por Daniel Andrés Ruiz Sierra (@TatoRuiz)
En 2015 gracias a un festival de cine que se hacía en Bogotá y hoy agoniza de formas dramáticas, veía con mucha atención e interés una película que es todo un homenaje a la juventud, a la revolución; a lo magnífico de la simpleza de la vida al servicio del cine, y también al amor y a la amistad. Se llama “Güeros”, y con ella su director logró buena reputación entre el público y la crítica. A mí se me quedó tatuada en la memoria y también el nombre de su director, Alonso Ruizpalacios, que posterior hizo la también fantástica “Museo” con Gael García Bernal, y ahora la muy original y enérgica “Una película de policías” estrenada recientemente vía Netflix.
En ella, Ruizpalacios arma un artificio que juega con varios géneros y emula otros formatos audiovisuales para hacer una revisión y reflexión muy personal de la policía como institución, herramienta social y universo narrativo. “Una película de policías” es un ejercicio completamente alejado del perfil de documental de denuncia, aunque en momentos muy puntuales se tome muy en serio esa posición crítica contra la institución, y es lo suficientemente sagaz como para que en medio de su exploración en la ficción no resulte una barata imitación a ese universo tan peculiar, enrevesado y corrompido. Para hablar en términos concretos, lo que narra son las historias y vericuetos de un par de agentes, Teresa y Montoya. Nos cuentan cómo y por qué es que llegan a trabajar en la policía, el entorno social dentro y fuera de la institución, así como su relación de pareja.
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